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Lunes, 23 de septiembre 2019, 09:55
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Estigmatizamos desde tiempos inmemoriales el término mercenario. Lo explicaba perfectamente el otro día el más ilustre de nuestros paisanos, Arturo Pérez-Reverte, durante la presentación de su última novela 'Sidi'. «La palabra mercenario tiene una injusta mala prensa en todo el mundo. Yo prefiero a un mercenario bien pagado y profesional que a un voluntario entusiasta», sentenció el escritor, certero y lúcido como de costumbre. En el fútbol, ese deporte al que Pérez-Reverte no presta ninguna atención aunque el hijo de su prima hermana sea profesional y lleve unos cuantos años haciendo sus goles, esto tiene vigencia. Porque siempre que se quiere faltar al respeto a un jugador se le llama mercenario.
FC CARTAGENA
Marc Martínez; Exteberria, Andújar, Carlos David, Forniés; Cordero (Verza, minuto 56), Quim Araujo, Carrasquilla; Rodrigo Sanz (Elady, minuto 56), Manu Viana (William De Camargo, minuto 75) y Caballero.
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CÁDIZ B
Christian; Iván, Saturday, Alonso, Cobo; Sergio González, Duarte, Jordi Tur; Javi Navarro (Víctor, minuto 69), Sergio Pérez (Nieto, minuto 65) y Seth (Lino, minuto 83).
Goles 1-0 Elady, de penalti (minuto 81).
Árbitro Rodríguez Carpallo (valenciano). Amarillas a los locales Carlos David y Andújar; y a los visitantes Jordi Tur, Saturday y Duarte. Dos amarilas y tarjeta roja al visitante Cobo en el minuto 81.
Incidencias Estadio Cartagonova. Unos 6.000 espectadores. El videomarcador, afectado por las inundaciones de la semana pasada, no funcionó durante el encuentro.
EL DETALLE El cartagenero Sergio González, capitán del Cádiz B, contó con una nutrida representación de amigos y familiares en la tribuna baja del Cartagonova. El chico, que lleva seis temporadas en la cantera del Cádiz y tiene 21 años, jugó por vez primera en su ciudad natal. Había estado convocado el día anterior con el primer equipo. Se quedó en el banquillo y no llegó a jugar.
EL PRÓXIMO PARTIDO El Cartagena juega el domingo en La Línea de La Concepción ante la Balompédica Linense, a las 18.00 horas.
«Todos los jugadores somos mercenarios. Y los que se besan el escudo el primer día, más todavía», me dijo hace unas semanas un futbolista del Cartagena, en plena vorágine por el culebrón Elady. «Todo el mundo se mueve por dinero en el fútbol y mira por su carrera», recordó el propio Elady en una entrevita que concedió a 'Onda Regional' un par de días después de cerrarse en falso su amago de fichaje por el Burgos, ese equipo que le ofrecía 220.000 euros por temporada y que ayer, justo cuando él estrenaba su cuenta goleadora en esta esa Liga, caía con estrépito en León (4-0) y se hundía en puestos de descenso a Tercera.
A Elady, que ha hecho muchos goles en su carrera y ha ganado menos dinero del que a él le gustaría, siempre lo han mirado con recelo. Porque habla como juega: a tumba abierta. No se adorna, ni en el campo ni fuera de él. De casi todos sitios, por tanto, ha salido regular. Tirando a mal. Porque estuvo en el Linares y en el Jaén, enemigos de toda la vida. Demasiado para el cuerpo. Para todos, menos para Elady.
Y estuvo en el Murcia, donde enamoró y ahora es odiado. Y está en el Cartagena, donde sigue enamorando pero a buen seguro sería odiado si hubiera terminado haciendo las maletas en dirección a Burgos. Se ajusta al perfil de mercenario. A ese que siempre se ha utilizado en el fútbol. Y, por supuesto, al que se refería Pérez-Reverte. Está bien pagado y es un profesional. Con Elady, por tanto, puedes ir a la guerra. A cualquiera. Y lo normal es que salgas victorioso.
El de ayer no fue su mejor partido, desde luego. Pero con muy poco le dio para anotar el gol que ningún otro jugador fue capaz de anotar. Partió desde el banquillo, porque era lo justo. Manu Viana había sido el mejor en Sanlúcar de Barrameda y se merecía continuidad en el perfil izquierdo. Elady, tras salir de la concentración del equipo en tierras gaditanas y llegar a tiempo de asistir al parto de su primer hijo, debía esperar su turno. Casi siempre será titular. Ayer no le tocaba. Cuando entró al campo, acompañado de Verza, empezaron a pasar cosas.
Es el primer paso, sin duda, para recuperar la estabilidad perdida. Para que regrese la normalidad. Una cierta normalidad, al menos. En este inicio de campaña, entre los dos partidos de sanción que arrastraba del curso pasado y el parto de su esposa del pasado domingo, ha sido imposible dejar atrás el ruido de un verano de locura. Ayer, en la seriedad de un rostro que contrastaba con el júbilo de sus compañeros festejando su propio gol, Elady quiso dejar claro que las heridas están tan recientes que no están todavía curadas. La grada coreó su hombre. Eso ayudará a que vayan, poco a poco, cicatrizando.
El gol de Elady sirvió para que el Cartagena suba a la cuarta plaza y acabe con su mala racha en el Cartagonova, donde había dejado escapar cinco puntos en las dos primeras jornadas. Elady marcó de penalti tras unas inocentes manos del visitante Cobo. El jienense había rematado de cabeza en el segundo palo un saque de esquina de Verza y el zaguero del Cádiz B taponó el testarazo con el brazo. Elady le pidió el penalti a Verza, el encargado de lanzarlos, y el '11' del Efesé no falló.
Cuando Elady hizo el primer gol de su cuenta en este curso que ha comenzado de forma tan accidentada para él, quedaban nueve minutos para el final de un encuentro bastante malo, en el que los de casa firmaron un primer tiempo inaceptable y solo mostraron algo de brío y determinación en la última media hora. Con ese poco le sirvió para derrotar a un Cádiz B con intención pero sin maldad. Es la primera victoria de los de Munúa en el Cartagonova y se supone que, una vez que el equipo se asiente y los mecanismos se vayan engrasando, los albinegros mejorarán también su imagen. De momento, ayer contaban los puntos. Y los tres se quedaron en casa.
La primera ocasión de la tarde fue para el cadista Javi Navarro, quien generó muchos problemas a un inestable Etxeberria. Su disparo cruzado se fue por poco. El peso del juego lo llevó el cuadro visitante, pero la mejor opotunidad del primer acto fue para el local Manu Viana, quien remató a bocajarro un centro de Rodrigo Sanz y vio cómo un defensa amarillo sacaba la pelota bajo palos.
Tras el paso de los jugadores por vestuarios, cambió un poco la película. Ya no atacaba tanto el Cádiz B y poco a poco se fue adueñando del balón el conjunto de Munúa. Esta sensación se acrecentó cuando Verza y Elady entraron por Cordero y Rodrigo Sanz en el minuto 56. Los de Munúa pudieron adelantarse con un mano a mano de Quim Araujo con el portero que perdió el delantero local. Y después, con un cabezazo de Caballero que dio en el larguero. Tuvo que ser Elady, de penalti, el que evitara un nuevo tropiezo del equipo blanquinegro delante de su gente. Hubo otras noticias positivas: la confirmación de que el panameño Carrasquilla es un medio interesantísimo y el prometedor debut del brasileño William De Camargo, atrevido y rápido por el costado derecho.
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