Paco Belmonte: «Este año estaremos entre el ocho y el trece, sin renunciar a nada»
«Si hay que fichar a tres jugadores en enero, lo haremos. Tenemos el dinero y sabemos que hay que ponerlo en el campo»
Poco a poco se va recuperando de unas semanas complicadas, de idas y venidas al hospital por culpa de sus recurrentes problemas de migrañas, ... tensión alta y estrés. La mala salud de hierro de Paco Belmonte (Murcia, 45 años) es una compañera de viaje que el presidente del Cartagena acepta con cierta resignación. Le gustaría levantar un poco el pie del acelerador, pero sabe que es complicado. Está contento con el inicio de temporada de su equipo y «muy ilusionado» con un año en el que habla de «crecimiento exponencial» del proyecto, tanto «dentro como fuera del terreno de juego». Acaba de arrancar su octava temporada al frente de un club que vive los mejores momentos de su historia.
–¿Está contento de cómo ha ido el verano?
–Sí. El nuevo escenario económico de LaLiga nos ha hecho variar nuestra estrategia en el mercado de fichajes. Desde diciembre sabíamos que la entrada del fondo CVC se iba a notar mucho este verano y somos conscientes de que, en ese contexto, nosotros somos perdedores en la mayoría de las negociaciones.
«Con CVC perdemos en la mayoría de negociaciones y por eso este año firmamos pronto»
–¿Y por eso se adelantaron a la jugada?
–Sí. Teníamos que fichar 13 jugadores y éramos conscientes de que se nos irían futbolistas, después de hacer una buena temporada aquí. Identificamos rápidamente los perfiles que queríamos y en cuanto pudimos los firmamos a todos. Ese fue el plan.
–¿No le ha dado un poco de vértigo cerrar la plantilla tan pronto y firmar a tantos jugadores que venían de un año malo?
–Cerrar la plantilla pronto no nos dio vértigo. Hasta el 1 de septiembre teníamos límite salarial para firmar y fichas libres. No lo hicimos porque ninguna opción nos convenció y el míster quería una plantilla corta. Firmar a mucha gente que viene de hacer un año malo es un riesgo en una plaza de mucha presión. Si solo se habla de ascenso el jugador se puede atenazar. Pero nosotros creemos que en Cartagena esto es distinto. Aquí hay calma y se da confianza al jugador. Por eso, estoy convencido de que cuatro o cinco de los que vienen de hacer un mal año aquí van a dar un rendimiento muy bueno.
«Quiero que haga goles y no merece ser pitado aquí, pero no me gustó su forma de irse»
–Me parece que la plantilla se ha quedado corta. ¿A usted no?
–Se puede argumentar eso, pero yo también puedo argumentar lo contrario. Si firmas al mejor lateral izquierdo de la categoría, que es Jairo, y tienes a Calero y Datkovic, que pueden jugar en esa posición, yo no veo un problema ahí. No veo necesidad de invertir 150.000 euros en un lateral izquierdo suplente que apenas va a jugar en toda la temporada. Nuestro hombre 23, 24 y 25 de todos los años no nos termina de aportar en el campo lo que nos cuesta económicamente. Por eso, este año hemos decidido ir a una plantilla de 22, con jugadores polivalentes y la oportunidad de ir tirando de chicos del filial, que hay varios que pueden rendir muy bien en el primer equipo. Ahí están Neskes, Djaka, Nacho Pais o Farru, por ejemplo.
–¿No le parece que falta un delantero que sustituya, de alguna manera, a Rubén Castro?
–Buscamos un perfil distinto a Ortuño y Sadiku y si lo hubiéramos encontrado estaría aquí. Queríamos traer a un jugador similar a Mo Dauda. También te digo que muchas veces nos frena la tranquilidad que nos aporta Luis [Carrión]. Nos dijo que Borja Valle, Jansson y Arribas pueden jugar en punta y que no firmáramos por firmar. En el medio, lo mismo. Antes de ir a Burgos, con Musto sancionado, le comenté al míster que nos hubiera venido bien haber firmado a un segundo pivote defensivo. Y él me contestó que estuviera tranquilo y que el comportamiento de Mikel Rico y Sangalli en esa zona iba a ser bueno. Y fíjate si lo ha sido.
«Gano seis, siete u ocho veces menos de lo que debería. Le ahorro mucho dinero al club»
–Explíqueme la operación de Sanghyuk Lee, por favor.
–Nuestro patrocinio es muy local. Y nuestras posibilidades son limitadas, en este sentido. Aparecen unas empresas coreanas dispuestas a aportar un dinero si este futbolista viene con nosotros. Lee es un chaval que nos puede dar algunas cosas en el campo y muchas otras fuera de él. Deja un dinero que nos servirá para mejorar la plantilla.
–¿Cuánto dinero deja?
–Existe un acuerdo de confidencialidad y no puedo desvelar cantidades. Es un buen acuerdo y nos abrimos a un mercado potente como el coreano.
–Entiendo que el dinero solo llegaba si el jugador tenía ficha en el primer equipo.
–En un principio, sí. Al filial le hubiera venido bien, pero ellos [los coreanos] exigían ficha con el primer equipo, donde obviamente Lee lo va a tener más complicado. Pero también podíamos haber ingresado una cantidad menor sin que hubiera llegado el futbolista. Insisto en que lo importante para nosotros era abrir ese mercado en Corea del Sur.
«Le he dicho que si entra en el Murcia, está como una cabra y ni me ha pedido ir con él ni me iría»
–¿Tiene claro qué fichará el Cartagena en el próximo mercado de invierno?
–Primero tenemos que ver la evolución del equipo. Llevamos 9 puntos de 15 y podíamos tener 11 o 12. No merecimos perder con la Ponfe ni con el Burgos. Yo a este equipo lo veo muy competitivo y con ganas de dejarse la piel en cada partido. A ver qué pasa hasta enero. Pero que quede claro que nosotros no queremos guardar el dinero. Tenemos para firmar y lo gastaremos, ya que el dinero tiene que estar sobre el terreno de juego. Si hay que hacer tres fichajes en enero los vamos a hacer. Cero dudas con eso.
–¿Está curada ya la herida de la marcha de Rubén Castro?
–Hay gente que se lo tomó mucho peor que yo. No quiero que le vaya mal. De hecho, cuando veo sus partidos y tiene una oportunidad de gol con el Málaga yo quiero que el balón entre. No soy rencoroso y entiendo que, en un momento dado, él decidiera irse. Yo hice todo lo que estaba en mi mano. Si le hubiera llamado el Sporting o el Oviedo, no se habría ido. Le dieron las llaves de su nueva casa en Sevilla, su suegro acababa de fallecer y el Málaga le daba más dinero. Y decidió salir. No me ha gustado nada, eso sí, su forma de irse. Una llamada al móvil dando la cara me hubiera bastado y hubiéramos quedado tan amigos. Él no merece venir aquí y ser pitado por el público al 100%, pero es cierto que el Cartagena tampoco merece el trato que le ha dado Rubén Castro.
«Mi novia antes de conocerme pensaba que era un gilipollas. Soy muy directo e igual eso no gusta»
–Había hecho historia en el club en solo dos temporadas y podría haber acabado siendo una leyenda del Cartagena.
–Si se hubiera quedado, en su retirada todos habríamos estado de acuerdo en que Rubén Castro se habría convertido en el futbolista más importante en la historia del Cartagena. Hay gente que esas cosas las cuida más y otros las cuidan menos. Tenemos el ejemplo de Alberto de la Bella, que nos dio muchísimo menos en el terreno de juego, pero nos aportó mucho fuera. Le organizamos una despedida muy bonita y ahora acaba de incorporarse al cuerpo técnico como mentor deportivo. Luis [Carrión] lo quería a su lado, sí o sí.
–¿Cuál es el objetivo en las secciones de voleibol y baloncesto?
–El equipo de voleibol tiene que subir a Primera. Nos traemos el proyecto a Cartagena y queremos testar el respaldo que tiene aquí. Queda feo decirlo, pero si este proyecto no estuviera apoyado por nosotros se hubiera caído ya. Y después de 30 años en El Algar hubiera sido una pena. El objetivo del Cebé, por su parte, tiene que ser igualar lo del año pasado y que al Palacio vayan 1.200 espectadores, en vez de 900. Pero no podemos ir más rápido de la cuenta y pensar en ascender sin tener consolidado el proyecto. Con todo, sabemos que el equipo de fútbol es lo que no se puede caer. Es la base.
–¿Cuándo vamos a poder ver algo de la ciudad deportiva?
–En un mes vamos a ver el primer edificio, el que usará el filial en sus partidos y el primer equipo en sus entrenamientos. Y estamos estudiando algunos pequeños cambios en el edificio grande. Yo espero que en Navidad esté. El dinero lo tenemos y es cuestión de ir acelerando plazos.
–Este verano hubo mucho revuelo en San Antón por la futura cesión por parte del Ayuntamiento del campo de la Gimnástica Abad durante los 50 próximos años al FC Cartagena. ¿Cómo está ese asunto?
–Está aprobada en Junta de Gobierno la cesión por cuatro años al FC Cartagena, pero no tiene sentido gastarnos más de un millón de euros y que dentro de cinco años pueda llegar un político y nos saque de allí. O hay una concesión a largo plazo o el club no invertirá en la remodelación de ese campo. Si en los últimos 725 años nadie ha invertido un céntimo allí, pues igual es el momento de que alguien lo haga, presente un proyecto mejor que el nuestro al Ayuntamiento y se lo concedan. Por nosotros, perfecto. Tenemos 32 equipos de base y queremos invertir en San Antón, pero solo si hay una seguridad de que estaremos allí muchos años. Yo creo que se solucionará todo y este mismo año comenzarán las obras. Esa es mi sensación.
–Su amigo Felipe Moreno está desembarcando en el Real Murcia, tras quedarse con las acciones de Mauricio García de la Vega. ¿Le ha pedido que venda el Cartagena y se vaya con él?
–No me ha ofrecido nada de eso. La semana pasada comí con él en Cartagena, y tan normal. Lo hemos podido hablar informalmente y él se ríe. Si alguna vez me lo pidiera, obviamente le contestaré que no. También le he dicho que si realmente entra en el Murcia está como una cabra. A sus años, no tiene ninguna necesidad de meterse en ese lío.
–¿Entrará pronto Felipe Moreno en el Real Murcia?
–Creo que no es algo que va a ocurrir tan rápido como mucha gente piensa. Él sabe que la dimensión del Real Murcia es muy distinta a la del Leganés. Si finalmente entra es una magnífica noticia para ellos. Pero que quede claro que yo no iré a Murcia con él. Ni nadie de mi equipo. Si entra, estará al frente de nuestro principal enemigo deportivo.
–¿Se puede seguir siendo competitivo en Segunda sin la ayuda de un fondo de inversión?
–Sí. Y lo hemos demostrado. Parece que la llegada de un fondo te garantiza ser la repera. Es obvio que te da más recursos, pero hay clubes que lo siguen pasando mal. No todo es dinero. Importa mucho la gestión. Sabemos que van a llegar ofertas por el Cartagena en los próximos meses. Se vende el Espanyol por 250 millones de euros y en Segunda solo hay dos clubes que tengan un modelo como el nuestro: Lugo y Ponferradina. No hay más.
–¿Cuánto vale el Cartagena?
–Llegué cuando debía 6 millones y su valor actual es de 30 millones. Estoy muy satisfecho de haber dado la vuelta a esto.
–¿Pero usted quiere vender?
–No. Estoy encontrando el equilibrio y ahora ando mejor de salud, tras una etapa un poco complicada. Aquí no hay problemas de egos y todos curramos. Estoy feliz y con ganas de hacer cosas.
–¿No acusa el desgaste?
–No, al revés. Siento que cada 15 días estamos viviendo unas fiestas brutales en el Cartagonova, con la gente animando al equipo desde el minuto 5. Es la bomba. No sé cómo explicarlo muy bien, pero estoy en un momento en el que disfruto trabajando y valoro los pequeños detalles. Ahora estamos con el restaurante y la ciudad deportiva. Y luego seguiremos con nuevos proyectos.
–¿Está el equipo ya consolidado en Segunda?
–Sí. Y no es una sensación solo mía. Me lo dicen otros clubes y se ve en el día a día. Yo creo que este año vamos a estar entre el ocho y el trece. Sería lo lógico, pero no vamos a renunciar a nada.
–En redes sociales leí hace poco que no fichaba más porque usted se estaba gastando el dinero del club en hacerse una piscina en su casa.
–Son tonterías. Es que no le hago ni caso a esas cosas. Ni a los que dicen que no fichamos más porque Manolo [Sánchez Breis] y yo tenemos un sueldo muy alto.
–¿Es así?
–Yo gano lo que quiero y faltaría más que tuviera que dar explicaciones al respecto en un club privado y en el que el 100% de las acciones son mías. Pero ya te digo que es poco para lo que debería ganar. Mi sueldo debería ser seis, siete u ocho veces más alto del que es, porque trabajo como un cabrón y le ahorro mucho dinero al club. Miro cada céntimo y aquí no hay películas raras.
–Tiene usted fama de soberbio y prepotente. ¿Por qué cree que mucha gente lo ve así?
–Mi novia antes de conocerme pensaba que era un gilipollas y solo me había visto por la tele. Yo creo que esa naturalidad no gusta a determinada gente. Me gusta hablar claro y soy espontáneo. Igual es porque soy muy directo y no me callo. No lo sé. No me considero una persona soberbia y sí alguien cercano. Cuando me entrevistan a nivel nacional suelen decirme que da gusto tratar con presidentes que pone las cosas fáciles. Yo contesto a todo el mundo y echo una mano a quien me lo pide. Creo que soy una persona accesible.
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