El resurgir del vino naranja

Hubo un tiempo en que los vinos blancos se elaboraban únicamente del modo que hoy conocemos como 'orange wine', cuando todavía no se contaba con la tecnología para separar de forma inmediata los mostos y las pieles. Lo que en su día fue la única técnica conocida para la elaboración de vinos blancos, en la actualidad se ha convertido en una tendencia que pretende recuperar la vieja tradición. Tanto es así, que hoy en día constituye toda una categoría: la del vino naranja u 'orange wine'. Y, con la tradición, vuelven todos aquellos procesos y estilos que la acompañan, de sostenibilidad y mínima intervención: fermentación espontánea con levaduras indígenas, viticultura ecológica y el uso de ánforas en la crianza del vino.

El renacimiento de los vinos naranja en occidente tiene lugar en Italia gracias a algunos productores del Friuli, activos en la frontera con Eslovenia, en la zona del Collio de Gorizia. Los pioneros fueron seguramente Josko Gravner y Stanko Rodiko, en Oslavia, un territorio en el que la mineralidad de los suelos de ponka y la variedad reina, la ribolla, han propiciado el contexto ideal para la recuperación de estas milenarias técnicas de vinificación. Desde este rincón del Collio ha surgido un movimiento que hoy ejerce influencia sobre muchos viticultores y artesanos por toda Italia y más allá de sus fronteras: Austria, Alemania, Francia, España, Hungría, Serbia e incluso Nueva Zelanda y Estados Unidos se dedican también a esta apasionante tipología de vinos.

El año pasado tuvimos la gran suerte de visitar y conocer a Makro Primosic, bodega de 1956 en Collio, en la frontera con Eslovenia, y probar 'in situ' diez de sus vinos. De ellos he elegido Primosic 2018 Ribolla Gialla Riserva, de color ámbar, de aroma floral con recuerdos de acacia, para mezclarse con la cáscara de cítricos en una sensación de mineralidad envolvente, pulpa de albaricoque y castaño. En boca es ácido y graso al mismo tiempo, con buen desarrollo, lleno de matices y sabores. Un buen maridaje específico sería un lomo de salmón a la plancha con tartar de cítricos. Un maridaje general podría ser una carne de ave o carne blanca y también combina con cocina asiática ligeramente especiada. Debemos servirlo a una temperatura más alta que un vino blanco suave: 12 grados sería una temperatura ideal. Y beberlo en copas amplias, incluso de balón, para permitir que se exprese con la amplitud necesaria. La autenticidad la tenemos en los orígenes.

Es increíble cómo Ramiro Ibañez ha recuperado la esencia de la variedad Palomino y ha experimentando con los distintos suelos de albariza -el típico suelo blanco de Jerez, calcáreo y con muy buena retención de agua-. Este es un vino blanco seco elaborado con Palomino de diferentes parcelas del Pago de Miraflores, Miraflores Alta y Miraflores Baja, con diversos tipos de albariza.

Tras fermentar en botas de Jerez realiza la crianza de ocho meses en botas seleccionadas con presencia de velo en flor los dos últimos meses. Un vino seleccionado por su estilo único, que marca una tendencia y está a la altura de los grandes vinos blancos del mundo, sin complejos.