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REUTERS
Rusia impone nuevas restricciones a sus investigadores para evitar que sean expiados

Rusia impone nuevas restricciones a sus investigadores para evitar que sean expiados

Los científicos están preocupados por las nuevas restricciones y el control de los servicios de inteligencia

COLPISA/AFP

Moscú

Miércoles, 14 de agosto 2019, 16:12

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Los científicos rusos son vigilados «24 horas al día» por espías extranjeros, advirtió este miércoles el Kremlin, que ha impuesto nuevas restricciones a los investigadores en su contacto con el exterior. El director adjunto de la Academia de ciencias rusa, Alexéi Jojlov, consideró que estas recomendaciones contradicen el objetivo de las autoridades de atraer a más estudiantes extranjeros a las universidades y facilitar su contratación en Rusia.

Estas restricciones, recomendadas en un decreto del Ministerio de Educación e Investigación, refuerzan el particular control de las reuniones en las que participan extranjeros, que reducen su presencia en los locales de institutos y su utilización de aparatos electrónicos. También exige que toda cita fijada fuera del horario laboral con un colega de otro país sea autorizada por la dirección correspondiente, seguida de un informe sobre el encuentro.

Investigadores rusos han denunciado estas medidas «absurdas y poco realistas», que «aumentarán el aislamiento» del país y complicarán su trabajo. Temen un regreso a la era soviética, cuando los científicos no podían entrevistarse con sus colegas extranjeros, salvo que estuvieran acompañados por un tercero.

En estado de alerta

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló por su parte que hay que «estar atentos», puesto que «los servicios de inteligencia extranjeros se encuentran en estado de alerta». «El espionaje científico e industrial existe. Funciona 24 horas al día , siete días a la semana y su objetivo son nuestros científicos, sobre todo los jóvenes», señaló ante periodistas, aunque también reconoció que algunas de las recomendaciones contenidas en el decreto podrían «parecer excesivas».

El ministerio de Educación e Investigación, por su lado, afirma que el decreto «refleja una práctica global» en cuanto al comportamiento de los científicos extranjeros.

La comunidad científica rusa se preocupa desde hace años por la influencia creciente de los servicios de seguridad en su trabajo. Varios investigadores han sido condenados por «alta traición» o «espionaje» en casos muy controvertidos.

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