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El arquitecto burgalés Bruno Gutiérrez Cuevas, delante de un edificio pasivo. LV
«Las casas pasivas no tienen hipoteca energética»

«Las casas pasivas no tienen hipoteca energética»

La Plataforma de Edificación Passivhaus, que preside el arquitecto Bruno Gutiérrez Cuevas, celebra esta semana en Murcia su congreso anual

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Lunes, 18 de octubre 2021, 02:50

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El arquitecto Bruno Gutiérrez Cuevas (Burgos, 46 años) solo entiende la construcción con técnicas sostenibles. «No sé hacerlo de otra manera, siempre he tenido esa inquietud», asegura a LA VERDAD el presidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus, entidad sin ánimo de lucro que promueve la aplicación de criterios bioclimáticos combinados con una elevada eficiencia energética para conseguir inmuebles de consumo mínimo. El secreto reside en un estándar constructivo de origen alemán y sueco que rinde un ahorro del 70%con respecto a una vivienda convencional. La Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) acoge esta semana –los próximos jueves y viernes– en su campus de Los Jerónimos la decimotercera conferencia española de la asociación que defiende una mayor exigencia en la calidad de la construcción para hacer realidad casas cuyo gasto anual en climatización no supere el euro por metro cuadrado.

–¿Qué es una casa pasiva?

–Es una casa que está muy bien aislada, con un abrigo importante en función del clima. Los cinco principios básicos de una casa pasiva son un excelente aislamiento, ventanas y puertas de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, hermeticidad al aire y ventilación mecánica con recuperador de calor, para depurar el ambiente sin alterar la temperatura de la vivienda.

–Algo así como un pulmón doméstico inteligente...

–Más o menos. El aire que sale del interior y el que entra desde el exterior llegan por diferentes conductos a una máquina donde no se mezclan pero intercambian el calor. Así, si en verano entra aire a 35ºC y sale a 20ºC, con una eficacia media del sistema del 90% mantenemos una temperatura de 21ºC.

–Suele decirse que en las casas pasivas no es recomendable abrir las ventanas.

–Eso es un mito. En una casa pasiva se pueden abrir las ventanas como en cualquier otra, pero no es necesario porque el sistema de ventilación mete aire puro y extrae CO2 y compuestos volátiles durante las 24 horas del día.

–¿Cómo ahorra energía una vivienda o un edificio pasivo?

–Ahorra porque necesita muy poca energía gracias al buen aislamiento. Es como el rendimiento de un termo frente a una cafetera eléctrica. La energía ni se desperdicia ni se escapa. Si se abren huecos y ventanas al sur, en invierno convertimos en calor la insolación, pero en verano hay que proteger esos vidrios. Tan importante es lo uno como lo otro.

«En zonas de clima cálido como Murcia es fácil aislar una vivienda, pero se construye mal»

–En la Región de Murcia se escucha con frecuencia que en invierno se pasa más frío dentro de casa que fuera.

–Eso sucede porque no se construye bien, las casas no están bien aisladas y hay fugas de calor y corrientes de aire. En zonas con climas cálidos como Murcia las viviendas están más preparadas para el verano que para el invierno, cuando sin embargo sería más fácil aislar una vivienda que en Burgos, por ejemplo.

–¿Es más cara una casa pasiva?

–Habría que ver primero qué se entiende como coste del edificio. ¿Solo el coste de construcción o también el mantenimiento y el importe de la energía a lo largo de su vida útil? El coste de construcción es un poco más caro pero el edificio termina resultando más barato porque el sobrecoste se amortiza entre los primeros cinco y diez años gracias al ahorro de energía.

–O sea, una vivienda mal aislada y ventilada sale cara.

–Claro, porque para mantener unas mínimas condiciones de habitabilidad y confort necesitas recurrir mucho al aire acondicionado y la calefacción.

–¿Puede enfermarnos la casa en la que vivimos?

–Claro que sí, de hecho ya existe una patología descrita por la ciencia médica: el síndrome del edificio enfermo. Inmuebles con fugas de aire, mal aislados y peor ventilados, que nos causan constipados, enfermedades respiratorias, neumonías y alergias, por las esporas que libera el moho que se produce como consecuencia de las humedades.

–Edificios insalubres y también contaminantes...

–Se estima que el 40% de las emisiones de CO2 las generan los edificios, y el 90% de los que están construidos en España son anteriores a que entrara en vigor el Código Técnico de la Edificación, en 2013. Es decir, sin tener en cuenta criterios de aislamiento térmico y ventilación. Por eso es muy importante que la rehabilitación se tenga en cuenta a la hora de repartir los fondos europeos Next Generation para la recuperación. Será importante por ejemplo para la restauración de edificios públicos como colegios. Porque es un disparate, y lo hemos visto debido a la pandemia, que en una ciudad como Ávila haya que abrir las ventanas para ventilar, con temperaturas bajo cero en el exterior y la calefacción a tope.

–Para que se considere una casa pasiva, ¿tiene que estar certificada por un auditor?

–Sí, la certificación es la garantía de que cumple todas las exigencias. Hay certificadores en cada país que realizan una consultoría completa de la construcción. Los cinco conceptos del estándar 'passivhaus' son los ingredientes, pero hay que saber componer la receta, porque puede salir una castaña o un plato maravilloso.

–La escalada en el precio de la electricidad es otro factor en favor de este tipo de construcción sostenible.

–Así es, nadie está libre de caer en la pobreza energética, que afecta ya a dos millones de familias en España. Familias que no pueden encender la calefacción porque no pueden pagarla. La hipoteca energética no existe en el caso de las casas pasivas.

«El sobreprecio de una 'passivhaus' se amortiza entre los primeros cinco y diez años»

–¿Cuántas casas y edificios pasivos hay ya en España?

–Entre 160 y 170, en total unos 180.000 m2 entre viviendas unifamiliares, bloques de pisos y edificios más complejos, como hoteles y residencias de ancianos. Esto supone un ahorro de 6,3 millones de kilovatios/hora al año y dejar de emitir 1.200 toneladas de CO2, el equivalente al que absorben en un año 120.000 árboles. Hay un crecimiento exponencial:cada año se duplica el número de casas y edificios construidos con estos principios.

–¿Y en la Región de Murcia?

–Se han certificado 159 m2, y en proceso hay otros 1.285 m2.

–¿Cómo serán las viviendas de las próximas décadas?

–Se acercarán al estándar 'passivhaus', porque no hay más que ver la normativa, cada vez más exigente en eficiencia energética. Unos criterios que las primeras casas pasivas establecieron ya en los años noventa.

–¿Cómo es la casa en la que vive usted?

–Trabajo en un edificio 'passivhaus', aunque por circunstancias personales aún no vivo en una casa pasiva.

Una «apuesta» profesional por Murcia

La Plataforma de Edificación Passivhaus espera la asistencia de unas 500 personas a su decimotercera conferencia nacional. Su presidente, Bruno Gutiérrez Cuevas, asegura que la celebración de este congreso en Murcia supone «una apuesta» por divulgar las técnicas de construcción sostenibles también en ciudades de clima cálido puesto que, a excepción de la que se desarrolló en Sevilla, todas las ediciones anteriores han tenido lugar en el norte de España. El arquitecto burgalés anima a los profesionales del sector a que acudan a un foro «con ponencias técnicas de alto nivel, una feria de productos relacionados con la eficiencia energética y una 'master class' sobre rehabilitación integral que es la joya del encuentro». Se refiere a la sesión de tres horas de duración que ofrecerán el jueves por la tarde las arquitectas y consultoras energéticas Susanne Theumer y Soraya López. Bruno Gutiérrez asegura que quienes asistan al congreso comprobarán que «esto es construir bien y lo otro es construir mal».

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