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Miércoles, 10 de abril 2019, 03:04
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No es fácil ser un espacio protegido costero: los visitantes suelen pasar por alto sus valores naturales de camino a la playa, donde, una vez conquistado el hueco en el que tender la toalla y clavar la sombrilla, ya importa poco que uno esté tomando el sol al pie de un afloramiento volcánico o rodeado de valiosa -¡y escasa!- vegetación iberoafricana. Y si es sábado o domingo de agosto, a lo peor toca dejar el coche de cualquier manera sobre unos arbustos, en el borde del camino. Seguro que han escuchado esta frase más de una vez: «Total, aquí solo hay lomas peladas y matorrales».
El paisaje protegido de Cuatro Calas, en Águilas, se ajusta como un guante a esta problemática: cuatro magníficas playas con un intenso uso público durante los meses de verano que comienzan a acusar el deterioro de visitantes irresponsables que estacionan los coches sobre la vegetación o deterioran el terreno abriendo nuevas sendas.
Los daños en la flora de este espacio natural han sido el motivo principal de una actuación desarrollada durante los últimos meses por la Dirección General de Medio Ambiente y Mar Menor en este Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) que pertenece a la Red Natura 2000 y que incluye las playas de Calarreona, La Higuerica, La Carolina y Los Cocedores.
Los trabajos han incluido el labrado profundo de áreas compactadas por la circulación y el estacionamiento fuera de las zonas de parking habilitadas. Para evitar que los coches se salgan de las pistas, los caminos se han delimitado en algunos puntos con la instalación de piedras de gran tamaño y talanqueras de madera.
En el área restaurada, que suma 1,3 hectáreas, se han plantado 986 ejemplares de especies autóctonas, como lechuga de mar, alacranera, sosa, albardín, orgaza, azufaifo, tomillo de invierno, taray y tarajal -o taray canario-, informa a 'La Verdad' la Consejería de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente. Igualmente, se ha eliminado vegetación exótica invasora, como la acacia, 'Nicotiana glauca', 'Cylindropuntia' -un tipo de cactus- y rabo de gato.
También se ha colocado cartelería informativa sobre los hábitats de Cuatro Calas, su fauna y su flora, así como señales temporales indicativas de los trabajos de restauración, que han sido financiados con 10.000 euros por la Fundación Cajamurcia, dentro del programa de responsabilidad social corporativa de Bankia.
El volcán de Punta Parda (Lugar de Importancia Geológica), entre las playas de La Carolina y Los Cocedores, es el hito más visible de un espacio natural en el que la erosión del viento y el oleaje han moldeado un paisaje extraordinario. El visitante bien informado querrá conocer, además de las playas, el saladar de Cañada Brusca, y sabrá distinguir, entre la vegetación, el cornical, el limonium, la salsola y la siempreviva, donde quizá se arrastre alguna tortuga mora y, seguro, la lagartija colirroja. La avifauna está representada por el halcón peregrino, la terrera marismeña, la collalba negra y, en las zonas más alejadas del mar, el zancudo alcaraván.
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