Borrar
Silvia Laplana. R. C.
Silvia Laplana: «Si no hacemos algo nos vamos a asar»

Silvia Laplana: «Si no hacemos algo nos vamos a asar»

«En el colegio se metían con mi apellido pero siempre me he defendido muy bien, a todos les puse un mote», dice la meteoróloga de TVE

Arantza Furundarena

Sábado, 8 de mayo 2021, 00:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tiene un gato persa llamado Kipling y es montañera a pesar del vértigo. De hecho, para superarlo, ha empezado a practicar escalada en un rocódromo. Así es Silvia Laplana, una meteoróloga vocacional de sangre aragonesa, risueña, decidida «y terca», que de pequeña quería perseguir tornados y ahora contagia su pasión por la meteorología a los telespectadores de La 1. Como parte del equipo de El Tiempo de TVE, acaba de publicar junto a sus compañeros un libro titulado 'El desafío del clima'. «La mejor vacuna contra la crisis climática somos los seres humanos», defiende. Pero le preocupa que no aprendamos y que no seamos capaces de verlo como un desafío. «Porque es un peligro real».

En la portada de su libro, la Tierra aparece como un helado que se derrite... «Si no hacemos algo más de lo que hemos hecho hasta ahora nos vamos a asar –vaticina Laplana–, aunque también habrá episodios de frío extremo como Filomena». Le consuela pensar que reaccionaremos al ver cómo cambian nuestros paisajes más queridos. «O al darnos cuenta de que esto no solo afecta a la salud del planeta, sino a nuestra propia salud y a la de nuestro bolsillo. Que se lo pregunten si no a los agricultores de Murcia que sufrieron la gota fría».

Aficionada a la fotografía y enamorada del Pirineo aragonés, donde le tortura comprobar el retroceso de los glaciares, Silvia se considera ecologista, hasta donde puede... «Me compré hace poco un piso y me hubiera gustado que la eficiencia energética fuera la mejor. Pero dentro de lo que yo me podía permitir económicamente no había ninguno con una eficiencia energética fantástica. Creo que nos tienen que ayudar a eso y a que haya más infraestructura para coches eléctricos, entre otras cosas».

Aunque nació y se crió en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), a sus 37 años Silvia se siente aragonesa. «No es por ningún motivo político –aclara–. Sencillamente es que toda mi familia es de Huesca, me han llevado mucho a Monzón y yo he mamado la forma de ser de allí. Tenemos un humor muy peculiar, 'la somarda', que nos hace ser irónicos y sacarle punta a todo». Para ella los aragoneses son bondadosos, nobles... «Se nos ve venir, y por eso a veces nos toman el pelo. Pero también somos muy tozudos. Yo desde luego lo soy. Cuando quiero algo, voy de cabeza».

Hija de un padre muy montañero que intentó contagiarle su pasión, Laplana confiesa que llegó a «cogerle tirria al monte». Sin embargo, con los años le ha nacido la afición. A pesar de un vértigo traicionero que alguna vez ha estado a punto de bloquearla en una ascensión («he aprendido a centrarme en mis pies y a no mirar a los lados»), ha logrado coronar el pico de Guara, «un dos mil muy cañero que tiene más mala leche que algunos montes de tres mil», según explica. Lo de acudir a un rocódromo es más reciente y se debe a su compañero meteorólogo Marc Santandreu, «que me quiere llevar por el mal camino, je, je...».

Ver un tornado

Su madre siempre le recuerda que ya desde muy niña insistía en que quería ver un tornado. Sin embargo estudió Óptica pensando en una salida laboral segura. Al terminar, se apuntó a un máster de Meteorología y consiguió convertir su pasión en un trabajo estable. Lleva ocho años en TVE. Y, sí, por fin ha visto un tornado. «Vi cómo se empezaba a formar uno en el horizonte. Me hubiera gustado acercarme, pero las personas que estaban conmigo me frenaron».

Su aspecto de alumna aplicada no engaña. «Fui muy buena estudiante, aunque también me gustaba mucho irme de fiesta». Y su apellido Laplana le costó más de una burla. «No llegó a ser bullying, eran las típicas bromitas... Pero aprendes a sobrevivir. Yo siempre me he defendido muy bien. Todos los que se metieron conmigo acabaron con un mote». Ya en la tele, recibió a través de las redes comentarios machistas sobre su físico. Y tampoco se quedó callada. «Soy de ciencias, soy meteoróloga, no modelo», reivindica. Al contrario que Eugenio Martín Rubio, el hombre del tiempo que se jugó el bigote, Laplana avisa que por una predicción meteorológica ella solo se jugaría «una cena».

Delgada por naturaleza («soy poca cosa y encima, como hago mucho deporte, me quedo en menos»), Silvia es devota de los alimentos de 'kilómetro cero'. No se considera buena cocinera, «pero me defiendo porque llevo viviendo sola desde los 17 años». Su pareja reside entre Huesca y Madrid. Y a la meteoróloga le gustaría tener hijos... «A veces piensas qué mundo les vamos a dejar. Pero espero que sepamos reaccionar y conservar lo que tenemos. Es la idea que queremos transmitir con nuestro libro».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios