Simón Moreno se luce en debut veraniego del Efesé

Ahora, la recompensa ha llegado. Ha sido un camino pedregoso pero ya pasado. Y el primer premio a lo conseguido en La Rosaleda hace poco más de un mes llega en forma de partido amistoso frente a un Miura, todo un Villarreal que el año pasado quedó quinto en Primera División y que este curso está armando, con Unai Emery al frente, un equipo que dará que hablar. Parejo, Gerard Moreno, Coquelin, Pau Torres, Samu Chukwueze o Kubo solo son algunos ejemplos, pero la lista de grandes nombres en la escuadra amarilla es amplia. Que los albinegros se midan a un equipo de tanto peso solo está al alcance de los elegidos.

Lo cierto es que el Cartagena no desentonó en su estreno. En absoluto fue esa cenicienta que acudía al césped de Pinatar Arena con botas de cristal esperando ser el 'sparring' de tanta estrella. Más bien, los de Borja Jiménez salieron con descaro, siendo fieles a su estilo. El fútbol combinativo, que ya exhibió el Efesé en Segunda División B, se lucirá mejor este curso. LaLiga Smartbank es otro mundo y en dicha categoría la propuesta es bienvenida.

Y eso que el primer acto no empezó bien para el Cartagena. A los 40 segundos de juego los blanquinegros ya sumaron un tanto en contra. Fernando Niño recogía un pase de Gerard Moreno, que vio el desajuste defensivo de la zaga rival, y Marc Martínez, sin tiempo para entrar en calor, no podía detener el balón. El guardameta catalán, el efectivo que más minutos disputó en este primer 'bolo' veraniego de la campaña 20/21, sí acertó en dos ocasiones, ambas en la primera parte, en los pocos acercamientos que tuvo el Villarreal sobre el arco cartagenerista.

Iban pasando los segundos y, poco a poco, la maquinaria albinegra se iba engrasando. La excelencia, en un equipo en plena reconstrucción, es imposible desde el inicio, y eso se notó en un Cartagena que estrenaba franjas horizontales en la camiseta. Presos de varias caras nuevas, los de Borja Jiménez tenían que ir tejiendo los mecanismos necesarios para que el entendimiento entre todos los miembros de la plantilla sea exitoso en el futuro. Carrasquilla fue el principal maestro de orquesta. Cuando el panameño dice de jugar al fútbol, roza cotas alcanzables solo para unos pocos. Ante todo un Primera División, volvió a flotar sobre el césped y a bailar con el balón.

Y su mejor aliado fue un Simón Moreno, referencia ofensiva este domingo, que deslumbró, dejando varios gestos técnicos y mucha movilidad en la media hora que participó, algo que invita a pensar que Belmonte, Breis y la comisión deportiva han acertado de pleno. La guinda a una actuación corta pero intensa llegó a los 18 minutos. El de Cartaya recogía el balón en el círculo central, abría el esférico a la izquierda para Cayarga, y este le devolvía la pelota para que solo tuviera que empujarla. Era el empate a uno.

A quien viera el partido y no conociera al Cartagena, los albinegros tuvieron que sorprenderle gratamente, a pesar, incluso, de que solo seis minutos después de poner las tablas en el marcador, Gerard Moreno, el máximo goleador nacional del curso pasado en la máxima categoría, controlase al borde del área y en un parpadeo cargase un disparo a la derecha de Marc Martínez. Volvía a imponerse la escuadra de Unai Emery, que no estaba dominado de pleno.

Vinicius Tanque, con una actuación más que discreta y un visible mosqueo cuando le tocó retornar al banquillo en la segunda parte, Carlos David y Edu Martínez, del filial, salieron a la media hora. Al central ya se le conoce, puro carácter. El chico del 'B', por su parte, dejó algún detalle.

El segundo acto fue otro cantar. Con el carrusel de cambios habitual en esta parte de la temporada (siete en el Cartagena y once en el Villarreal), los amarillos fueron amos y señores del encuentro. Salieron Santi Jara, Elady, Jurado y Cordero, entre otros, jugadores que deben reivindicarse y que no tuvieron una actuación para el recuerdo. También saltó al rectángulo de juego Markel Etxeberría, del que se puede concluir que el Efesé perdió el curso pasado, por culpa de una lesión, a un buen lateral derecho.

El dominio castellonense, con Alcácer, Kubo, Iborra, Pedraza, Moi Gómez y demás, fue más que notable. Hasta que en el minuto 70, Mario González sentenció el encuentro tras recibir un balón desde la izquierda, en una jugada dentro del área chica en la que nadie atinó a sacar la pelota. Esteve, que acababa de ponerse los guantes, tampoco pudo hacer nada. Al final, un 1-3 que deja en el Cartagena, a pesar del resultado, un toque de dulzura pero sin adornos. Hay materia prima y falta más por venir. Solo era el primer partido ante un equipo con pedigrí. El miércoles, a las 10 de la mañana y también en Pinatar Arena, el Leganés será el próximo rival de los albinegros, un conjunto de la misma categoría y de ese encuentro se podrá extraer alguna conclusión más clara.