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Israelíes y palestinos alcanzan por sorpresa la tregua de Eurovisión

El lanzamiento masivo de cohetes en vísperas de la celebración del festival en Tel Aviv obliga a Israel a firmar un alto el fuego y a aliviar el bloqueo de la Franja

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Jerusalén

Lunes, 6 de mayo 2019, 07:17

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Después de 48 horas de extrema violencia, las armas callaron este lunes en Gaza tras una tregua que entró en vigor de forma sorpresiva al amanecer. Veinticinco palestinos, doce de ellos civiles -entre ellos dos mujeres embarazadas y dos menores-, y cuatro israelíes son las últimas víctimas de la violencia cíclica instalada en la Franja. Los gazatíes despertaron con un cielo en silencio y vivieron un primer día de Ramadán marcado por los funerales multitudinarios de los últimos fallecidos en los bombardeos. Hamás y Yihad Islámica, las dos principales facciones, clamaron victoria y sus portavoces aseguraron que el lanzamiento de casi novecientos cohetes y morteros en apenas dos días lograron «desanimar» al enemigo y forzarle a cumplir los puntos del acuerdo de alto el fuego que negociaron hace ya un mes y que los israelíes nunca implementaron. Los palestinos aseguraron que esta vez Naciones Unidas, Egipto y Catar les dieron las garantías necesarias de que Israel cumplirá lo pactado.

El diario 'The Jerusalem Post' recogió algunos de los puntos del acuerdo y, citando fuentes palestinas, aseguró que las medidas van desde que el Ejército dejará de disparar a los manifestantes que toman parte cada viernes en la Gran Marcha del Retorno, en la que ya han muerto 270 personas en apenas un año, al aligeramiento del bloqueo con medidas como la ampliación de la zona de pesca y una mejora del suministro de electricidad y combustible.

Al otro lado de la verja de separación no se admitió de forma oficial el alto el fuego, pero el Ejército anunció a primera hora de la mañana el levantamiento de las restricciones en la zona sur del país, la más castigada por el lanzamiento de cohetes. Pese al cese de las hostilidades, Benjamín Netanyahu recalcó que «la campaña» en Gaza «no ha terminado» y adelantó que «requiere paciencia y sagacidad», antes de advertir que «estamos preparados para continuar», un mensaje que deja la puerta abierta para una posible nueva operación a gran escala, tal y como le exige parte de la sociedad y del espectro político con el que está negociando para formar Gobierno.

Críticas a Netanyahu

El primer ministro y titular de Defensa recibió las críticas del líder de la oposición y ex jefe del Estado Mayor, Benyamin Gantz, que calificó lo ocurrido de «capitulación ante las demandas de los terroristas». Ahora Netanyahu deberá decidir entre cumplir el acuerdo o volver a dar largas a Hamás y arriesgarse a un nuevo estallido de violencia.

Pero eso será después del Festival de Eurovisión. El certamen arranca dentro de una semana en Tel Aviv, ciudad que está dentro del campo de acción de los cohetes palestinos, y ha sido uno de los factores de presión jugado por los palestinos para obligar a Israel a aceptar sus demandas, tal y como repiten los medios palestinos e israelíes. Así lo anunciaba este lunes el periódico 'Haaretz', que aseguraba que el Gobierno obligó al Ejército a detener sus acciones de castigo por el concurso musical.

Esta última oleada de violencia estalló el martes con el lanzamiento de un cohete por parte de Yihad Islámica, facción palestina vinculada a Irán aunque con un peso mucho menor que Hamás en la Franja, y por eso desde el primer instante las autoridades israelíes apuntaron a su gran enemigo regional como el motor de lo sucedido. «No estamos ante una iniciativa local, es parte de una estrategia para elevar la tensión», señaló el portavoz del Ejército Jonathan Conricus. «Volveremos a por vosotros a través de Yihad y Gaza», advirtió a los iraníes el ministro de Energía, Yuval Steinitz, en una entrevista radiofónica.

Acabado este nuevo asalto, la oficia de prensa de Hamás hizo balance y detalló que 75 unidades residenciales, varias oficinas de comunicación y prensa, una mezquita y diez oficinas gubernamentales quedaron destruidas y 420 edificios resultaron dañados. A los dos lados de la verja admiten que el alto el fuego en vigor es solo un paréntesis antes del próximo choque.

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