El tiempo se detiene

Como aquí hemos venido a jugar, voy a recomendar en esta página siempre vinos que no superen los 29,99 euros de precio de venta al público (PVP). Es menos arriesgado hablar bien de vinos de 100 o 200 euros. En la mayoría de los casos, se trata de muy escasas producciones procedentes de viñedos excepcionales y cuyo contenido de la botella -es decir, el vino- suele ser cosa fina. Pero no son aptos para la mayoría de los mortales (entre los que me incluyo).

Hoy, como era mi primer día de no superar esta apuesta de los treinta euros, y tampoco era plan de jugármela demasiado, me quedo rozando ese precio con esta locura de vino llamado La Time, de la Bodega Llanos Negros. Para que el lector se haga una idea, a modo de resumen: es un vino blanco de la añada 2000, embotellado en 2015, y que hoy, en junio de 2023, se ha convertido en un espectáculo lleno de matices. Descubrí La Time a partir de un tipo al que sigo en Instagram y que subió una historia hablando sobre el vino y sobre esta producción de 2.340 botellas. De primeras, cuando veo cantidades tan pequeñas, me da envidia por no tener yo una de esas 'joyas' en mis manos y suelo picar fácilmente. Lo compré 'online' en la única web que lo encontré por 29,60 euros. Pensé que un vino que ha permanecido pacientemente durante 15 años endepósitos de cemento y que se vende por ese precio es una gran oportunidad para un aficionado al mundo del vino.

La Time se elabora con la variedad de uva listan blanco, bajo el amparo de la DO La Palma. Viñedos de cerca de 70 años trabajados mediante una viticultura integrada, y cuidados por maestros, carpinteros, pescadores…. amantes todos de una viticultura ancestral. Viticultores que no han caído en la tentación de cambiar las variedades de toda la vida, de producciones bajas, por otras foráneas y de producciones mucho mayores. Han sabido mantener el patrimonio enológico del cono sur de la isla de La Palma.

En cuanto a la parte más técnica y de elaboración, el vino fue macerado y parcialmente fermentado con sus pieles en un depósito de cemento original de la bodega (que data de 1947), se descubó (se retiraron las pieles) a los seis días para terminar posteriormente la fermentación. Se trasegó a los 12 meses y permaneció 15 años hasta su embotellado en el mismo depósito, para embotellarse sin clarificar ni filtrar. Un vino que mira con suma insolencia el paso del tiempo. Y que así siga.

En boca es seco y afilado en su entrada, sápido y con mucho carácter en su paso, para finalizar ligeramente mineral. En conclusión: un vino seductor, elegante, sofisticado y con una raza sin precedentes. Un vino para disfrutar lenta y pausadamente, y para no dejar de soñar.

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