Los microplásticos se interponen en el camino de las ballenas
La presencia creciente de estas partículas tóxicas en el Mediterráneo amenaza a los rorcuales, que en verano se acercan a la costa de la Región de Murcia durante su migración
Una noticia sorprendente se hizo viral en abril de 2018: un cachalote varado en Cabo de Palos (Cartagena) había muerto por un atracón de plástico ... . Lo demostraba la necropsia practicada al mamífero marino, ya que en su estómago se encontraron 29 kilos de residuos, como redes, bolsas, sacos de rafia e incluso un bidón. Esta indigestión fatal supuso un toque de atención sobre este nuevo peligro del mar para los cetáceos, que se sumaba a los choques con grandes embarcaciones y a la contaminación acústica, que los desorienta.
Tres años y medio después, diferentes estudios científicos alertan sobre la masiva presencia de microplásticos en el Mediterráneo, un mar semiconfinado y que sufre ingentes vertidos contaminantes desde sus riberas. La especie más afectada por esta amenaza invisible es el rorcual común ('Balaenoptera physalus') o ballena de aleta, que durante estas semanas protagoniza una espectacular migración hacia el Atlántico procedente de zonas como el Mar de Liguria, entre Francia e Italia.
Un estudio científico de ANSE advierte sobre la presencia de 'basuraleza' desde Santa Pola hasta el Mar de Alborán
El segundo animal más grande del planeta, solo por detrás de la ballena azul con sus más de veinte metros de longitud media, se alimenta mientras surca las aguas filtrando pequeños peces y crustáceos a través de sus barbas, por donde se cuelan las indetectables partículas de plástico. Las pequeñas piezas sintéticas entran en el organismo de las ballenas sin que se den cuenta. Una trampa terrible para unos animales fascinantes que durante estos días se acercan a la costa de la Región de Murcia para acortar su camino hacia el Estrecho de Gibraltar. Los vídeos de rorcuales resoplando cerca de La Manga y Cabo de Palos navegan a todo trapo por las redes sociales.
La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) lleva más de una década haciendo un seguimiento científico de las poblaciones de cetáceos en las costas de la Región de Murcia, Alicante y Andalucía a bordo de su velero 'Else', estudios que complementa desde 2017 con el análisis de la basura marina en colaboración con el Proyecto Libera, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. Este trabajo se ha plasmado recientemente en el documento 'La mar y el Segura sin basura'.
Donde desemboca el Segura
Las campañas desarrolladas por ANSE durante este tiempo han identificado basuras marinas en distintas zonas. Por ejemplo, entre Cabo de Pablos y Santa Pola, una zona con gran presencia de delfines mulares, donde detectaron residuos marinos en una gran concentración. Y en mayor medida en las zonas costeras con mayor influencia de la desembocadura del río Segura. La mayor parte de la 'basuraleza' detectada es plástico, objetos que son abandonados a muchos kilómetros de distancia, hasta que finalmente llegan al mar.
No solo en esta zona se han detectado grandes cantidades de plástico. En otras campañas de navegación llevadas a cabo en la Zona Especial de Conservación (ZEC) situada entre Cabo de Palos y Mazarrón se encontraron niveles similares de concentración de basuras, muy superiores por cierto a los hallados en el Mar de Alborán. En estas aguas, además de delfines mulares, también se pueden encontrar delfines listados y comunes, calderones comunes y grises, cachalotes y rorcuales comunes.
El proyecto Libera trabaja con una red de más de 1.200 organizaciones y 70.000 voluntarios en España para poner freno a la lacra de la 'basuraleza', tanto en el mar como en tierra firme.
«La degradación física y química del plástico altera la cadena trófica y la calidad del agua»
Los primeros resultados obtenidos gracias al trabajo de ANSE con el apoyo de Libera indican que hay residuos en todos los espacios naturales muestreados, tanto fluviales como marinos, incluyendo playas que no disponen de servicios municipales de limpieza. Los residuos de tipo plástico son los más numerosos. Aixa Morata, bióloga en las campañas de navegación de la Asociación de Naturalistas del Sureste, explica que «a pesar de la cantidad elevada de plásticos encontrados en las aguas costeras, esta subcategoría posiblemente se encuentre muy subestimada, ya que estos fragmentos de envoltorios normalmente son muy difíciles de detectar a no ser que se pase muy cerca de ellos, ya que no tienen perfil de flotación ninguno y gran parte de ellos se encuentran hundidos, flotando entre dos aguas y reduciendo aún más su detectabilidad».
Los plásticos detectados se distribuyen en numerosas categorías, pero existe una alta prevalencia en las categorías indefinidas, en las que solo se pueden identificar por tamaño. «Esto indica que se está llevando a cabo un proceso de degradación física y química de todo el plástico que está llegando al medio marino, fragmentándose y contaminando el medio natural incluso a niveles microscópicos, alterando la cadena trófica y la calidad del agua», señala la bióloga marina Aixa Morata.
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