Las estrategias para ganar la Lotería de Navidad
A lo largo de la historia del sorteo del Gordo se han establecido diferentes maneras de atraer la buena fortuna, desde complejos estudios estadísticos hasta las ocurrencias más peregrinas
Juan Pastor
Lunes, 9 de diciembre 2024, 08:30
El algoritmo para conseguir ganar el Gordo de la Lotería de Navidad es la piedra filosofal de las matemáticas. Durante décadas, innumerables estudiosos han intentado descifrar los engranajes invisibles de la buena fortuna y, como los alquimistas que trataban de tornar los metales impuros en oro y plata, sus intentos han sido mayormente infructuosos. Y es que, como cualquier juego de azar, el sorteo del 22 de diciembre no obedece a leyes universales, sino que es un acto de pura aleatoriedad.
El estudio de estadísticas de los sorteos históricos de Lotería de Navidad puede arrojar algunas curiosidades, pero como ejercicio para apreciar pautas que permitan anticiparse al futuro es en vano, ya que cada sorteo es independiente y las probabilidades son exactamente las mismas cada año. Es decir, los números son siempre los mismos y los números ganadores de la última edición no pueden influir en modo alguno a los de la siguiente.
Aunque no hay ninguna evidencia científica que avale los sistemas matemáticos o combinaciones que aumenten las posibilidades de ganar uno de los premios de la Lotería de Navidad, existen algunas estrategias que, aunque no garantizan ganar, como mínimo sí facilitan que la experiencia de apostar sea más divertida, significativa y apasionante.
La regla de oro para ganar en la Lotería de Navidad es que la única manera de aumentar las posibilidades es incrementar la cantidad de números jugados. A más décimos o participaciones, mayores probabilidades hay de conseguir uno de los premios del sorteo. Sin embargo, esto implica también arriesgar más dinero, así que es muy complicado hallar un equilibrio entre inversión y oportunidades.
Uno de los métodos habituales para jugar más números de Lotería de Navidad es formar una peña o grupo de compra. Esta técnica consiste en unir fuerzas con varias personas para adquirir una serie de décimos compartidos. La ventaja de esta estrategia es que multiplica las posibilidades de forma directamente proporcional a la inversión conjunta, con la desventaja de que si toca un premio la cuantía se debe dividir entre más personas. Cabe recordar que, en caso de compartir décimos, todos los participantes deben firmarlos, conservar una fotocopia de los mismos e incluso elaborar una lista donde se detallen por escrito todas las participaciones, a modo de garantía a la que recurrir legalmente en caso de surgir una discordia.
Dado que las administraciones de lotería disponen de números y series diferentes, tradicionalmente ha existido siempre el afán por conseguir décimos adquiridos en distintos establecimientos, llegado incluso a aprovechar un paso por otra localidad para comprar boletos de distinto origen geográfico. En los últimos años esta estrategia ha perdido importancia debido a la llegada de internet, que posibilita acceder a prácticamente cualquier número en juego sin necesidad de desplazarse, pero hay quienes mantienen esa tradición.
Aunque no tiene efecto real sobre las posibilidades de ganar el Gordo de Navidad, la mística del sorteo ha favorecido a lo largo de los años que muchas personas adopten supersticiones y amuletos para tratar de poner la suerte de su parte. Tradiciones como apostar por números con un significado íntimo, por ejemplo un aniversario de boda o la fecha de nacimiento de un hijo, o guardar los décimos en pequeños altares, junto a elementos como una figura de San Pancracio, una rama de perejil, una herradura o una vela amarilla, han pasado a enriquecer el imaginario mágico del sorteo. Se trata de acciones que, aunque no tienen un efecto real sobre los bombos de la Lotería de Navidad, sí que hacen que la experiencia sea un poco más emocionante para algunas personas.
También está el caso de los conocidos como 'frikis' de la Lotería de Navidad, unos excéntricos aficionados que acuden a asistir al sorteo de forma presencial disfrazados con todo tipo de atuendos estrafalarios, con la intención de sobresalir entre la multitud y que la diosa Fortuna se fije en ellos.
