Un padre viola a su hija y ella es la castigada
En pequeños pueblos de La Indian siguen primando los consejos tribales a la ley
c. garcía
Jueves, 12 de mayo 2016, 10:17
Una noche de enero, Sachin Tukaram Bhise, un campesino de la aldea india Jawalwadi, llegó a su casa borracho y violó a su hija de 13 años que, en ese momento, dormía junto a su otra hermana. La menor no contó nada de lo ocurrido entonces por miedo, se limitó a decir que su padre sólo le había acariciado la mano.
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Para su infortunio, el padre reconoció que había violado a su hija y, en un consejo tribal de la pequeña aldea en la que viven, se consideró culpable a la niña; se estimó que había tenido un comportamiento indecente y con el agravante de haber mentido respecto a los hechos desde el principio. Por todo esto, el consejo determinó que la niña de 13 años, violada por su padre, fuera castigada con cinco latigazos.
La joven fue atada con cuerdas y atizada con la rama de un árbol. Los mayores de la aldea grabaron la brutal escena y se pudo ver después en el Washington Post. Precisamente, fue este medio el que denunció tal atrocidad. Después de haber ocurrido esto, la Policía de La India medió y acusó al padre de agresión sexual. Además, los que impusieron el castigo a la menor, fueron denunciados por la Policía pero continúan en libertad y convencidos de que actuaron adecuadamente.
En La India, el Tribunal Supremo prohibió los consejos tribales pero continúan ejerciéndose en las pequeñas poblaciones, como la de Jawalwadi. En el caso del padre que violó a su hija, los que castigaron a la joven dicen que "si algo así hubiera pasado a mi hija, la habríamos casado con el violador", una condena común en las violaciones de La India.
La pequeña declaró a periodistas del Washington Post que merecía los latigazos, "mi error fue no decírselo a nadie en casa", dijo la joven. La niña explicó que en su familia todos la miraban mal y que en la comunidad como en su entorno cercano todos creen que ha hecho algo mal.
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En La India, se estima que una mujer es violada cada 15 minutos. La mayoría de víctimas no denuncian las agresiones por miedo a los castigos y a no ser tomadas en serio. En 2012, un caso de violación múltiple conmocionó al mundo: La joven Nirbhaya fue asesinada después de que varios hombres la violaran en un autobús urbano. Amnistía Internacional condenó el caso, pero en La India continúan cometiéndose esas atrocidades.
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