Jon Morcillo: «No sé nada del Cartagena, pero estoy flipando con los mensajes de apoyo que me llegan»

-¿Tiene oferta del Cartagena? ¿Le gustaría jugar en el equipo de su segunda ciudad?

-Vi todo lo que se publicaba en redes sociales y pregunté inmediatamente a mi representante. Él me dijo que no sabía nada. Soy honesto con esto y te digo que no sé nada del Cartagena, pero también te digo que estoy flipando con los mensajes de apoyo que me llegan de gente de Cartagena. Es alucinante, pero no solo de gente que me conoce, sino de un montón de gente que no me conoce y quiere que fiche por el Cartagena. Es algo que me pone súper feliz, claro. Al final, yo soy de Amorebieta y mi vida la he hecho allí. Aquí vengo solo unos días en verano y esto me encanta. Pero sentir ese cariño sí que me ha sorprendido. Es algo bonito.

-¿Qué sintió a finales de enero cuando vino al Cartagonova a jugar con el Amorebieta?

-Lo primero, un poco de pena, ya que jugué muy pocos minutos [los últimos diez]. Me hubiera gustado ser titular, claro. Ese día había mucha gente de mi familia y de mis amigos de aquí en la grada. Y salió mal, porque perdimos.

-¿Le gustaría decidir pronto su futuro?

-Sí, lo que yo quiero es empezar la pretemporada desde el primer día con el equipo al que vaya a ir. Si tengo que esperar un poco más, pues no pasa nada. Pero lo ideal es decidir pronto y hacer toda la pretemporada con el equipo por el que fiche.

-Se habla de Tenerife, Deportivo y Elche. ¿Lo tiene más o menos claro?

-A ver: cosas tengo. Pero vamos a ver lo que pasa. Lo que no quiero tampoco es precipitarme y luego arrepentirme de la decisión que haya tomado. Hay que mirar todo bien y después decidir lo que es mejor para mis intereses y mi carrera.

-Acaba de terminar su vinculación con el Athletic. ¿Cómo ha sido?

-Ellos tenían la posibilidad de prolongar mi contrato un año más, pero no han ejecutado esa cláusula. Obviamente, yo ya sabía que no la iban a ejecutar.

-Llegó a disputar 51 partidos con el primer equipo del Athletic Club y su mejor temporada fue la 2020-21, primero con Gaizka Garitano y luego con Marcelino.

-Ha sido un sueño llegar al primer equipo del Athletic y no me rindo. Mi objetivo es hacer méritos suficientes en otros sitios y volver algún día al Athletic. Han sido años muy felices y he podido cumplir el sueño de cualquier niño de Bilbao. Es cierto que después de mi cesión al Valladolid ya no tuve apenas oportunidades. Pero la vida sigue y me toca demostrar que puedo volver. Ojalá lo pueda conseguir.

-En ese sentido, tiene usted dos ejemplos muy cercanos de jugadores que salieron de Bilbao, hicieron méritos fuera y después regresaron al Athletic. Son Xabi Etxeita y Mikel Rico, ambos con pasado en el Cartagena, además.

-Sí, y son dos personas increíbles. Etxeita es de Amorebieta, como yo. Fue entrenador mío cuando yo era un niño y he tenido la suerte de compartir vestuario con él esta temporada, que además ha sido la última de su carrera. Y con Mikel Rico coincidí en algunos entrenamientos, cuando él estaba en el Athletic y me subían algunas veces desde el Bilbao Athletic. Son dos buenos ejemplos, sin duda. Buena gente y buenos futbolistas.

-Lo cierto es que jugar en el Athletic se ha puesto muy caro, ¿no?

-Claro. En mi posición está Nico Williams, que es uno de los mejores extremos del mundo. Y en el otro lado está su hermano Iñaki. A eso hay que sumarle que está Berenguer, que me parece un jugadorazo increíble. Y fíjate que es suplente. Además, han fichado a Álvaro Djaló, que es más competencia todavía. Por eso te decía que sabía que no iban a contar conmigo y es algo perfectamente entendible. Esta temporada ha sido increíble, con el título de Copa del Rey y el quinto puesto en la Liga. La plantilla ha dado un rendimiento espectacular y sabía que yo no iba a tener hueco. Voy todos los fines de semana que puedo a San Mamés y veo el nivel que tiene esa plantilla.

-Tampoco ha tenido usted un año fácil en el Amorebieta. 4 goles y 2 asistencias en 37 partidos, pero el equipo acabó bajando a Primera Federación.

-Estoy contento de los últimos 20 partidos. Hasta enero no tuve buenas sensaciones. Yo venía de estar seis meses parado, por unos problemas en la clavícula. Me tuve que operar tres veces y no veía el final de ese túnel. Eso me cortó también todas las opciones en el Athletic y la pretemporada fue muy dura, puesto que no podía hacer casi nada y me seguía molestando. Estaba mal y no quise salir cedido a ningún sitio. Quise quedarme en mi casa, en Amorebieta, y poco a poco ir mejorando. Me costó mucho, pero a partir de enero ya me vi bien, cerca del nivel que puedo dar. El equipo también mejoró mucho en la segunda vuelta y hasta la última jornada estuvimos vivos. Ha sido una pena que la remontada no nos diera para salvarnos.