Londres recuerda la cuarentena para todos los viajeros desde el lunes

La cuarentena ha sido criticada por numerosos diputados conservadores, pero Boris Johnson argumentó que es necesaria en esta fase decreciente de la epidemia aunque no lo era cuando la transmisión del virus era más alta en territorio británico; por la drástica reducción de vuelos y el mínimo impacto de viajeros infectados en las cifras nacionales.

El Gobierno ha presentado una moción para que el Parlamento permita el voto delegado de diputados vulnerables o que cuidan a personas de alto riesgo, tras la extendida protesta por su exclusión de las votaciones, tras poner fin el lunes al periodo 'híbirido' en el que la mayoría de los Comunes participaba en los debates por vídeo y el voto era electrónico.

Johnson se afanó en la defensa del sistema de test y seguimiento, que a juicio del líder laborista, Keir Starmer, es insuficiente cuando la cifra diaria de infectados es de entre 5.000 y 9.000, según la Oficina Nacional de Estadísticas. Johnson acusó a Starmer de oportunismo partidista, alegando que el sistema está expandiéndose rápidamente.

El número de nuevos casos alimenta las críticas a la relajación de restricciones. El primer ministro y los asesores científicos insistieron en que la nueva fase no conlleva el abandono de las medidas básicas de confinamiento, higiene y distanciamiento físico, que la población habría quebrado con más asiduidad en los últimos días calurosos.

La exprimera ministra, Theresa May, pidió a Johnson desde su escaño de diputada confirmación de que las fuerzas de seguridad británicas tendrán acceso a las bases de datos compartidas por países de la UE y del sistema Schengen. Johnson le replicó afirmando su confianza en que los socios europeos aceptarán el «mutuo beneficio» de compartirlas.

Alemania se abre a los viajes y el turismo en Europa. El ministro federal de Exteriores, Heiko Maas, anunció este miércoles el levantamiento de la alerta mundial para 31 países europeos, entre ellos España, a partir del próximo 15 de junio si el desarrollo de la pandemia de coronavirus lo permite. «No ha sido fácil tomar esta decisión. Sé que da pie a muchas esperanzas y expectativas», dijo el jefe de la diplomacia en rueda de prensa en Berlín. «Las alertas de viajes no son prohibiciones y las indicaciones para los viajes tampoco son invitaciones a hacerlos», subrayó Maas, quien recordó que la alerta mundial dictada el pasado 17 de marzo tuvo como fin advertir a la población alemana del peligro que suponía viajar a cualquier lugar del planeta ante la propagación de la epidemia de coronavirus. «Sobre cada país ofreceremos las mejores informaciones disponibles en nuestras indicaciones para viajar», señaló el ministro al referirse a la web de su oficina en la que se detalla la situación de todos los estados del mundo cuando se tiene intención de visitarlos.

Tras destacar que a partir del 15 de junio esas indicaciones serán actualizadas a diario para los países que se benefician del levantamiento de la alerta, Maas comentó que las advertencias dependerán de la situación de la epidemia en cada estado. Los 26 países socios de Alemania en la Unión Europea, así como Gran Bretaña y los cuatro estados asociados al espacio de Schengen –Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza- son los primeros a los que el gobierno de Berlín no pondrá pegas para viajar. Sin embargo, en el caso de Gran Bretaña no lo aconseja mientras siga en vigor la obligación de guardar una cuarentena de dos semanas tras entrar en el país. El jefe de la diplomacia alemana subrayó también que su ministerio no tiene intención de organizar una segunda operación de repatriación de ciudadanos alemanes que puedan verse de nuevo varados en el extranjero por un posible endurecimiento de las restricciones en los países de destino.

Tras el cierre de fronteras y aeropuertos en gran parte del mundo por la epidemia de coronavirus el ministerio germano de Exteriores tuvo que organizar el retorno de 240.000 turistas alemanes atrapados en distintos puntos del planeta. Hasta ahora Alemania solo había dictado alertas de viajes para aquellos países que se encuentran en guerra como Siria o Afganistán. De esas alertas depende también que las compañías aéreas y los turoperadores que trabajan en Alemania suspendan sus operaciones a los países afectados y se vean obligados a recolocar a los turistas en otros destinos o a devolverles el dinero de los viajes contratados.

El número de pacientes en cuidados intensivos por infecciones con el virus Sars-Covid-19 ha retrocedido apreciablemente en las últimas semanas en Alemania. Según datos del registro central alemán de contagios DIVI, actualmente se encuentran en todo el país 689 personas en cuidados intensivos, de las que la mitad necesita respiración asistida. A mediados de abril su número era de casi 3.000.

El éxito en el control de la pandemia por las autoridades sanitarias alemanas ha hecho que los 15.000 sanitarios reactivados de la reserva del ejército federal no hayan tenido que realizar labores de apoyo en centros médicos y que un hospital con un millar de camas levantado provisionalmente a finales de marzo en la feria de muestras de Berlín no se haya estrenado aun, aunque permanece a disposición por si se registrara una segunda fase de contagios masivos.

Tras un brote de coronavirus en un centro de distribución de paquetería en la localidad alemana de Duisburgo de la empresa DPD con al menos siete infectados, la empresa ha ordenado hacer test a 400 empleados de la planta, informa el Westdeutsche Allgemeine Zeitung. Los siete contagiados no son personal de reparto, sino empleados que trabajan habitualmente en la selección y redistribución de los envíos. A quince de ellos se les ha ordenado cuarentena domiciliaria de manera preventiva. En el gran centro de distribución de DPD en Duisburgo trabajan un millar de personas. Anteriormente se habían registrado docenas de contagios en otro centro de distribución de DPD en la localidad de Heinsberg, foco del primer gran brote de infecciones de coronavirus en Alemania en febrero tras una gran fiesta de carnaval.

El número de infecciones de coronavirus tras un brote en un complejo residencial de la localidad alemana de Gotinga ha aumentado a 80, mientras la orden preventiva de cuarentena domiciliaria afecta ya a más de 400 personas, según nuevas cifras de las autoridades locales. El contagio masivo se produjo el fin de semana durante la celebración de varias fiestas familiares cruzadas en un gran edificio de viviendas a las afueras de la ciudad habitado fundamentalmente por inmigrantes. Docenas de niños y adolescentes se encuentran afectados.

Las autoridades municipales ordenaron por ello anoche el cierre preventivo de todos los colegios y escuelas de Gotinga durante el resto de la semana hasta que el brote se considere controlado. Rolf Georg Köhler, alcalde de la ciudad, anunció que los 700 residentes en el complejo de viviendas deberán someterse a pruebas para comprobar si se han infectado con el Sars-Covid-19.

Después de que el Ministerio de Defensa ruso anunciara ayer el comienzo de los primeros ensayos clínicos de una vacuna utilizando soldados voluntarios como cobayas humanas, el titular del ministerio, Serguéi Shoigú, se refirió en una videoconferencia al desfile de la victoria sobre la Alemania nazi del próximo 24 de junio, que conmemora el 75 aniversario y que debió celebrarse el pasado 9 de mayo. «El grueso de los militares que tomarán parte en el desfile están inmunizados» contra el coronavirus, aseguró Shoigú.

Se supone que tal personal castrense ha superado ya la enfermedad o será vacunado con el nuevo fármaco que está en fase de ensayo clínico, aunque el ministro de Defensa no lo aclaró. Según su palabras, «he dado orden de evitar cualquier contacto de las unidades que tendrán que desfilar -en total unos 14.000 efectivos- con los militares y civiles no involucrados en los preparativos de la gran parada».

Shoigú informó también que, desde el comienzo de la pandemia, en el seno de las Fuerzas Armadas rusas se han producido 6.500 contagios por la Covid-19, aunque sostuvo que «se ha logrado detener la propagación de la enfermedad mediante la realización regular de tests».

La publicación rusa Proyekt afirmó recientemente que, durante los ensayos preparatorios del desfile llevados a cabo hasta el 16 de abril, cuando Putin decidió aplazarlo ante el avance de la Covid-19, se contagiaron «más de 300 personas, incluidos cadetes menores de edad» de academias militares. Proyekt señalaba que, el 16 de abril, se hizo el último ensayo en el campo de Alábino, en las afueras de Moscú, y entonces la ciudad llevaba ya casi tres semanas en confinamiento obligatorio y con la actividad industrial, comercial y cultural completamente paralizada.

Durante una conversación telefónica, Shoigú aprovechó ayer para invitar al desfile de la victoria a su homólogo estadounidense, Mark Esper, con quien habló también de la evolución de la pandemia en el mundo y de control de armamentos. El presidente Vladímir Putin propuso a Donald Trump acudir al evento, pero éste declinó la invitación.

Rusia, el tercer país del mundo con más contagios, supera ya los 430.000 infectados y contabiliza un total de 5.215 fallecidos por coronavirus. El número de nuevos casos de la enfermedad sigue todavía por encima de los 8.500 diarios. En este contexto tendrá lugar, no sólo el desfile el 24 de junio, sino también el plebiscito, el próximo 1 de julio, para avalar la reforma constitucional que permitirá a Putin presentarse a los comicios de 2024 y 2030.

El Gobierno francés quiere que los ciudadanos puedan regalar días de sus propias vacaciones a los sanitarios como muestra de agradecimiento por el esfuerzo realizado durante la crisis de la Covid-19. La Asamblea Nacional ha votado a favor de una proposición de ley del partido de Emmanuel Macron, que traduciría esas donaciones en «cheques vacaciones» para el personal sanitario, una propuesta muy criticada por una parte de la oposición, que considera que lo que necesitan médicos y enfermeros es una mejor remuneración.

«Este acto de generosidad permitirá a la vez contribuir a la reactivación del sector del turismo, fuertemente afectado (por la crisis)», ha señalado la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud. Se trata de una medida para que los franceses puedan «expresar su solidaridad» y que «monetiza los días de descanso de los trabajadores en forma de cheques vacacionales para los sanitarios», según el diputado Christophe Blanchet. El gobierno asegura, sin embargo, que el mecanismo es un complemento y que no sustituirá a las reformas e inversiones que se prevén para el hospital público, que deberán perfilarse tras una concertación con el sector a finales de julio.

El dispositivo funcionaría de la siguiente manera: si un trabajador decide regalar parte de sus vacaciones, su empresa deberá pagar la suma correspondiente a esos días a un organismo que centralizará las donaciones. Este organismo las convertirá en cheques que podrán ser utilizados por los sanitarios durante las vacaciones.

La medida ha generado, sin embargo, polémica entre la oposición, que la considera de «obscena» y «fuera de lugar».