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la verdad
Miércoles, 8 de abril 2015, 13:34
Cuando una persona lleva varios días desaparecida, puede pasar de todo por la mente de la familia, los amigos o los compañeros de trabajo. Un secuestro, un robo, un paro cardíaco... pero lo último que podían pensar es que se encontrara muerto en su casa tras haber mantenido relaciones sexuales con su espantapájaros.
Todo indica que esa fue la causa de la muerte de José Alberto Lescano, un agricultor de Buenos Aires de 58 años que apareció muerto junto a un espantapájaros a los pies de su cama. El muñeco tenía un tubo de 15 centímetros que salía de su bragueta y los labios pintados. Parece indicar que se tratase de un juego sexual de lo más estrafalario.
El agricultor, que al parecer tenía unos curiosos gustos sexuales o estaba tan falto de cariño que cogió lo más parecido a una persona que encontró a mano, fue hallado muerto por su jefe tras llevar varios días desaparecido.
Según fuentes policiales el cuerpo del hombre se encontraba en un avanzado estado de descomposición, y aunque en una primera inspección ocular pudieron observar dos cuerpos encima de la cama, más tarde comprobaron que se trataba, ni más ni menos, de un espantapájaros. También comprobaron que el cuerpo no presentaba signos de violencia ni de robo, por lo que la hipótesis de que pudiera haber una tercera persona implicada, queda totalmente descartada. Los vecinos del agricultor aseguran que se trataba de un tipo solitario y sin amigos.
Según han informado fuentes de la investigación, el hombre empleaba al muñeco como juguete sexual para autosatisfacerse aunque, al final, se le fuera un poco de las manos.
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