Un soplo de esperanza para el Cartagena

El 1-0 llegó, además, de una manera completamente inesperada, puesto que los primeros diez minutos del equipo de Jandro habían sido lamentables. Ríos Reina, tan destensado como de costumbre, había regalado una pelota a Sergi Enrich en el primer minuto. En el segundo, Joaquín y Vilarrasa empezaron a darse cuenta de que en el costado derecho del Efesé había un boquete y casi montan una jugada de gol. En el cuarto minuto, Sergi Enriche remataba por encima del larguero después de un buen servicio de Kortajarena.

El Cartagena no pasaba del centro del campo. Vivía encerrado en su parcela y en la grada, como viene sucediendo desde que empezó el campeonato, el runrún empezaba a ser evidente. Y en estas llegó un inesperado giro de guion. Ríos Reina buscó en largo a Escriche y el pase, que era poco prometedor, se envenenó gracias a un error de Loureiro, quien en su afán de cortar el envío con la cabeza despistó a su compañero Blasco y permitió que Escriche se plantara solo en el área. Su centro al primer palo, lo tocó Pulido y lo terminó de empujar a la red Gastón Valles. El uruguayo ponía fin así a su sequía de 28 partidos sin celebrar un tanto.

Se animó la grada y se animó el equipo. Llegaron unos minutos buenos, en los que el Cartagena combinó con cierta coherencia y en un par de internadas de Jairo la gente soñó con que llegara el segundo de los suyos. Sin embargo, la realidad se impuso. El Huesca, con muy poco, generó el suficiente peligro como para empatar el encuentro. Tuvo el 1-1 Javi Hernández en un remate de cabeza muy franco. No siguió la marca Ríos Reina y pudo pagarlo muy caro. El testarazo del medio oscense se marchó por encima del travesaño.

La primera del segundo tiempo también la tuvo Javi Hernández, con un derechazo que se fue rozando el palo. Esa jugada vino en una contra de los de Hidalgo que el Cartagena concedió de un modo absurdo. El susto volvió a ser importante, pero lo cierto es que en esta ocasión sirvió para que los locales se activaran y firmaran sus mejores minutos de toda la temporada.

Mereció el segundo el Efesé en un rato bueno de Escriche y Cedric, por fin desatados y punzantes en un equipo que necesita la mejor versión de todos sus atacantes para salir del pozo. El castellonense, posiblemente extra motivado por aquello de enfrentarse a uno de sus 'ex', le dio un pase enorme a Gastón Valles, pero el uruguayo no supo leerlo y se quedó sin un doblete que mereció, por su esfuerzo, coraje y entrega. Le falta esa pizca de tranquilidad al charrúa para aprovechar mejor sus cualidades dentro del área. Se supone que cuando la encuentre verá puerta con cierta regularidad.

Cedric, por su parte, hizo la jugada de la tarde, dejó clavados a Vilarrasa y Joaquín y soltó un zurdazo que se estrelló en el poste. La cosa estaba para que hiciera el segundo el Cartagena y evitara así un sufrimiento extremo en el tramo final del partido. Y lo pudo hacer Gastón Valles después de una gran jugada personal en la que, de nuevo, le faltó claridad para ver puerta.

No sentenció el Efesé. Y tuvo que sufrir, claro. Si en cualquier situación se sufre... Pues en la que está ahora el Cartagena, ni te cuento. Se encerraron los de Jandro en su parcela y casi llega el empate. Pablo Cuñat sacó una mano prodigiosa para evitar el gol de Unzueta. Fue en una jugada que se debió haber evitado, ya que los de casa tuvieron que defender un minuto con uno menos por la tardanza en hacer el cambio de Carmelo por el renqueante Cedric. Movió el balón de un lado a otro el cuadro visitante y el cabezazo del ariete del Huesca no fue gol debido a la sensacional parada del meta albinegro, ayudado además en última instancia por la madera.

No paró de percutir el Huesca y un centro de Unzueta se paseó por la línea de gol sin que ningún compañero lo empujara a la red. El equipo altoaragonés llegaba al Cartagonova en una mala dinámica, tras cinco jornadas sin ganar y con la sensación de que fuera de El Alcoraz le cuesta una barbaridad hacer goles. Esa sensación se acrecentó este domingo en el Cartagonova, donde fue incapaz de marcar ante el colista, un Efesé que solo había dejado su portería a cero una vez.

Resistió y ganó el Cartagena. Vienen ahora partidos muy difíciles ante el Almería y el Eibar, dos rivales con plantillas que están a años luz de la del Efesé. Afrontará el equipo de Jandro su envite ante el cuadro indálico a cinco puntos de la permanencia. Ganar al Huesca era básico para mantenerse con un hilo de vida. Y lo consiguió el Cartagena. Ya veremos si esto es el principio de algo o no, pero de momento es un soplo de esperanza.

La tarde había empezado torcida, con 300 aficionados concentrados en la explanada del estadio pidiendo la salida de la directiva. Y acabó de la mejor manera, con la gente feliz por vez primera en lo que va de temporada. Tres puntos que son una tregua y que sirven para pensar en que puede haber luz al final del túnel.