El sabor de la madurez
Pago de Santa Cruz Gran Reserva se elabora con las viñas más viejas de Hermanos Sastre y es ejemplo vivo de Ribera del Duero
Carlos Nicolás
Jueves, 22 de diciembre 2022, 01:56
El escritor y filósofo estadounidense Eric Hoffer defendía en sus ensayos que la decepción está directamente relacionada con las expectativas. La primera vez que leí ... esto recuerdo no haberle hecho demasiado caso. Quizá no lo entendí, o no lo quise entender. Soy de esa generación que durante una fase de su vida vive en el dogma de hacer «todo lo que no le guste a nuestros padres». Afrontamos la vida esperando el cambio que probablemente no es necesario, y negamos todo lo que ya estaba cuando llegamos. Por suerte, solo hay algo más irrefrenable que las ansias de rebelión de un adolescente 'millennial': el tiempo.
La madurez nos llega a todos, y nos damos cuenta de que somos a quienes seguimos, a quien escuchamos, de lo que nos alimentamos, a quién abrimos la puerta, el mal que elegimos tener cuando de algo hay que presumir; lo que creemos creer, lo que pensamos pensar y lo que imaginamos ver cuando nuestros instrumentos ni siquiera están acaso afinados.
Pago de Santa Cruz Gran Reserva
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Bodega: Hermanos Sastre.
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Variedad: Tempranillo.
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Zona: DO Ribera del Duero.
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Precio: 80 euros.
Pago de Santa Cruz Gran Reserva representó para mí esta revelación. Era el vino que gustaba a mis mayores, ese del que yo no quería saber nada, el que eludía subido a mi atalaya imberbe, con menos conocimiento que verborrea. No es fácil ese paso. Cambiar de opinión no es caerse del caballo camino de Damasco. Son botellas abiertas, personas conocidas y ansiedades pasadas. Una vez aceptado que no todo lo nuevo es mejor, y que mantenerse inerte a ruidos y modas tiene más mérito que ir dejándose mecer por olas y momentos, fue cuando de verdad aprecié todo el trabajo que se estaba haciendo aquí.
Entre almendros y encinas
Los vinos de la familia Sastre son ejemplos vivos de lo que es la Ribera del Duero. Son tintos potentes, exuberantes, con mucha fruta, pero al mismo tiempo con la frescura propia que te da la acidez. El Pago de Santa Cruz es una parcela rodeada de almendros y encinas a unos 800 metros de altura, y representa uno de los parajes más especiales de La Horra. La familia Sastre cultiva aquí varias parcelas de diferentes orientaciones. Son viñedos en vaso con una media de 85 años que siempre se han cultivado de forma tradicional. En esta parcela se elaboran dos vinos tintos: Pago de Santa Cruz y este Gran Reserva al que nosotros prestamos atención hoy, que se elabora solo en las mejores añadas y al que van destinadas las viñas más viejas.
Dedicación en cada sorbo
El vino envejece en barricas y fudres de roble americano y francés no menos de 30 meses, y aún nos hacen esperar más a los fieles dejándolo otros 30 meses en la botella antes de que llegue al mercado. La dedicación casi extinta de los Sastre se nota en cada sorbo. El vino es limpio e intenso, con una boca sabrosa y bien estructurada. En resumen, es un gran vino con todo el recorrido por delante. Quizá después de mucho reflexionar, la conclusión es que lo único inteligente que pude hacer un hombre en su vida es contradecirse.
Vile la finca Prieto picudo
Hasta hace pocos días no conocía el sabor de este vino. Había leído sobre él, sabía de su existencia, conozco a las personas que hay detrás, pero no lo había probado.
Me llegaron unas botellas, como obsequio de estas fechas. Abrí una botella sin saber qué esperar, ni mucha referencia a la uva Prieto Picudo, y con la certeza de que nunca nadie me iba a pedir consejo sobre él. El vino sabe a fruta negra y a regaliz. Un vino potente, no podía ser de otra forma, pero con una finura que fue lo que me descolocó y me hizo leer esa noche tanto como pude sobre él.
Una sorpresa mayúscula, que se ha convertido de un día para otro en una referencia que recomendar cuando quiera descolocar a alguien.
Bodega: Vile La Finca. Variedad: Prieto Picudo. Zona: León. Precio: 14 euros.
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