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Nancy Pelosi. EFE
Los demócratas pactan límites para sus líderes en el Congreso

Los demócratas pactan límites para sus líderes en el Congreso

Nancy Pelosi logra los votos para ser portavoz al prometer que dejará el cargo en cuatro años

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Jueves, 13 de diciembre 2018, 22:21

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La nueva generación de congresistas demócratas que salió de las urnas el mes pasado tiene prisa y empuja fuerte. Con Alexandria Ocasio-Cortez al frente, una hispana de 29 años, ha llegado dispuesta a tomar el relevo y desplazar a líderes tradicionales como Nancy Pelosi, que ayer tuvo que aceptar un límite de cuatro años para asegurarse que el 3 de enero contará con los votos para ser elegida portavoz.

Pelosi tiene 79 años y lleva 42 en política, los últimos 31 como congresista. Al representar a uno de los distritos más demócratas del país, en San Francisco, ni siquiera ha participado en un debate electoral desde 1987. Viene de una familia católica acaudalada de Baltimore y su fortuna personal, al margen de la del inversor financiero con el que se casó, se calcula entre 44 y 88 millones de euros.

En contraste, la puertorriqueña del Bronx pasó de la universidad a servir copas en un bar, fue camarera en una taquería, limpió casas y condujo autobuses, hasta que en las elecciones de 2016 se entusiasmó con la política trabajando de voluntaria para la campaña del socialista Bernie Sanders.

Duelo con Trump

Pelosi se convirtió en 2007 en la primera mujer portavoz del Congreso. Ocasio-Cortez es la mujer más joven que se siente nunca en el Capitolio. No intenta reemplazar a la astuta negociadora que el mes pasado fue nominada para repetir en el cargo, ahora que su partido ha recuperado el control de la cámara, pero el grupo de rebeldes quiere renovación. A Donald Trump no se ha escapado esa debilidad de Pelosi para usarla contra ella. El martes, en la esperpéntica discusión que sostuvo frente a las cámaras de televisión con ella y el líder del Senado, Chuck Schumer, aprovechó para «entender» que a ella «no le resulta fácil hablar ahora mismo», dejando implícito que está en la cuerda floja. Pelosi se rebeló con el mismo juego de palabras tácitas. «Señor presidente, por favor, no minusvalore la fuerza que traigo a esta reunión como la líder de los demócratas que acaba de lograr una gran victoria», protestó.

La veterana congresista supo que no podía llegar a la mesa de negociaciones sobre los presupuestos con un presidente felino sin respaldo del partido. La decisión de anunciar un límite de cuatro años para su mandato le aseguró ayer los siete votos demócratas que le faltaban para garantizar su elección y le permite apuntarse a la oleada renovadora. «Este verano ya dejé claro que me veo a mí misma como un puente con la nueva generación», de los que en el mismo comunicado dijo ser «mentora» para ayudarlos «a avanzar a posiciones de poder».

En el pacto, uno de los seis o siete que ha tejido para garantizarse los votos, Pelosi ha incluido a los otros dos altos cargos de la Cámara Baja, el líder de la mayoría, Steny Hoyer, y el tercero al mando, James Clyburn, de 79 y 78 años respectivamente. Al menos este último ha dicho, ofendido, que Pelosi no habla por él. 

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