Mejoría sin premio para el Cartagena
El Efesé pierde otra batalla ante un Almería lanzado, a pesar de que acaricia la remontada y no se rinde hasta el final
Llevan cinco años en Almería viviendo a todo trapo, a costa de Turki Al Sheikh, asesor de la Corte Real del Reino de Arabia Saudí ... y Presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de un país que no para de invertir dinero en deporte para lavar su imagen. No obstante, no hay dinero en el mundo que tape las 198 ejecuciones ordenadas solo en lo que va de este año por el régimen autócrata saudí y la sistemática violación de los derechos humanos en un lugar donde el desierto no es como el de Tabernas. Allí no hay esparto. Allí sobra el petróleo. Y con eso basta. Eso piensan los saudíes. Y eso avalan en occidente.
Ya no se regalan Rolls-Royce en los descansos de los partidos del Almería y Turki Al Sheikh lleva dos años sin pisar el estadio Juegos del Mediterráneo, pero son pocos los que piensan que esta historia en la ciudad indálica acabará como la del jeque catarí Al Thani en la vecina Málaga, donde pasaron de rozar las semifinales de la Champions League al pozo de la Primera Federación en muy poco tiempo, con una deuda elefantiásica que casi provoca la desaparición del club de Martiricos. En Almería se vive ahora la vida cañón y nadie se pone la venda antes de que llegue la herida. El dinero fluye, el equipo posiblemente va a volver en unos meses a Primera y su plantilla es la mejor, de largo, de Segunda.
FC Cartagena:
Pablo Cuñat; Jorge Moreno, Alcalá, Sipcic, Jairo; Cedric (Ortuño, 81), Musto (Andy, 69), Sergio Guerrero (Luis Muñoz, 69), Hugo González (Pocho Román, 76); Escriche y Gastón Valles.
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UD Almería:
Fernando; Pubill (Kaiky, 82), Chumi, Edgar, Centelles; Arnau (Álex Pozo, 59), Lopy, Baba, Arribas (Gui, 89); Leo Baptistao (Nico Melamed, 59) y Luis Suárez (Marezi, 89).
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Goles: 0-1, Arribas (minuto 24). 1-1, Gastón Valles (minuto 35). 1-2, Luis Suárez (minuto 64).
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Árbitro: Palencia Caballero (vasco). Amarillas a los locales Sergio Guerrero y Musto; y al visitante Edgar.
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Incidencias: 6.786 espectadores en el Cartagonova, casi 1.000 de ellos llegados desde Almería.
Por eso hubo invasión rojiblanca este sábado en el Cartagonova, con casi mil aficionados del Almería colonizando el fondo norte y, de nuevo, más de un tercio de los abonados del Cartagena quedándose en su casa. Unos de subida y otros de bajada. La tabla no miente. Lo que sobra en Almería (dinero e ilusión) falta en Cartagena. Y en el soleado mediodía a orillas de Benipila quedaba claro quien llegaba con ganas de fiesta y quien acudía a la cita con escasas esperanzas de llevarse una alegría.
En este sentido, el primer cuarto de hora de partido no pudo ser más revelador. El Almería pudo dejar el duelo sentenciado en tres ocasiones clamorosas, las tres generadas como consecuencia de los nervios de Alcalá y Sipcic, dos veteranos que en esos primeros compases se comportaron como juveniles. Arnau se topó con el travesaño después de que Alcalá le regalara el balón de un modo absurdo a Arribas. El propio Arribas chutó cerca de la escuadra después del primer lío montado por Sipcic en su intento de sacar la pelota jugada desde atrás. No sería el último del central montenegrino, quien firmó una actuación horripilante.
Enseguida, Pablo Cuñat sacó un pie increíble para repetir el milagro de cada fin de semana, negar el gol a Arnau en el mano a mano y dejar en nada otro terrible error de Sipcic, quien se juntó con Alcalá para taponar a Luis Suárez y dejó completamente desmarcado a Arnau. El Almería andaba desmelenado. El 0-1 tenía que llegar. Y llegó.
Equipo descolocado
Todo partió de otro fallo de los locales. Un saque de banda a favor mal ejecutado por Jairo, que le dio el balón a Sipcic cuando este no se lo esperaba, terminó con el balón en el otro costado, en las botas de Centelles. El Cartagena estaba mal colocado y el centro al segundo palo pilló a toda la zaga local fuera de sitio. Arribas, que estaba solo, empujó a la red en uno de los goles más sencillos de su vida.
Solo había un equipo en el campo y solo se escuchaba una voz en la grada, la que venía del fondo norte. Pintaba la tarde a paseo rojiblanco en el Cartagonova. Pero entonces sucedió lo inesperado: Cedric fabricó una jugada de gol por la derecha, dejando atrás a Leo Baptistao y Centelles, y su centro al punto de penalti lo envió al fondo de las mallas un rehabilitado Gastón Valles, que vio puerta por segunda semana consecutiva y empieza a parecerse a un delantero que pueda sostener con sus goles a un equipo tan necesitado como el Cartagena.
El 1-1 despertó a la hinchada local, llenó de energía a los jugadores albinegros y cambió el decorado del partido de una manera súbita. Se echaron la siesta los de Rubi y permitieron que Escriche, Cedric y Gastón Valles comenzaran a tener un protagonismo que no habían tenido en la primera media hora.
El VAR, otra vez
En plena efervescencia local llegó el segundo del Efesé, un tanto bello como pocos. Pase en largo vertical de Alcalá, pinchada de Jairo en el otro lado y centro magnífico que Escriche mejora con un testarazo hermoso. Celebración por todo lo alto y mucha gente frotándose los ojos en la tribuna... Hasta que López Toca avisó desde el VAR que había fuera de juego de Jairo en el inicio de la jugada. Fue milimétrico y, de nuevo, la balanza cae para el lado contrario este curso cuando el videoarbitraje entra en acción.
La peor noticia para el Cartagena fue que llegó el descanso. Necesitaban los de Jandro que no se parara el juego, pero se llegó al minuto 49 y hubo que irse a la caseta. Tras el paso por los vestuarios, las fuerzas volvieron a igualarse. Ya no volaba el Efesé. Pero tampoco volaba el Almería. Tenía la pelota el equipo de Rubi. Eso es verdad. Pero esta vez no le hacía daño el conjunto rojiblanco a un Cartagena cada vez más asentado. Alcalá sujetaba bien a Luis Suárez y un notable Jorge Moreno podía con Leo Baptistao. Por la izquierda, Jairo controlaba cada vez mejor a Arnau.
Error fatal
De atrás hacia adelante, poco a poco el Efesé era capaz de plantarle cara a un equipazo como el Almería. Sergio Guerrero completaba los mejores minutos del curso, siendo capaz de buscarle las cosquillas a dos pivotes de gran nivel como Lopy y Baba. Afilaba el cuchillo Escriche y podía llegar el 2-1. Pero también el 1-2. Y vino el segundo del Almería, tras otro fallo de Sipcic. Luis Suárez, el mejor delantero de la categoría, no perdonó. Alcalá animaba a Sipcic, que tuvo que jugar recién llegado de Montenegro porque Kiko Olivas sigue tocado del isquiotibial.
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A partir de ese momento, los locales quisieron irse para adelante y rascar un punto. Pero los cambios, que ayudaron al Almería, no sirvieron de nada a los albinegros. No pudo meter el miedo en el cuerpo el Cartagena a un oponente muy sólido, empujado y sostenido por su hinchada. Mejoró el Cartagena, pero su gente se marchó de nuevo a casa contrariada. Se desató la fiesta en el fondo norte del Almería, donde los aficionados rojiblancos no quieren despertar de este sueño. El dinero fluye y la ilusión se dispara en tierras almerienses.
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