Un viajero del tiempo

Se trata de una remota región estandarte de la 'cucina povera', aderezos simples, cuna de las mejores pizzas del mundo y de la salsa de tomates conocida como 'passata', la mozzarella de Búfala Campana y tanta y tana deliciosa gastronomía... que se me hace la boca agua. Michelle Perillo es un pequeño viticultor afincado en una pequeña zona entre olivos y frutales donde reina la variedad aglianico. Una de las grandes variedades de Italia en el sur y que encuentra su mayor expresión en la Denominación de Origen Taurasi. En apenas cinco hectáreas de terreno y en el corazón de Campania, arropado por el Vesubio y a unos 480 metros sobre el nivel del mar, con suelos de arena, caliza y arcilla, ocurre la magia. Taurasi es una denominación basada en la maduración y afinado de esta variedad hasta que las uvas están en su punto para emprender el viaje de su comercialización.

Y esto le da su majestuosidad, su complejidad y su estructura, sin perder la identidad, su carácter varietal, la fruta madura y ácida, las notas de flores azules y ahumadas y un largo desfile de terciarios, caramelos, especias dulces, y todo arropado por los aterciopelados taninos a la vez que contundentes. Y persiste, y persiste, y sigue con los matices. Es muy largo. Y es que Perillo y su hijo miman cada detalle desde el origen. Mínima intervención, biodinámica y equilibrio, biodiversidad, una agricultura viva como siempre se hizo. Los vinos se afinan en grandes botti, barricas usadas que dan la quietud y el afinamiento que se requiere, durante unos 20 meses. Pero luego el afinado sigue en botella ocho años más. Tiempo. Tiempo, al fin y al cabo, que podemos disfrutar en forma de vino, bien acompañado. Un vino solemne, serio y profundo. Y por supuesto ágil, dinámico y vicioso.

Podría ser pareja ideal de unos gazpachos manchegos de caza, un arroz de pichón o un cordero al horno. Y esto sugiere de inmediato -y no muchas cosas más que hacer después, sin prisa-, dejarle que nos cuente cada uno de esos detalles que le otorga el paso del tiempo. O simplemente disfrutarlo junto a un atardecer, una pizza napolitana, o dos, o tres, y una buena compañía.

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Ponce Buenapinta 2020 DO Manchuela

Un vino singular, fresco, crujiente y atrevido. Con dos variedades, una de ellas desconocida y peculiar que a nadie dejará indiferente. Una de las tantas que casi forman parte del pasado, y que a veces nos muestran la diversidad que hubo en algún tiempo y que a veces resurge para darnos estos pequeños placeres. De intensidad muy baja, se pueden catalogar por parte de algunos ortodoxos como «clarete o rosado». Aquí encontramos una variedad delicada, fresca de forma natural en climas cálidos, con alta acidez y tanino sutil, y acompañada de una juvenil y desenfadada garnacha que nos muestra el lado más fresco del Mediterráneo. Perfecto para tomar con aperitivos, un arroz y piscina, sin pensar demasiado pero disfrutando a lo grande, en compañía. Atrévanse. Bodega: Bodegas y Viñedos Ponce.Variedad: Moravia agria y garnacha.Zona: DO Manchuela.Precio: 13 euros.