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Con una huelga general que acabó en la anarquía, las protestas de Hong Kong desafían desde hace ya dos meses al autoritario régimen chino. PABLO M. DÍEZ
Pekín vuelve a apoyar al Gobierno de Hong Kong y pide una educación más patriótica

Pekín vuelve a apoyar al Gobierno de Hong Kong y pide una educación más patriótica

Sin ofrecer ninguna respuesta a las demandas de los manifestantes, el régimen chino insiste en culpar a «manos negras extranjeras» de manipular a los jóvenes

PABLO M. DÍEZ

Enviado especial a Hong Kong

Martes, 6 de agosto 2019, 14:03

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Tras la anarquía que desató ayer la huelga general en Hong Kong, con violentos choques entre los manifestantes y la Policía y ataques de partidarios del régimen chino, Pekín ha vuelto a apoyar este martes al Gobierno local y a su jefa ejecutiva, Carrie Lam. En su segunda rueda de prensa en una semana, la Oficina para Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado (Gobierno chino) ha reiterado su confianza en las autoridades locales para controlar la revuelta, que dura ya dos meses. Lo que empezó el 9 de junio con multitudinarias manifestaciones pacíficas contra la ley de extradición a China, que los hongkoneses temían que mermara sus libertades, ha derivado en una guerrilla urbana que cada fin de semana revoluciona la ciudad. Aunque las autoridades han suspendido el controvertido proyecto de ley, no lo retiran, como exigen los manifestantes junto a la dimisión de la jefa ejecutiva. Además de reactivar el proceso democrático para conseguir el sufragio universal en el futuro, piden la investigación de la fuerza policial y que no se impute por «revuelta» a los más de 500 detenidos en las protestas, ya que ese delito conlleva penas de hasta diez años de cárcel.

Pero el portavoz de la Oficina para Asuntos de Hong Kong eludió estas demandas y volvió a repetir el mismo discurso de hace una semana. «Apoyamos decididamente a Carrie Lam como jefa ejecutiva. Los deseos de la oposición de derrocarla no se van a cumplir», prometió el portavoz de la Oficina, Yang Guang, según informa el periódico South China Morning Post. Aunque se esperaba algo «nuevo» de esta comparecencia, que es también la segunda de la Oficina desde la devolución de Hong Kong a China en 1997, Yang Guang se limitó a replicar las consignas de la semana anterior, si acaso con advertencias más duras para los manifestantes.

«Tenemos que enviar un serio aviso a los grupos violentos temerarios y a las manos negras detrás de ellas: pagaréis el precio si seguís jugando con fuego», amenazó el portavoz. Tal y como aseguró, «todos los implicados tendrán responsabilidad legal. Este es un mensaje para todos los criminales: no confundáis nuestra mesura con ser blandos, no subestiméis la determinación del Gobierno central en mantener la estabilidad».

A pesar de las advertencias, Yang Guang volvió a descartar de forma indirecta el despliegue del Ejército para aplastar las protestas. «La Policía de Hong Kong es capaz de restaurar el orden y la paz», señaló tras recordar que el Ejército Popular de Liberación es «una fuerza poderosa y en la que se puede confiar para defender la seguridad nacional». En pleno siglo XXI, con China como segunda economía mundial y millones de ojos mirando a través de las cámaras de los móviles, el envío de las tropas no parece una opción probable porque resucitaría los fantasmas de Tiananmen y sería una dolorosa factura política para Pekín. Pero la mera posibilidad, azuzada por los medios oficiales y el propio Ejército para intimidar a los manifestantes, asusta tanto que la Policía hongkonesa ha tenido que desmentir este martes los rumores sobre el despliegue de soldados chinos.

Como suele ser habitual en los regímenes totalitarios, Pekín volvió a airear la teoría de la conspiración al culpar de la revuelta a unas supuestas «manos negras extranjeras» que estarían utilizando a los jóvenes para dañar a China. Sin dar pruebas concretas de esta presunta intervención externa, el portavoz Yang se limitó a criticar el apoyo que políticos estadounidenses, británicos y taiwaneses están prestando al bando democrático.

Apelando a los manifestantes, que gritan eslóganes como «¡Liberad Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo!», les preguntó de qué se querían liberar y los acusó de desafiar al modelo de «un país, dos sistemas». «¿No puede ver la gente que la naturaleza de las protestas ha cambiado?», se preguntó de forma retórica, ignorando que buena parte de la sociedad hongkonesa justifica la radicalización de los manifestantes por la falta de respuesta del Gobierno.

Como la mayoría de ellos son jóvenes y adolescentes, la otra portavoz de la Oficina, Xu Luying, lo atribuyó a una falta de educación patriótica. «Siento que una educación nacional firme debería ser una prioridad para poner a la gente joven en el camino correcto», manifestó Xu. A su juicio, «amar apasionadamente a nuestra nación debería ser un valor fundamental» porque «la falta de una educación nacional ha aumentado el déficit de patriotismo». Esta fue la única novedad de la rueda de prensa pero, en 2012, una rebelión de adolescentes capitaneada por el líder estudiantil Joshua Wong ya tumbó la ley de educación patriótica que les quería imponer Pekín al considerarla un «lavado de cerebro». Con la ciudad alzada contra las autoridades, retomar dicho proyecto no haría más que avivar el fuego.

Para calmar los ánimos de este verano caliente que está quemando a la excolonia británica, el portavoz Yang Gang llamó «a la gente de Hong Kong a levantarse unida contra la violencia». Se verá este fin de semana.

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