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Cosecha de melones abandonada en una finca de Yecla. SALVEMOS EL ARABÍ
La melonada del Altiplano

La melonada del Altiplano

La plataforma Salvemos el Arabí denuncia el abandono de cinco millones de melones y sandías en Yecla y el despilfarro de 600 millones de litros de agua

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Martes, 29 de septiembre 2020

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¿Recordáis cuando la plataforma Salvemos el Arabí denunció en junio del año pasado que tres millones de lechugas se habían quedado sin recoger en Yecla? Pues un año y tres meses después repiten la queja pública, aunque esta vez cambiando el cultivo: ahora critican el abandono de cinco millones de melones y sandías porque estos productos al parecer no han alcanzado un precio competitivo en el mercado y es más rentable dejar que se pudran o destruirlos que cosecharlos. Esta plataforma ciudadana cifra el despilfarro de agua en 600 millones de litros en dos fincas que suman 260 hectáreas: «Como si alguien se deja abierto un grifo en su casa durante 200 años seguidos, 24 horas al día».

Lo grave de este asunto es que, aunque algún empresario agrícola se pueda permitir este derroche, la sociedad en su conjunto y el medio ambiente desde luego que no. Las aguas que riegan estas explotaciones proceden de los acuíferos de Cingla (el que abastece a Yecla, oficialmente sobreexplotado, se le extrae el doble de caudal de su recarga natural) y Jumilla-Villena (igualmente sobreexplotado, rinde cinco veces por encima de su capacidad de recuperación).

«Desde la Plataforma Ciudadana Salvemos el Arabí y Comarca seguimos denunciando estas prácticas irresponsables por parte de las empresas de cultivos intensivos instaladas en nuestro municipio, y nos seguimos preguntando por qué las autoridades competentes no atajan de raíz este problema. Es un auténtico disparate tal y como están los acuíferos; aumentan la sobreexplotación y luego abandonan los cultivos, algo que ocurre una y otra vez», se lamenta Alejandro Ortuño, portavoz de este colectivo conservacionista que nació hace unos años en contra de la instalación de granjas porcinas en el entorno del enclave más emblemático de Yecla, el Monte Arabí (primer Monumento Natural de la Región de Murcia), y ahora está centrado en la defensa de sus bolsas de agua subterránea, en grave peligro, según aseguran, por la progresiva implantación de la agricultura de regadío en estas tierras del norte de la Comunidad Autónoma.

De un día para otro, descubrimos que nos habíamos cargado el Mar Menor y que habíamos contaminado el acuífero del Campo de Cartagena con 300.000 toneladas de nitratos agrícolas pese a que numerosas voces (científicos, ecologistas) lo estaban advirtiendo desde hacía muchos años y solo se encontraron con el desprecio de los políticos: «El Mar Menor está mejor que nunca y no vamos a reducir regadíos» (Antonio Cerdá, exconsejero de Agricultura y Medio Ambiente, el 30 de septiembre de 2010 en LA VERDAD).

Ahora nos lamentamos de que el esfuerzo económico de recuperar el Mar Menor, el sacrificio social y las pérdidas en términos de biodiversidad, paisaje y calidad ambiental superan con mucho los costes de haberlo protegido como se merece. Sabemos todo esto, pero estamos reproduciendo el mismo modelo en las comarcas del Altiplano y el Noroeste.

O sea, que no aprendemos.

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