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Arnaud Montebourg.
Montebourg, el miembro incómodo de la familia socialista francesa

Montebourg, el miembro incómodo de la familia socialista francesa

Sus críticas a la política económica del presidente Hollande han precipitado la caída del Gobierno galo

COLPISA / AFP

Lunes, 25 de agosto 2014, 13:59

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Arnaud Montebourg, de 51 años, al frente del ministerio francés de Economía desde abril pasado y criticado por su arrogancia, no ha cesado de multiplicar los golpes de efecto hasta provocar este lunes la caída del Gobierno.

Brillante orador y representante del ala izquierda de los socialistas franceses, ha quedado virtualmente excluido del Ejecutivo francés por sus críticas declaraciones contra la línea económica del Gobierno del presidente François Hollande y contra la canciller alemana, Angela Merkel.

Hollande ha pedido a su primer ministro, Manuel Valls, que forme un nuevo Ejecutivo "coherente con las orientaciones que él mismo ha definido para nuestro país", según un comunicado, que no cita a Montebourg.

No es la primera vez que este abogado de profesión, atractivo y con empaque, irrita a sus propios correligionarios. En el Partido Socialista muchos critican sus "lecciones de moral" y sus "excesos". La oposición de derecha no es menos severa con él. "Habla con tal arrogancia, dando lecciones a todo el planeta", exclamó el exprimer ministro François Fillon, de la UMP.

Los "estúpidos" de Bruselas

En 2011, Montebourg comparó a la canciller Merkel con el autoritario canciller prusiano Bismarck. "¿Bruselas? ¡Unos estúpidos!", afirmó al diario 'Le Monde' en 2013. También se jactó de "meterle un gol" a Lakshmi Mittal, el patrón del gigante de la siderurgia, ArcelorMittal.

Un día, cuando era ministro de Industria, explotó ante el exprimer ministro francés Jean-Marc Ayrault, cuando éste descartó la idea de nacionalizar unos altos hornos en la región de Lorraine. "Diriges Francia como si fuera el consejo municipal de Nantes", una ciudad del oeste francés, le espetó. Valls -entonces ministro del Interior- había asegurado que en caso de ser primer ministro "sin duda" no habría permitido que semejante ministro permaneciera en el Gobierno.

Ascenso

Montebourg, nacido el 30 de octubre de 1962 en Clamecy (región de Nièvre), hijo de un carnicero y de una profesora de origen argelino, se dio a conocer como abogado al enfrentarse al primer ministro de derechas de la época, Alain Juppé, en el caso de un apartamento alquilado a un módico precio por la ciudad de París en 1995.

Activo militante del Partido Socialista desde 1981, diputado desde 1997, Montebourg intentó en 2001 -sin éxito- que el entonces presidente Jacques Chirac compareciera ante la Alta Corte de Justicia.

Fue uno de los fundadores, en el seno del PS, de una nueva corriente, el Nouveau Parti Socialiste (NPS, Nuevo Partido Socialista), que obtuvo cerca del 17% de los votos en el Congreso en 2003, con una consigna: más poder al Parlamento. Montebourg votó "no" a la Constitución Europea en 2005.

Hollande, el problema de Royal

Portavoz de la candidata socialista para las elecciones presidenciales de 2007, Ségolène Royal, le prohibieron durante un mes hacer declaraciones públicas. Había afirmado que el único defecto de la candidata era su "compañero" (pareja). La pareja de Ségolène Royal, y padre de sus hijos, era entonces el actual presidente François Hollande. Fue, además, el propio Montebourg quien le puso a Hollande el mote de 'Flanby', la marca de un flan de caramelo.

En 2011, durante las elecciones primarias socialistas para elegir candidato a las presidenciales del año siguiente, Montebourg logró el tercer puesto, tras una campaña interna muy izquierdista en la que abogó por la "desglobalización" de la economía, lo que, según sus adversarios, esconde una vocación neoproteccionista.

En esa época mantuvo un discurso virulento contra la patronal y llegó incluso a decir que Lakshmi Mittal no era bienvenido en Francia. "En un período de crisis y de decaimiento, lo que se me podría reprochar es mi silencio, mi inacción", se defiende Montebourg, paladín del patriotismo económico. Desde 2012, ha abogado con ardor por el "made in France" y la industria nacional.

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