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Un oasis entre dunas

Dunhuang, una ciudad al oeste de China, era una de las principales paradas de la antigua Ruta de la Seda. A los pies de dunas gigantescas, el lago de la Luna Creciente fue un fértil oasis que convirtió a Dunhuang en uno de los principales puntos de paso de las Rutas de la Seda y parada obligatoria para los comerciantes tras largas travesías con sus camellos por tierras hostiles.

Miércoles, 10 de octubre 2018, 23:19

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Dunhuang, una ciudad al oeste de China, era una de las principales paradas de la antigua Ruta de la Seda. A los pies de dunas gigantescas, el lago de la Luna Creciente fue un fértil oasis que convirtió a Dunhuang en uno de los principales puntos de paso de las Rutas de la Seda y parada obligatoria para los comerciantes tras largas travesías con sus camellos por tierras hostiles.

EFE
Dunhuang, una ciudad al oeste de China, era una de las principales paradas de la antigua Ruta de la Seda. A los pies de dunas gigantescas, el lago de la Luna Creciente fue un fértil oasis que convirtió a Dunhuang en uno de los principales puntos de paso de las Rutas de la Seda y parada obligatoria para los comerciantes tras largas travesías con sus camellos por tierras hostiles.
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