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Una de las cuarenta cercetas pardillas liberadas este lunes en El Hondo, equipada con un emisor. M. A. R.

Así se salva al pato más amenazado de Europa

El plan de recuperación de la cerceta pardilla alcanza el hito de mil liberaciones; las lagunas de las Moreras (Mazarrón) recibirán ejemplares el año próximo

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Lunes, 28 de marzo 2022, 19:13

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Moritos, avocetas, cigüeñuelas, fochas cornudas y aviones conviven de forma ordenada en las lagunas del Parque Natural de El Hondo (Crevillente y Elche) en la mañana de un lunes plomizo de finales de marzo. Las aves apenas se alteran al paso de los visitantes por las pasarelas de madera, ajenas al evento simbólico que va a producirse: la liberación en el humedal de cuarenta cercetas pardillas con las que se alcanza un hito en esta ambiciosa estrategia de recuperación. Ya son más de mil los ejemplares introducidos en la naturaleza gracias a un proyecto Life que tiene el propósito de salvar al pato más amenazado de Europa.

No es para menos: la 'Marmaronetta angustirostris' es una de las siete especies en peligro crítico de extinción en España –las otras seis son la jara de Cartagena (una planta), el visón europeo (un mamífero), el urogallo cantábrico y el alcaudón chico (otras dos aves), la nacra y la almeja perlífera de río (dos moluscos)–.

De pequeño tamaño, pico fino, color marfil y perfil elegante, con una coleta inconfundible, la cerceta pardilla es un pato muy especial: exige agua muy limpia y de menos de medio metro de profundidad para alimentarse con comodidad, y varía su migración en función de la disponibilidad de alimento. La degradación de su hábitat, junto con la caza, la han llevado al borde de la desaparición.

Uno de los dos jaulones de aclimatación, donde las cercetas pardillas pasan una semana antes de ser liberadas en El Hondo.
Uno de los dos jaulones de aclimatación, donde las cercetas pardillas pasan una semana antes de ser liberadas en El Hondo. M. A. R.

La población española es compartida con el norte de África, adonde se desplaza a finales de octubre o principios de noviembre. Las cercetas se reparten entonces por Argelia, la costa atlántica de Marruecos e incluso el interior del Sáhara para regresar en abril a la península, donde en mayo ya están criando. Su tasa de mortalidad es alta y por este motivo son grandes productoras de pollos. La naturaleza es sabia.

Solo quedan 107 parejas nidificantes en España, la mayor parte en el espacio natural alicantino, y el objetivo es alcanzar la cifra de 125, para lo cual será necesario mejorar el estado de 3.000 hectáreas de humedales en su área de distribución.

Custodia de territorio

Para llegar a esta meta se puso en marcha el año pasado un plan de recuperación coordinado por la Fundación Biodiversidad (Ministerio para la Transición Ecológica) que cuenta como socios con las consejerías de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, Junta de Andalucía y Región de Murcia. Tiene una duración de cinco años y un presupuesto de 6,3 millones, financiado en su mayor parte por la Unión Europea.

También participan Tragsatec; la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS); SEO/BirdLife; y ANSE. Estas dos organizaciones conservacionistas han comprado por medio millón de euros dos fincas en El Hondo que suman 54 hectáreas (El Espigar I y II).

Pasarela de madera que facilita la visita en el Parque Natural de El Hondo.
Pasarela de madera que facilita la visita en el Parque Natural de El Hondo. M. A. R.

La CHS está ultimando la adquisición de otra propiedad de 90 hectáreas (La Raja), con un coste de 900.000 euros, para integrar en el proyecto el hábitat en el que crían el 70% de las cercetas pardillas en España. El organismo de cuenca también se encargará de controlar la lámina de agua: tanto su volumen como su estado físico-químico. El agua de El Hondo procede del río Segura y de manantiales del entorno.

El humedal alicantino de El Hondo es la zona de cría más importante en España para esta anátida en peligro crítico de extinción

Las actuaciones en la Región de Murcia consistirán en la adecuación de la laguna de las Moreras de Mazarrón –una antigua gravera protegida como Humedal de Importancia Internacional y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)–, frecuentada por la anátida hace más de una década y donde se liberarán ejemplares el año que viene, según han confirmado este lunes a LA VERDAD los coordinadores del proyecto en una jornada informativa que ha contado con la presencia de, entre otros, la directora de la Fundación Biodiversidad, Elena Pita; la consellera de Transición Ecológica de la Generalitat, Mireia Mollá; el jefe de servicio de Estudios Medioambientales de la CHS, Eduardo Lafuente; el delegado en Valencia de SEO/BirdLife, Mario Giménez; y el director de ANSE, Pedro García.

«Salvar a la cerceta pardilla obliga a trabajar en la mejora de los humedales, los espacios naturales más vulnerables y que nos prestan grandes servicios ecosistémicos, algunos de ellos relacionados con la regulación de las inundaciones y la mitigación de las sequías», advierte Elena Pita. Los humedales desaparecen tres veces más rápido que los bosques.

La custodia de territorio y la cría en cautividad –en los centros de El Saler (Valencia) y Cañada de los Pájaros (Sevilla)– son dos soportes importantes de un proyecto que también contempla actuaciones de restauración ambiental en la Albufera de Valencia, Doñana, las Marismas del Guadalquivir (Sevilla y Huelva) y Punta Entinas-Sabinar (Almería).

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