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«Mi abuela me llamaba 'Juana sin miedo'»

«Mi abuela me llamaba 'Juana sin miedo'»

Francine Gálvez, la primera persona de color que presentó un Telediario en España,asegura que, «en cuestión de diversidad, en la tele hemos ido para atrás»

ARANTZA FURUNDARENA

Lunes, 28 de octubre 2019, 12:07

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¿Qué lleva a una marca de cosmética a pensar en una mujer negra como imagen publicitaria? La necesidad de transmitir que hay que romper barreras. Y Francine Gálvez en eso es una experta. Fue la primera persona de raza negra que presentó un Telediario en España. Desde entonces, no ha parado de luchar por la normalización de la diversidad. «Que la gente entienda que se puede tener mi color de piel y ser más madrileña que la Cibeles o ser de origen asiático y hablar con acento andaluz -explica-. Yo creo que esa barrera ya he conseguido romperla». El pasado martes, la periodista ejerció de embajadora del maquillaje Accord Perfect de L'Oréal Paris. «Durante años -recuerda-, tuve que comprar los maquillajes en Londres o en Nueva York».

Comunicativa y 'echada p'alante', Francine de joven estudió Periodismo, aunque sus padres hubieran preferido Derecho. «Luego dejé mi empleo y el piso recién comprado y me largué a Nueva York a cursar un máster». Tuvo un novio vasco que le duró varios años... «Soy más de Urioste o de Irún que muchos de allí», bromea. Y es que Francine, hija de padre español y madre camerunesa, lleva toda su vida aclarando que ella no tiene nada de extranjera. Quizás porque ha escuchado muchas veces: «Qué bien hablas español, no tienes acento». «Llegué de Camerún con dos años -puntualiza- y ya desde mis primeras palabras hablé en castellano».

De niña, era tan revoltosa que su madre solía decirle: «Ojalá tengas una hija como tú». Y su abuela andaluza la llamaba 'Juana sin miedo'. «Siempre me he dejado llevar por la pasión y por ese fuego interno que es la intuición. Al final, logras la felicidad porque consigues hacer lo que de verdad querías. Pero eso no significa que no tenga miedos. Le temo sobre todo a la locura del fanatismo. A esa gente a la que le han contado un cuento y se lo ha creído y lo defienden como si fuera la única verdad posible. Eso me da escalofríos».

«Me habría gustado tener hijos, pero aposté por mi carrera»

A la presentadora, le gusta presumir de familia «mezclada», con primos y sobrinos que van «del blanco nuclear al negro azabache». Ella, a sus 53 años, no tiene hijos. «Ahora, a toro pasado, me da un poco de pena -confiesa-. Ahí no he sido valiente. Lo típico, pones por delante tu carrera profesional, triunfas... Y luego, cuando encuentras el hombre, no tienes tiempo; y cuando encuentras el tiempo, no tienes hombre». Han llegado a relacionarla con el jinete Álvaro Muñoz Escassi. Y ella se parte de risa. «Somos amigos íntimos desde hace años. Es tal la tontería, que casi te dan ganas de jugar a provocar». No es el caso. Hoy la periodista asegura vivir «junto al hombre de mi vida». Pero, para historia romántica, la de sus padres...

«Se lo debo todo a ellos, son 'superguays' -enfatiza-. Mi padre se marchó a África en los años sesenta, dejando atrás la España franquista. Se enamoró de una africana y luchó por ese amor. Y mi madre tuvo el valor de abandonar su casa, sin conocer el idioma... Algo inesperado, porque ella jamás había pensado emigrar. No pertenezco a este tipo de nuevos inmigrantes que vienen por cuestiones económicas o de guerra. Soy fruto de una historia de amor».

Presiones estéticas

La primera mujer negra que presentó un informativo en España opina que «en eso, hemos ido hacia atrás. Hoy la diversidad en televisión es cero». Una amiga de origen africano que es actriz le cuenta que solo recibe ofertas para hacer papeles de prostituta o de señora de la limpieza. «¿Acaso una negra no puede ser abogada?», protesta... Gálvez también denuncia la presión que sufre la mujer para cumplir ciertos cánones estéticos. «En la tele la talla XL está excluida, y cada kilo que pierdes es un cero más en el caché». Ha presentado programas como 'Mamma mía' y 'Aquí hay tomate', pero aclara: «Mi acercamiento profesional al mundo del corazón ha sido alimenticio. Me importa un pimiento la vida de los demás».

Como productora audiovisual, Francine prepara un documental sobre «una grandísima mujer que dará que hablar». Lo compagina con su labor como tertuliana en Telemadrid, donde destaca «la sororidad que hemos logrado entre mujeres tan distintas como Cristina Almeida o Isabel San Sebastián». Si de algo se ha arrepentido en la vida Francine Gálvez es de haber sido demasiado equidistante y diplomática... «Pero desde que crucé la barrera de los 50 -asegura-, me mojo mucho más».

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