Estos niños no temen al cambio climático
El colegio Cervantes de Molina de Segura lidera la adaptación al calentamiento global en los colegios españoles con fachadas 'verdes' y recogida de agua de lluvia, entre otras medidas
Los casi trescientos alumnos del colegio Cervantes de Molina de Segura comienzan a estar preparados para el aumento de las temperaturas en el planeta que se notará especialmente en la Región de Murcia. Los más pequeños sin ser del todo conscientes, y los mayores ya muy responsabilizados, han puesto en marcha medidas que aliviarán las consecuencias del calentamiento global después de ganar, junto con otros dos colegios de Almería y Valladolid, el concurso Escuelas Naturales por el Cambio, convocado por la sociedad científica y conservacionista SEO/BirdLife con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico). El resultado del trabajo desarrollado en los dos últimos años se ha plasmado en la Guía para la Elaboración de Planes de Adaptación al Cambio Climático en Escuelas, que acaba de publicarse y ya está a disposición de los centros escolares.
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«A los alumnos les encanta, están muy implicados y motivados, y los profesores nos hemos dado cuenta de la importancia del medio ambiente como recurso educativo», explica a LA VERDAD el director del centro, Ismael Cámara, quien admite que cuando decidieron participar en este proyecto sabían bien poco de soluciones basadas en la naturaleza y fomento de la biodiversidad.
Pero nadie lo diría después de recorrer el exterior del colegio y comprobar el manto vegetal que cubre dos pabellones orientados al sur. Una fachada 'verde' que protege el edificio del calor mediante una plantación de parras silvestres, plantas trepadoras que se adhieren a la fachada con sus zarcillos y que pierden las hojas en otoño, cuando se necesita de la irradiación solar. Y sus frutos sirven de alimento para los pájaros. Los escolares, desde primero de Infantil hasta sexto de Primaria, «anotan la temperatura en diferentes épocas para disponer de series anuales y comprobar así la eficacia de esta medida», detalla el director del colegio.
Estanque para anfibios
El patio del centro alberga también un estanque para anfibios y bebedero de aves para auxiliar a la fauna que vive en la cercana rambla de los Calderones, que se queda sin agua en los meses cálidos. El agua recircula gracias a la energía generada por una placa solar, que por cierto fue robada. El Ayuntamiento ya ha comprado otra, que será instalada en unos días.
La comunidad educativa ha puesto en práctica otras estrategias para ayudar a pájaros y murciélagos, como la instalación de cajas nido. También se fabrican en el colegio comederos con materiales reciclados que los estudiantes instalan en sus balcones y terrazas, o regalan a vecinos y familiares, «para hacer del barrio de San Roque un entorno más natural y saludable», destaca el director. Todo un alivio para los gorriones, el pájaro más común en los entornos urbanos, cuyas poblaciones están descendiendo de forma alarmante.
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Los espacios al aire libre del colegio Cervantes pronto recibirán la sombra de árboles de especies autóctonas recién plantados como almeces, arces granatense y de Montpellier y mostajos. En las zonas ajardinadas, arbustos mediterráneos atraen a los insectos polinizadores.
Una guía de SEO/BirdLife con el apoyo del Miteco recoge las buenas prácticas desarrolladas por los alumnos molinenses
Estas zonas comunes naturalizadas forman un circuito interpretativo de la naturaleza más cercana que los pequeños estudiantes recorren a diario identificando plantas, reconociendo a los pájaros por su silueta o por su canto y recogiendo semillas que después replantan.
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También aprenden a ahorrar agua y a concienciarse de lo que da de sí un litro administrando el contenido de un depósito que almacena las escasas lluvias, con el que riegan y abastecen la charca artificial y los bebederos.
El medio de desplazamiento al colegio también se ha trabajado con el fomento de la bicicleta y la promoción de la fórmula más segura y saludable: caminar.
«Fuimos redactando este proyecto no con la idea de ganar el concurso, que lo veíamos muy difícil, sino de aplicar las medidas poco a poco en diferentes cursos», recuerda Ismael Cámara. Pero fueron uno de los tres únicos colegios elegidos y sus buenas prácticas ya son un ejemplo para todos los estudiantes españoles.
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