La Manga desea suerte a sus tortugas bobas

Cuando la última de las diez tortugas bobas se sumergió ayer en aguas de La Manga y se alejó de los numerosos curiosos en bañador que las estaban despidiendo en la playa, por fin se cerró el círculo del misterioso fenómeno natural de los anidamientos de estos reptiles marinos, que suelen depositar sus huevos en el mismo lugar en el que nacieron. Es lo que se espera que ocurra con la decena de ejemplares de 'Caretta caretta' liberadas en la ensenada del Esparto (San Javier), donde su madre depositó los huevos –nada menos que 102– el 23 de julio del año pasado. Dentro de unas décadas saldremos de dudas.

Estas tortugas bobas se enfrentan por primera vez a las maravillas y los peligros del mar abierto diez meses después de haber eclosionado. Se les ha liberado cuando han alcanzado un peso y un tamaño que les permite mantenerse a salvo de depredadores, como aves marinas y peces de gran tamaño.

Antes han pasado por un proceso de alimentación y crecimiento controlado en las instalaciones del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle (Murcia), los tanques del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) en San Pedro del Pinatar y el Oceanográfico de Valencia, donde las dos hembras y los ocho machos han pasado la última fase de aclimatación.

El nido de La Manga produjo 47 tortugas bobas: las 37 restantes estarán pronto en condiciones de ser devueltas al mar, también en la ensenada del Esparto, informa a LA VERDAD la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente. De ellas, 19 siguen en el Imida y 18 'entrenan' en Valencia. El nacimiento de estas tortugas marinas fue seguido en directo por miles de personas que se conectaron por internet a las cámaras instaladas por el Gobierno regional en La Manga.

Este es el segundo desove de tortuga boba documentado en la Región de Murcia, después del localizado en Calblanque en el verano de 2019. También el año pasado, en septiembre, técnicos de la Comunidad Autónoma localizaron en una cala de difícil acceso de Calnegre (Lorca) un nido del que solo pudieron recuperar dos tortugas.

«La costa de la Región sigue consolidándose como 'Territorio Tortuga', con el hallazgo en lo que llevamos de verano de siete rastros de estos animales intentando desovar, uno en La Manga y seis en Calblanque, aunque por ahora sin éxito», explicó el consejero Antonio Luengo, que participó en la liberación de los diez quelonios.

Luengo agradeció «el respeto de la ciudadanía y la colaboración de los ayuntamientos gestores de las playas urbanas, ya que la detección temprana de los rastros o los nidos es fundamental». También reconoció la implicación de las asociaciones ecologistas y de los voluntarios.

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