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Ceremonia del Domingo de Ramos desde el Monte de los Olivos, en Jerusalén. Reuters
Primera Semana Santa sin peregrinos en Jerusalén

Primera Semana Santa sin peregrinos en Jerusalén

Los Franciscanos denuncian la diferencia de trato de Israel entre el Muro de los Lamentos, abierto al culto de manera limitada, y el Santo Sepulcro, cerrado desde hace más de una semana

mikel ayestarán

Corresponsal en Jerusalén

Domingo, 5 de abril 2020, 19:18

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Jerusalén inicia una Semana Santa que, debido a las restricciones que están en vigor para frenar el coronavirus, será «algo nuevo que nunca hemos experimentado antes y que nos pide encontrar nuevas formas de celebración», adelantó el administrador apostólico del Patriarcado Latino, Monseñor Pierbattista Pizzaballa. Para empezar, hoy no se realizará la tradicional procesión del Domingo de Ramos, conocida aquí como Domingo de Palma o Sunday Palm, que es el primer acto que marca el inicio de las celebraciones para las iglesias y conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamó como el Mesías.

Esas «nuevas formas» pasan por celebrar las misas y ceremonias más importantes, como el Lavatorio de Pies o el Calvario, en grupos limitados, de no más de diez personas, en los que figurarán los líderes de cada iglesia, junto a algunos monjes y dos cámaras profesionales para poder realizar emisiones en directo. Esta es la propuesta que los representantes de las comunidades cristianas pusieron sobre la mesa del Consejo de Seguridad Nacional de Israel y que confían en que sea aprobada.

Mismo trato que el Muro

En Israel han muerto 42 personas hasta ahora y hay 7.589 infectados, según los datos oficiales del ministerio de Salud. En los territorios palestinos, donde vive la mayoría de los cristianos de Tierra Santa, ha muerto una persona y la cifra de infectados es de 210. Las autoridades israelíes han ido endureciendo las medidas con el paso de los días y desde hace una semana están prohibidas las oraciones públicas, con la única salvedad del Muro de los Lamentos. A diferencia del Santo Sepulcro o de la mezquita de Al Aqsa, el lugar sagrado para los judíos se mantiene abierto a la oración, pero con un máximo de diez fieles al mismo tiempo.

Esta salvedad adoptada con el Muro causó malestar entre las iglesias de Jerusalén, que exigieron un mismo trato para el Santo Sepulcro, lugar en el que la tradición cristiana marca la muerte y resurrección de Jesús y que es el centro de atención de la comunidad durante la Semana Santa. Farid Jubran, abogado de Custodia Terrae Sanctae, el órgano de los Franciscano encargado de la gestión de los santos lugares, envió una carta al Fiscal General de Israel, Avichai Mendelblit, en la que calificó de «inimaginable que los lugares más santos cristianos permanezcan cerrados del todo al culto, mientras este se permite en el Muro de los Lamentos». Para Jubran, esta situación es «pura discriminación y restricción del derecho básico a la libertad de culto de un grupo religioso».

Fuego sagrado

Una de las ceremonias más multitudinarias es la del Fuego Sagrado, que celebran los ortodoxos y que este año será el sábado, 18 de abril. Miles de fieles se daban cita ese día en el Santo Sepulcro a la espera del que consideran como el mayor milagro posible, la llegada de fuego directamente del cielo. El Patriarca sale del Edículo, donde se encuentra la tumba de Jesús, con el «fuego divino» en dos ramilletes de 33 velas, una por cada año que vivió el hijo de Dios, y ese fuego se propaga entre los fieles como señal de buen augurio. Siete países, entre ellos Grecia, Rusia, Georgia y Ucrania, ya han anunciado que planean enviar aviones a Tel Aviv para poder llevarse parte de ese fuego. Debido a la cuarentena obligatoria impuesta por Israel a todos los recién llegados, los dirigentes extranjeros que acudan a recibir el fuego no bajarán de sus aviones, según recogió el portal Ynet.

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