Una victoria de pizarra en el estreno de la marítima
El Cartagena, confundido en televisión con el Efesé del polígono, logra los tres puntos en el primer partido que juega con la segunda equipación
El director general deportivo Manuel Sánchez Breis decía que pensar en El Toralín le recordaba al capitán Cordero derrotado en el césped, a Julio Gracia ... con lágrimas, a Moyita destrozado y al líder Vitolo poniendo fin a su última gran temporada como profesional. Seguro que a partir de ahora al directivo albinegro se le vendrán a la cabeza imágenes muy diferentes a las de esa maldita tarde del 15 de junio de 2019. El Toralín fue la estación final de varios pilares del proyecto albinegro, como Moisés, Aketxe y Óscar Ramírez, y desde ayer será la estación que finalmente despegó a un Cartagena maduro, serio y de matrícula en LaLiga SmartBank.
Por ese camino de la estabilidad en el fútbol profesional logrará el equipo de Paco Belmonte la repercusión merecida. Porque hay cosas que no cambian. Los ocho largos años de travesía del FC Cartagena en Segunda B tienen daños colaterales para la España futbolística. No es la primera vez que las federaciones, los clubes y las retransmisiones televisivas confunden la historia del balompié cartagenero y bautizan al actual Efesé con el nombre del histórico Cartagena FC, que compite en el Grupo XIII de Tercera.
Volvió a suceder ayer, para indignación del cartagenerismo, cuando la plataforma de pago Movistar LaLiga anunció a sus espectadores que a las 18.30 horas empezaba el partido entre la Ponferradina y el Cartagena FC. Son clubes totalmente distintos y ni siquiera están vinculados formativamente en las bases. Detalles que desaparecerán con el tiempo y la costumbre de estar en el fútbol profesional.
«Ni hace dos semanas éramos tan malos y había que marcharse ni hoy somos tan buenos», asegura el abulense
Anécdota al margen, lo cierto es que en la retransmisión a los comentaristas también se les escapó un par de veces el femenino «la Efesé» para referirse al conjunto albinegro. Los aficionados se lo hicieron saber y los comunicadores rectificaron desde entonces. De hecho, poco después calmaron los ánimos al remarcar la importancia que tenía para el cartagenerismo el estreno en El Toralín de la segunda equipación, la camiseta marítima, tan esperada para los seguidores.
Lesión del asistente
Los once futbolistas la vistieron con la manga corta, a pesar de que el frío ya se dejó notar en el Bierzo. El entrenador Borja Jiménez pasó del polo veraniego al jersey, mientras su homónimo Jon Pérez Bolo lucía directamente el chaquetón de la Ponferradina. Los jugadores suplentes llevaban la sudadera puesta en la grada. Tal vez esa brisa otoñal provocara un enfriamiento en el muslo del línea García Lozano. El cántabro sufrió unas molestias musculares y el partido se detuvo durante cinco minutos, del 21 al 26, hasta que finalmente solicitó el cambio por el gallego López Vila. No es habitual, pero a veces estas cosas pasan. Al Cartagena le vino genial ese corte, de hecho.
En ese tiempo, los futbolistas aprovecharon para hidratarse y recibir instrucciones de sus entrenadores. Las cámaras de LaLiga captaron los ajustes tácticos que Borja Jiménez daba a sus pupilos. En pleno siglo XXI y apogeo de las nuevas tecnologías, lo hizo con una herramienta rudimentaria, a la vez que práctica y clásica: una pizarra imantada, vistosa y colorida para afinar todos los detalles y lograr los tres puntos.
Curiosamente, la implantación de nuevos sistemas en el fútbol salvaron al Cartagena de que la Ponferradina tuviera opción de recortar distancias: el VAR anuló un penalti inexistente de Elady. Ya se preparaba Yuri desde los once metros. No fue así después de que el árbitro Moreno Aragón rectificara, tras revisar las imágenes varias veces.
No es para menos, entonces, que el abulense mostrara anoche su satisfacción en la rueda de prensa posterior al partido. «Estamos igual de tranquilos que hace dos semanas. El equipo va evolucionando y todos necesitan un proceso. Con la victoria todo es más fácil pero cuando vengan las derrotas serán los mismos. Hay que creer en lo que hacemos para seguir progresando porque será un año difícil», dijo.
El abulense no quiso olvidarse de la «solidez defensiva» mostrada por el equipo: «Los últimos minutos los jugamos mejor que otras veces. Vamos creciendo y a los chicos les pongo una nota bastante alta. Ni hace dos semanas éramos tan malos y había que marcharse ni hoy [ayer para el lector] somos tan buenos. Ahora cada semana o cada tres días vas a estar expuesto a ganar y a perder». La defensa no sufrió en el tramo final, cuando llegó el gol del Sporting y los acercamientos más claros del Lugo. Además, Marc Martínez mantuvo la portería a cero por segunda vez esta temporada y apareció en dos ocasiones claves para evitar que la Ponferradina se adelantara y recortara distancias.
Trabajar sin altas ni bajas
El entrenador del Efesé valoró que la victoria llegara ante una Ponferradina que compitió «los 90 minutos» y que afrontaba el partido con tres triunfos consecutivos, algo que el abulense quiso «poner en valor». También agradeció trabajar con normalidad en una semana sin mercado de fichajes y la plantilla cerrada. «Pueden estar todos y das normalidad. Hay jugadores nuevos, necesitan una adaptación, otros son nuevos en la categoría, hemos ganado consistencia en el doble pivote...».
Por su parte, Bolo sostuvo que la diana de Jurado hizo «mucho daño» a la Ponferradina, porque el equipo no supo «reponerse» y «enseguida llegó el segundo». «Es un duro palo, en la primera parte hicimos un buen trabajo», apuntó.
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