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El comercio exterior de China crece pese a los aranceles de Trump

El comercio exterior de China crece pese a los aranceles de Trump

Caen las importaciones, muestra de que las medidas del presidente estadounidense están teniendo un efecto contrario al que busca

zigor aldama

Lunes, 10 de junio 2019, 18:40

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No parece que Donald Trump esté teniendo mucho éxito con los aranceles que ha aprobado para gravar las exportaciones chinas. Su objetivo es frenarlas e impulsar las importaciones de productos americanos al otro lado del Pacífico, pero los datos del comercio exterior chino publicados este lunes deberían hacerle reflexionar: en mayo, las exportaciones de China crecieron un 1,1% en tasa anual, un dato mucho más positivo que el vaticinado por expertos consultados por Reuters, que habían previsto por un deterioro aún mayor de los datos de abril, cuando cayeron un 2,7%, y apostaron por un retroceso del 3,8%.

Lo que sí se desplomaron el mes pasado fueron las importaciones de China, justo la partida que el presidente de EE UU quiere incentivar. Y lo hicieron al mayor ritmo de los últimos tres años: un 8,5%. Trump puede aducir que esas son cifras globales y que las exportaciones de China a la superpotencia americana sí que se redujeron. Pero, con un moderado retroceso del 4,2% en mayo, lo que resulta más relevante es el descenso del 26,8% en la cuantía de los productos americanos que adquirió China. Así, el superávit comercial, que es lo que más irrita a Trump en la relación bilateral con el gigante asiático, no solo dejó de reducirse, sino que aumentó hasta el volumen más abultado del año: 26.980 millones.

En cualquier caso, la guerra comercial preocupa. ING advierte de que 2019 será el peor año para el comercio global después de la crisis de 2008, y avanza que solo crecerá un 0,2%. Por su parte, Nomura prevé que las exportaciones chinas continúen creciendo durante el segundo trimestre, pero que entren en números rojos a partir del tercero, cuando puede ser aprobada la nueva ronda de aranceles anunciados por Trump. «Creemos que Pekín pondrá en marcha medidas de estímulo para estabilizar los mercados financieros y el crecimiento», avanzó la consultora.

Devaluación del yuan

Por otro lado, todo apunta a que China está permitiendo, o impulsando, la devaluación del yuan como medida para frenar la pérdida de competitividad de sus productos provocada por los aranceles. Aunque Pekín lo niega, su moneda ha perdido un 3% del valor frente al billete verde en el último mes. Se esperan medidas de estímulo que podrían financiarse tranquilamente con las reservas de divisas, cuyo volumen también creció por sorpresa en mayo hasta quedar en 3,1 billones de dólares.

No obstante, salta a la vista que la economía china se está resintiendo. Sectores como el vino, cuya marcha está íntimamente relacionada con el consumo de la población, viven tiempos difíciles. «El año pasado fue duro y este también lo va a ser», reconoce a este periódico Carlos Miranda, encargado del área de Internacional de Interwine. No en vano, las importaciones de vinos extranjeros, incluidos los españoles, llevan cuatro meses registrando caídas de dos dígitos. «La guerra comercial provoca incertidumbre entre los consumidores, que posponen la compra de productos que no son de primera necesidad. Además, hay una saturación de vino en el mercado, sobre todo australiano, analiza Miranda.

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