Una fachada nueva con el dinero de CVC

Al margen del proyecto de ciudad deportiva o centro de entrenamiento, que se quiere acometer en cuanto haya una ubicación idónea disponible dentro del municipio, el FC Cartagena pretende modernizar toda la fachada principal del estadio Cartagonova, que no se ha tocado desde que se inauguró el campo en febrero de 1988 y presenta un aspecto bastante mejorable. Aunque la instalación es municipal, se supone que el Ayuntamiento no pondrá pegas a que el club, con una inyección económica propia, adecente la zona más visible y frecuentada del Cartagonova.

Además, se sustituirá el actual videomarcador por uno más grande y moderno, similar a los que pueden verse en los estadios de Primera división. El club también quiere iniciar una remodelación de la zona de palcos, tanto en el exterior de la tribuna como en la zona interior. Se contempla la construcción de nuevos palcos VIP, que perfectamente podrían ir en el lugar que ahora ocupan las cabinas de prensa. Estas podrían ir enfrente, en la zona más elevada del lateral rambla. Este tema está todavía en estudio.

Además, las obras que ya están llevando a cabo en las oficinas también serán costeadas con dinero procedente del fondo CVC. Queda pendiente ubicar el nuevo punto de atención al abonado, que podría situarse en la tienda oficial que el club inauguró recientemente en la explanada del Cartagonova.

«Hemos tenido una reunión larga, de más de ocho horas, en la que se ha explicado todo el presupuesto de la temporada 20-21 y luego se ha analizado el de la campaña 21-22. También se han dado plazos para la llegada de las primeras cantidades del fondo CVC y, en principio, ese ingreso se espera para los primeros días de diciembre. Nosotros ya teníamos el trabajo hecho y habíamos mandado a LaLiga nuestro plan de mejora de infraestructuras», explicó Rebeca García, directora general del club albinegro, a preguntas de LA VERDAD.

«Queremos acometer el proyecto de remodelación de toda la fachada principal del estadio, avanzar con la ciudad deportiva, ver el tema del nuevo videomarcador y además está el asunto de los palcos y las nuevas oficinas», detalló García, quien recordó además que algunos de los proyectos en los que habrá que invertir parte del dinero de CVC vienen impuestos desde Madrid. Se refiere, por ejemplo, a cuestiones relacionadas con la digitalización de todos los equipos.

Hay que recordar que los clubes deberán destinar el 70% de lo que les llegue de la inyección de CVC a mejorar sus infraestructuras, a impulsar su desarrollo internacional y a su digitalización. En este último capítulo básicamente hay que seguir los pasos que marca la patronal. Otro 15% podrá utilizarse para ampliar el margen salarial para la inscripción de jugadores. Así, el Cartagena ha visto ampliado su límite salarial de esta temporada en 900.000 euros.

Y, por último, otro 15% se debe usar para liquidar deudas antiguas. Quedan pendientes cerca de 900.000 euros de deuda del concurso de acreedores. Concretamente, 346.091 euros de ordinario y 592.863 de subordinado. La idea de Belmonte y García es amortizar el 100% de esta deuda con dinero de CVC de aquí a 2023.

La estrategia de futuro de LaLiga es «confidencial», pero desde hace tiempo queda claro que la patronal que lidera Javier Tebas apuesta por ir a un modelo más americano, donde la mejora en la producción y comercialización del producto a nivel audiovisual tendrá cada vez mayor peso. «Nuestra Liga es la mejor valorada a nivel mundial y la idea es que eso no cambie jamás, se vayan o no jugadores de más o menos importancia», precisó García.

En LaLiga también recordaron al Cartagena y al resto de clubes que la aportación de CVC no es un préstamo al uso. «No nos estamos endeudando. Si al fondo le va bien, a nosotros nos irá bien. Queremos que gane mucho porque significará que nosotros ganaremos mucho», afirmó Tebas cuando se cerró el acuerdo. El dinero, eso sí, habrá que devolverlo. En 40 años y con un 0% de interés. Sí. Pero al final habrá que devolverlo.

Con todo, para el Cartagena estos 2,4 millones que recibirá en diciembre son una bendición, tras una última temporada durísima, marcada por la merma de ingresos por culpa de la pandemia y con todos los partidos disputados a puerta cerrada en el Cartagonova, salvo los dos últimos, en el año de su regreso a Segunda.