Cultura de club
ANÁLISIS ·
El FC Cartagena pelea por tres ascensos y una permanencia que equivaldría a volver a subir; el proyecto se cocina a fuego lentoSi el Efesé consigue finalmente la permanencia en LaLiga SmartBank, su filial logra subir a 2ª RFEF, el juvenil A confirma su ascenso a División ... de Honor y el 'Cebé' da el salto a LEB Plata de baloncesto en su primera temporada bajo el paraguas albinegro podremos decir que hemos asistido a una temporada única e irrepetible. Marcada por el coronavirus, sí. Pero también por el éxito. Va a ser difícil que acaben sucediendo las cuatro cosas a la vez, pero para nada es descabellado.
Lo mejor de todo es que, aunque las cosas se torcieran al final, el futuro está garantizado. Y esto es algo nuevo en nuestro fútbol. Y es que, hasta hace poco, cada verano teníamos lo mismo: cuando llegaba el batacazo deportivo (que era casi siempre) lo siguiente era poner en duda el proyecto de la temporada posterior. ¿Saldrá el equipo? ¿Habrá fútbol? ¿Habrá dinero? Todo eso es historia y, en gran medida, hay que agradecérselo a la gestión llevada a cabo por Paco Belmonte desde que aterrizó en el FC Cartagena. Esta semana se han cumplido seis años de aquello y la película ha cambiado por completo.
Faltan la ciudad deportiva y algunas inversiones relevantes en lo que concierne a los servicios médicos y personal de fisioterapia y readaptación deportiva. Pero todo lo demás está. Cuando Belmonte llegó en abril de 2015, adelantando su desembarco al comprobar que el Efesé se despeñaba hasta el grupo XIII de Tercera por culpa del temerario 'no-proyecto' de Sporto Gol Man, prometió trabajo, seriedad en los pagos, objetivos a largo plazo, transparencia, acercamiento a la afición y honestidad empresarial. Y todas aquellas buenas intenciones se han ido cumpliendo. La música sonaba bien, aunque suele ocurrir que el paso del tiempo distorsiona las partituras. En este caso, no ha sido así.
Belmonte prometió al llegar seriedad en los pagos, trabajo y objetivos a largo plazo y está cumpliendo
Sinceramente, hoy tenemos más de lo que podíamos imaginar cuando este proyecto que lidera Belmonte echó a andar. Falta echar raíces en Segunda. Está costando mucho lograr la permanencia en esta primera campaña. Pero es que para nadie es fácil. Miren a Zaragoza, Oviedo y Albacete, por ejemplo. En este primer año solo importará dejar por debajo a cuatro rivales, analizar los errores cometidos en la planificación de la plantilla y corregirlos a lo largo del verano, con el objetivo de que la segunda travesía por la élite sea menos turbulenta.
Con todo, yo me quedo con lo que ven mis ojos en el día a día. La otra tarde, en solo cinco minutos que estuve parado en la calle Ángel Bruna, vi pasar a tres grupos distintos de chicos y chicas con equipaciones del FC Cartagena. Unos eran de fútbol, otros de baloncesto y otros de balonmano. Iban a sus respectivos entrenamientos. Ese es el pan nuestro de cada día. Y es evidente que se está formando una cultura de club que jamás tuvimos en Cartagena. Y eso vale mucho más que una victoria puntual.
Esto tiene que durar. Ya no puede haber marcha atrás. La semana pasada, en la entrevista que Paco Belmonte concedió a LA VERDAD, deslizó que hay un grupo árabe interesado en comprar el Efesé y le puso precio al club: 18 millones de euros. Desconozco si las negociaciones están muy avanzadas, poco avanzadas o nada avanzadas. Se trata de mucho dinero y sé que Belmonte no será eterno. Es obvio que alguna vez venderá sus acciones y se marchará. Lo único que pido es que el día que se vaya deje el club en buenas manos y que esto que estamos viendo ahora (y que nunca antes vimos en el deporte cartagenero) se mantenga en el tiempo. E incluso se pueda ir perfeccionando.
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