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Víctor Rodrigo y Aroa López, este lunes, en Región de Murcia Gastronómica. Vicente Vicéns / AGM
Región de Murcia Gastronómica

El contrapunto de la tradición

El restaurante valenciano Samsha ofrece a doce comensales una experiencia inmersiva de luz, colores y sonido y cocina creativa

Lunes, 6 de noviembre 2023, 13:46

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Víctor Rodrigo, Aroa López y Víctor Hugo tienen un particular concepto de la cocina. Si se supone que esta debe proporcionar al cliente una experiencia global, pues hágase. Así que en su restaurante Samsha, en Valencia, acompañan la ingesta con un envolvente espectáculo que apela al resto de los sentidos. Vanguardia pura. Su idea es, precisamente, romper con la tradición.

Tres cocineros que dan de comer -y más- a doce personas. «Yo siempre he llevado mi propia línea. Después de doce años haciendo cocina creativa me dije: 'Si sigo así, en varios años, seré uno más'. Así que me reconvertí». Ellos cocinan, dan de comer y divierten a los comensales directamente en la sala. «Lo que pretendemos es proporcionar una experiencia inmersiva», aclaró Aroa. «Para nosotros esto es una performance en torno a la comida». Su espectáculo actual gira en torno al color. De hecho, todos los ingredientes, de cada plato, cuberterías y vajillas tienen el mismo color, mientras en paredes y la propia mesa se proyectan juegos de luces y formas monocromáticas.

Una fascinante puesta en escena desde la cocina más rompedora 'vestida' por un espectáculo global en torno a una barra en forma de 'U' en la que el comensal se ve envuelto en una magia atmósfera de luz, color y sonido. Un canelón de manita cesárea sin pasta -una besamel de la seta gelatinizada relleno de pularda con cúrcuma y azafrán- dan un aspecto monocromático. Color amarillo, al igual que la vajilla. «Pretendemos que cuando alguien se siente en Samsha coma cosas que nunca antes hayan comido», precisó Víctor.

Color naranja. Una multiesferificación en forma de mazorca, con una crema de calabaza y queso gouda en un taco elaborado con lentejas naranjas y achiote; acompañado de una selección de picantes y un pico de gallo con zanahoria. Efectivamente, una propuesta única, arriesgada, diferente a todo en un pase de nada menos que 34 bocados de un emplatado espectacular.

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