Una ilusión con la Lotería de Navidad que no entiende de probabilidad

Que la suerte llame a la puerta es la gran ilusión que hace que millones de personas se vuelquen cada año en la adquisición de décimos para el Sorteo Extraordinario de Navidad, que hoy repartirá 2.702 millones de euros en premios, con el soñado Gordo de 400.000 euros como cúspide de la fortuna de una tradición muy arraigada en todo el país que ha marcado históricamente el pulso de la Pascua, desde que la lotería que más entusiasmo despierta echara a andar en Cádiz en diciembre de 1812. El sorteo se puede seguir en directo en la web de LA VERDAD.

Las 131 administraciones repartidas por la geografía murciana han recibido para la cita con el azar más esperada del año un total de 5.543.260 boletos físicos, que suponen una consignación que roza los 111 millones de euros. Un dato estimativo, ya que no incluye los décimos distribuidos por los terminales de los 146 puntos de venta mixta en activo con los que cuenta Loterías y Apuestas del Estado en la Región, según indica el delegado comercial del organismo público, José Laorden. Respecto a las ventas, asegura que Murcia ocupa el noveno puesto en el ranking de provincias más jugonas, con 71 euros de gasto medio por habitante, aunque Laorden puntualiza que será hoy cuando se conozca cuánto se han jugado los murcianos en aras de la esperanza de resultar agraciados, ya que las devoluciones se cerraron anoche, horas antes de que los bombos de la suerte del Colegio de San Ildefonso de Madrid empiecen a dar vueltas.

Lo que sí se sabe haciendo un sencillo cálculo es que la probabilidad de que al portador de un décimo le toque el Gordo de la Lotería de Navidad es ínfima. Concretamente, de uno entre 100.000, que son los números que hay en juego. «Las posibilidades son las mismas de que lancen un balón al público en un estadio como el Camp Nou y la pelota caiga en tus manos», según explica Santi García Cremades, profesor de Matemáticas de la Universidad de Murcia, quien también hace un símil con el lanzamiento de una moneda al aire. «Ganar el primer premio del sorteo es menos probable que acertar 16 veces seguidas si sale cara o cruz». En base a estas cuentas, el divulgador científico resalta que «la esperanza matemática es negativa, por lo que comprar lotería responde a un acto totalmente irracional que hacemos por tradición, ya que forma parte de nuestra cultura».

En más de dos siglos de historia del sorteo de Navidad, la Región ha celebrado el premio Gordo en 16 ediciones, siendo Murcia el municipio donde más veces ha caído la lluvia de millones (8), seguido de San Pedro del Pinatar (5). En el caso de Yecla, Cartagena, Alcantarilla, Molina de Segura, Torre Pacheco y Mazarrón, han sido dos las ocasiones en las que el primer premio ha hecho acto de presencia. También pueden presumir de ser afortunadas localidades como Fortuna, La Unión, Lorca, Cehegín, Bullas, Villanueva del Río Segura, Las Torres de Cotillas, Los Alcázares y Fuente Álamo, donde un 22 de diciembre como el de hoy la probabilidad estuvo de su parte.

Echando la vista atrás, Yecla fue el primer municipio de la Región de Murcia en celebrar un premio Gordo de la Lotería de Navidad. Un hecho histórico que tuvo lugar en 1846 en la administración número 1 de la localidad del Altiplano, que desde hace tres lustros regentan Alejandra y Alicia Villascusa. Estas dos hermanas, que se han criado entre números de la suerte, son la quinta generación de loteras de la familia. Con su tatarabuelo, Antonio González-Moro, empezó la andadura de un negocio que, antes de llegar a sus manos, pasó por las de su bisabuelo (Antonio), tía abuela (Teresa) y madre (Alicia).

Sobre la gesta lotera conseguida por su antepasado con el número 04457, Alejandra destaca que «en aquella época el décimo se vendía a cuatro reales y el premio fue de 4.000 pesetas por boleto». Una cantidad que hoy en día equivaldría a unos 28.000 euros. Y como anécdota, cuenta que «el dinero vino de Madrid en un carro escoltado por agentes de la recién fundada Guardia Civil» tras una orden de la reina Isabel II de proteger el transporte de caudales ante posibles asaltos durante el largo trayecto hasta Yecla, donde los agraciados con el primer Gordo que visitó la Región de Murcia esperaban ansiosos sus premios en metálico.

Una historia que cada Navidad rememoran los Villascusa González-Moro en torno a la mesa donde comparten sus reuniones familiares. «Es un tema clásico desde que tengo uso de razón», confirma Alejandra, quien manifiesta «la gran ilusión» que sentirían en su casa si dieran el Gordo 178 años después. «Ojalá lo volvamos a conseguir; es el colofón a la campaña de Navidad deseado por cualquier lotero».

Con el primer sorteo de Navidad del siglo XXI, la fortuna volvió a la Región en forma del premio Gordo más cuantioso de los que han caído en la geografía regional, que alcanzó la cifra de 30.000 millones de las antiguas pesetas. La encargada de repartir la suerte fue la administración número 5 de Murcia, conocida como la del Puente, que en 2001 vendió íntegramente las cien series que circulaban del 18795, un número muy demandado en estas fechas por su terminación, ya que corresponde a 'El Pavo', según señala Pedro Clavo, el actual titular de la administración de la plaza Camachos de Murcia, que abrió su bisabuelo, Federico Pérez, en 1921.

Aunque Clavo se encontraba estudiando en Madrid y aún no había vuelto a casa por Navidad, no olvida el día en el que celebró por todo lo alto desde la capital de España la lluvia de millones que repartió su madre, María Teresa García, entre clientes abonados al número de la fortuna, bares y empresas como Artemur, una compañía textil de Molina de Segura ya extinguida cuyos empleados se embolsaron el 60% del voluminoso premio. El lotero murciano rememora la peculiaridad de que, coincidiendo con el inminente cambio de moneda que llegaría el 1 de enero de 2002, «los agraciados compraron sus décimos por 3.000 pesetas y cobraron 180.000 euros por cada uno de los mil boletos premiados».

Auri García y José Manzano son dos ejemplos de que la suerte se puede encontrar. En ambos casos, sus padres se confiaron al número 18795 durante gran parte de sus vidas. Cinco dígitos a los que estaban abonados y con los que jugaban semanalmente a la Lotería Nacional. Un boleto que no podía faltar entre los décimos de fechas especiales como el 22 de diciembre y el 6 de enero, coincidiendo con los sorteos de Navidad y El Niño.

En el caso de Auri, detalla que su padre, que tenía un bar en la carretera de Beniaján, «empezó a comprar ese décimo a un lotero que iba por la zona y mantuvo siempre la tradición, incluso después de cerrar el mesón, cuando era yo quien iba personalmente a recogerlo a la administración del Puente». Sobre el día en el que el azar se puso de parte de su familia, recuerda los nervios que le invadieron al comprobar que uno de los boletos que llevaba en su monedero coincidía con el primer premio de la Lotería de Navidad. «Era sábado y salí a hacer unas compras para Nochebuena. Cantaron el Gordo estando en una tienda de Murcia y, cuando saqué el décimo y vi que llevaba el mismo número, casi me lo quitan de las manos», afirma Auri, quien reconoce que sintió «una alegría inmensa» al ver cómo el número de su padre había conseguido el premio Gordo que su progenitor compartió con ella y sus dos hermanos. «Desde entonces, no he pillado ni una sola devolución», recalca.

José Manzano también puede decir que logró que la fortuna le acompañara, al menos, una vez en su vida. El responsable del milagro navideño que vivió hace 23 años fue su progenitor, Juan, que jugaba siempre al 18795 que en esa edición del sorteo resultó agraciado con el primer premio, valorado en 30 millones de las antiguas pesetas (que se convirtieron en 180.000 euros). «Al fallecer mi padre, continué con la tradición; algo tuvo que hacer desde el cielo para que saliera su número», apunta sobre el día en el que se convirtió en millonario.

«Estaba en una matanza que organizó mi vecino y al principio solo escuché que el Gordo acababa en 5, así que pensé que, por lo menos, me devolverían las 'perras'», relata sobre su exitosa experiencia con el azar. Al compartir el décimo con su cuñado, José recibió 90.000 euros de los que conserva algún pellizco más de dos décadas después. «Ayudé a mis hijas y me compré un coche a plazos para no fundirme el dinero de golpe», detalla este vecino de la pedanía murciana de San Ginés de 77 años. Respecto a la sensación que experimentó al ganar el Gordo de la Lotería de Navidad, afirma que sintió «una alegría muy grande», al tiempo que puntualiza que «no me puse tan eufórico como la gente que sale en la televisión».

La juventud no ha sido un impedimento para administraciones como la de El Perolo, que comenzó su andadura hace ocho años en San Pedro del Pinatar y se sitúa como líder en ventas en la Región, seguida de El Gato Negro y La Envidiosa, según datos de Loterías y Apuestas del Estado. Miguel Ángel Zapata, fundador de El Perolo, dice que la clave del éxito ha sido «aplicar la fórmula de la ilusión y ofrecer un valor añadido». En este sentido, se refiere a décimos en sobres sorpresa, boletos perfumados y con códigos QR para incluir contenido como felicitaciones navideñas.

El Gato Negro también se ha ganado a pulso la fama que atesora. La emblemática administración de la calle Trapería de Murcia fue fundada en 1973 por la abuela de su gerente, María Teresa Serrano Meseguer, quien señala a su madre, conocida como 'La Presenta' como la artífice del éxito cosechado a base de «mucho trabajo y valentía». Un negocio con gran trayectoria a cuya mascota se la conoce como El Gato de la Suerte. De ahí que nadie se vaya sin pasar el décimo por el felino, protagonista del popular establecimiento.

La Envidiosa es otro ejemplo de excelencia lotera. Coincidiendo con el 82 aniversario de la administración ubicada en el barrio de San Pedro de la capital, han apostado por esa terminación, según señala su gerente, Antonio García, quien está convencido de que este año batirán récords de ventas. Para poner la guinda solo faltaría que la probabilidad se sume a la ilusión y la Región sea la casa a la que el Gordo vuelve por Navidad .

«Ganar el Gordo de Navidad puede ser la solución a todos nuestros problemas, pero también se puede convertir en una pesadilla si no se actúa con planificación». Es una de las afirmaciones que hace el asesor financiero Pablo Sierra, quien alerta de que «muchas personas a las que le toca la lotería se arruinan antes de que pasen cinco años». El primer consejo del economista es mantener la calma y no tomar decisiones impulsivas. En este sentido, destaca que «la gente se imagina rodeada de lujo y no se debe cambiar el estilo de vida ni hacer grandes compras».

Sierra recomienda liquidar deudas para lograr la libertad financiera, aunque señala que en el caso de tener una hipoteca con un tipo de interés bajo, puede ser interesante mantenerla». La diversificación es otra de las opciones que plantea el experto en finanzas. «Es importante no dejar todo el dinero en la cuenta bancaria, derivando parte del capital a un fondo de emergencia, inversiones a medio plazo y renta variable global a largo plazo». A lo que el asesor financiero añade que «hay que evitar oportunidades de negocio dudosas, que pueden venir de amigos y familiares». En el caso de darse un capricho, aconseja que no supere el 10% del premio.

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