Los 20 'puntos calientes' más valiosos para la biodiversidad
Trece organizaciones internacionales elaboran el mapa de los enclaves con mayor interés ecológico del planeta, algunos en la Región
Pocas comunidades españolas pueden presumir de la riqueza natural que atesora la Región de Murcia: aves rapaces, acuáticas y esteparias; abundante fauna marina asociada a tramos del litoral bien conservados; casi todos los ungulados silvestres ibéricos; especies singulares como el fartet y la tortuga mora; habitantes poco conocidos, mal vistos por puro desconocimiento pero necesarios, como los murciélagos; y una cobertura vegetal muy rica, con algunas plantas endémicas, asociada a la diversidad paisajística de un territorio que es mucho más que el Mar Menor –por desgracia en su peor momento–, Sierra Espuña y Calblanque. Porque más allá de los espacios distinguidos con figuras de protección, la vida palpita en rincones menos conocidos pero igualmente valiosos, como los incluidos en la lista de las Key Biodiversity Areas –áreas clave de biodiversidad, KBA según sus siglas en inglés–, el inventario de los espacios naturales más valiosos del mundo, presentado a finales del año pasado en Nueva York (EE UU).
«Las áreas clave de biodiversidad son los lugares más importantes del mundo para las especies y sus hábitats. Ante una crisis medioambiental global, debemos centrar nuestros esfuerzos colectivos en conservar los lugares que más importan», explican las trece organizaciones encargadas de seleccionar los 'puntos calientes' de vida en el planeta: IUCN, BirdLife International, American Bird Conservancy, ASA, Conservation International, Critical Ecosystem Partnership Fund, Gef, Global Wildlife Conservation, NatureServe, Rainforest Trust, RSPB, WCS y WWF–.
El mapa de las KBA se dio a conocer recientemente durante la Cumbre de Naciones Unidas sobre Biodiversidad en Nueva York. En él están señalados 16.000 lugares de todo el mundo que es necesario mantener en buen estado, 500 de ellos en España y 20 en la Región de Murcia.
Alondras y avutardas
La lista –ver ficha– incluye los principales espacios que cuentan con la cobertura de figuras legales como parque regional o paisaje protegido, pero también otros menos populares, como el Llano de las Cabras –Aledo– y la Sierra del Picarcho –Cieza–, donde todavía cantan las últimas alondras de Dupont murcianas. Y las estepas de Yecla, refugio de las espectaculares avutardas
Otros enclaves que pertenecen a la Red Natura 2000 también han sido escogidos, como la Sierra de Torrecilla y el Gigante (Lorca), precisamente el lugar elegido para reintroducir el lince ibérico en la Región de Murcia, dentro del proyecto Life Lynx Connect.
Los humedales, naturales y artificiales, destacan en la relación de áreas clave para la biodiversidad: el Mar Menor; Ajauque y Rambla Salada –en Santomera, Abanilla, Molina de Segura y Fortuna–; las lagunas de Campotéjar –Molina–; el embalse del Quípar –Calasparra–; el cauce del río Segura; y los Saladares del Guadalentín –Alhama de Murcia y Totana–, una llanura de inundación adecuada para aves propias de espacios abiertos como sisón, ortega, alcaraván, aguilucho cenizo y carraca.
Estos ecosistemas húmedos, los más amenazados del planeta –por una mala gestión del territorio y el cambio climático, principalmente– sirven de cobijo a especies amenazadas como el fartet, la nutria y la malvasía cabeciblanca, además de numerosos anfibios y reptiles.
También los espacios costeros y sus sierras adyacentes deben tener una atención preferente en las políticas de conservación ambiental. Por este motivo, el catálogo de KBA incorpora el área marina de Cabo de Palos-Tabarca, la Sierra de la Fausilla (Cartagena), Almenara y Cabo Cope (Lorca y Águilas) y los islotes litorales (como la isla de las Palomas y el Fraile, en Cartagena y Águilas, respectivamente).
El Programa KBA está desarrollando un programa estratégico de siete años de duración –2018-2024–, con la colaboración de gobiernos, científicos y ONG ambientales, para hacer un seguimiento de los 'puntos calientes' de biodiversidad y asegurar una buena gestión de sus valores naturales.
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