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Migue García pelea con un contrario, en el partido del domingo
Una tarde de gestos y excusas

Una tarde de gestos y excusas

Limones llamó caradura al presidente Marco cuando iba camino del vestuario y Migue dedicó una peineta a la grada

Francisco J. Moya

Domingo, 19 de abril 2015, 22:59

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La tarde de fútbol y de polémica arbitral también tuvo una buena dosis de gestos que dan para escribir varias páginas de periódico. Habrá que empezar por el principio. El edil de Deportes, Diego Ortega, que no se habla ya con el presidente del club, Javier Marco, ocupó su sitio en el palco, aunque dejó una butaca libre entre él y el joven abogado valenciano, para no tener que conversar con él. Ni se saludaron al llegar ni se despidieron al irse. En el Ayuntamiento no quieren saber nada de Sporto Gol Man.

Hubo más. Los futbolistas -por cuarta vez seguida en el estadio Cartagonova- volvieron a protestar durante los primeros 30 segundos, renunciando a jugar la pelota y abrazándose en el centro del campo, colocándose otra vez de espaldas al palco. En esta ocasión, el edil Ortega -a un palmo de Marco- se puso de pie y estuvo ese medio minuto aplaudiendo a los jugadores, tal y como hicieron el resto de aficionados. La imagen fue muy potente. Unos 2.000 abonados pasaron por taquilla y dejaron unos 15.000 euros en las arcas del club. Muchos entraron tarde, ya que se formaron largas colas en las taquillas del fondo sur.

Ni en la Concejalía de Deportes ni en la Federación de Peñas ni en la plantilla y cuerpo técnico entienden por qué Marco sigue viniendo cada quince días al palco, cuando lleva tres meses sin pisar las oficinas del club y ha desatendido por completo las cuestiones del día a día. Eso también se lo recriminaron algunos aficionados de tribuna alta al acabar el encuentro. Y el presidente se paró a charlar con ellos.

Marco se excusó diciendo que él «trabaja» para el FC Cartagena, que no pertenece a Sporto Gol Man, que también se siente engañado y que él está poniendo todo de su parte para encontrar las soluciones económicas que el club necesita. No convenció a nadie.

También fue muy significativo el gesto del meta Limones cuando abandonaba el terreno de juego. Miró al palco, se tocó varias veces el rostro -llamando caradura a Marco- y le recordó (con otro gesto muy evidente) que Sporto Gol Man tiene que pagar ya. Antes de eso, tras una jugada desafortunada durante la segunda mitad en la que Migue García erró un pase fácil y fue pitado por la grada (ya iban unas cuantas), el sevillano dedicó una doble peineta a la tribuna. Se equivocó.

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