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Compromiso. Las mujeres del plantel del Efesé apuestan por el ascenso. j.m. rodríguez / agm
Comprometidas con el ascenso
Fútbol | FC Cartagena

Comprometidas con el ascenso

Tras el varapalo de Majadahonda, las mujeres y novias de los futbolistas del FC Cartagena apuestan, más que nunca, por sus parejas para conseguir estar el año próximo en Segunda

MAITE FERNÁNDEZ

Domingo, 3 de junio 2018, 11:25

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Ellas que les vieron llorar el domingo pasado, les han visto levantarse y recuperar la moral, volver a crecer y tener una nueva ilusión para recorrer el camino. Es algo más largo el trayecto, pero las guerreras albinegras están más ilusionadas que nunca con el ascenso del Efesé.

Igual que les vieron caer y cayeron con ellos, les han visto ponerse en pie. Ven en sus miradas que se han repuesto y que han transformado el peor momento de sus carreras en energía para dar el 200% sobre el campo en los cuatro partidos que quieren jugar para alcanzar la meta. Todo vuelve a empezar esta mañana.

Ellas están comprometidas con el ascenso. Ese es su estado civil, según la leyenda de la camiseta que se han hecho para animar a sus parejas en esta fase de 'playoff'. Fueron muy cautas con el mensaje y las podrán seguir utilizando. Les habría gustado poder poner ya por detrás ese escenario del ascenso, pero tendrán que esperar. Están dispuestas a seguir peleando durante cuatro partidos más y tres semanas que se hacen largas. Ellas saben mejor que nadie lo que es sufrir una derrota y que no dura solo unas horas tras el partido. La pesadilla es más larga en sus casas. También saben como nadie que el fútbol da nuevas oportunidades y desde el pasado domingo al Efesé el deporte rey le debe una y bien grande. Nunca habían visto algo así y duele. Charlando sufren ejemplos como el reciente descenso del Écija en el estadio. Los futbolistas son de carne y hueso y también lloran.

«Fue el palo más duro que nos ha dado el fútbol, pero se han levantado y van a aprovechar la segunda oportunidad» «Nadie debe dudar de que el futbolista es el más interesado en ascender, pero son humanos y también pueden fallar» «El ascenso es el sueño de mi padre y lleva muchos años trabajando para lograrlo, así que es nuestro sueño también» «Nos gusta que los partidos de vuelta sean en nuestro estadio, porque será más fácil si estamos todos juntos»

Animarse para animar

Lloraron como casi todos, pero fueron las primeras en rehacerse para apoyar a sus niños, darle normalidad al asunto y mostrar su cariño a los protagonistas del sueño de todos. Estaban totalmente rotos. Alguno se consiguió dormir bien entrada la madrugada, otros necesitaron relajantes para poder descansar y en otros casos hubo pesadillas en las noches posteriores. Ha ido pasando y están listos para una nueva batalla que será muy exigente.

Por eso les llama la atención cuando la gente dice que puede no interesar a veces un ascenso. «Nos llama mucho la atención, porque no sueñan con otra cosa. En casa vemos vídeos de los rivales hasta en el día libre. Solo piensan en eso», explican convencidas de que todos los deportistas quieren conseguir siempre lo máximo.

Ellas no juegan, pero su papel es más importante del que parece. Dejan sus trabajos, sus estudios, sus ciudades o países y se alejan de sus familias. Cambian de lugar de residencia muy a menudo. Son parejas, psicólogas, amigas e incluso madres. El fútbol, y más un resultado como el del domingo, marca la vida en sus hogares. Claro que será peor ser la pareja de un señor en paro o de un trabajo más duro, pero el dolor solo lo conoce el que lo sufre y sus chicos están expuestos a comentarios de todo tipo. Ellas los escuchan. Sus hijos los oyen.

Reconocen que la semana ha transcurrido de forma positiva. «Todo el mundo nos da ánimos por la calle. Nos transmiten mensajes positivos para los jugadores y parece que vuelven a ilusionarse con el ascenso, como lo estamos nosotras».

No quieren que se particularice en ellas. No quieren ser protagonistas, pero sí nos cuentan como es esa parte del futbolista que no vemos.

Las mujeres de los jugadores del Cartagena están a tope de energía. Ellas y sus niños, en el caso de las que los tienen, son los mejores fans del equipo.

De carne y hueso

Reivindican claramente que sus maridos «son humanos y tienen sentimientos, aunque a veces parezca que no y que viven un mundo paralelo. No fallan a propósito», quieren dejar claro, por si hay dudas. Además, sacan la cara por cualquiera del equipo. No quieren fisuras en el momento clave.

Entre los peques hay alguna niña con edad para entender la situación. «El ascenso es el sueño de mi padre. Es por lo que lleva trabajando muchos años. Fue muy difícil el final del partido. Lloramos mucho. Es nuestro sueño», reconoce que le costó dejar de llorar. El drama está pasado y ahora quieren ver a sus padres volver a sonreír sobre el terreno de juego de Vigo.

¿Y papi?, los más pequeños se divierten sobre el césped y buscan a papá, que es el que normalmente está en el recinto que utilizamos para el reportaje. Los operarios riegan al mismo tiempo para que el estado sea óptimo en el partido de vuelta. A esa superficie le quedan muchas emociones por vivir y ellas sueñan con una tarde gloriosa dentro de tres semanas. Lo visualizan.

Las 'jefas' de los jugadores reivindican las ganas de sus chicos por subir a Segunda «algunos no conocen la Segunda, pero cambia la vida. Los campos, las instalaciones... La estabilidad que nos ofrece. Que nadie dude de que ellos son los primeros interesados en que las cosas salgan bien y que agradecen el desplazamiento de los aficionados a Madrid. Sufrieron una gran decepción, pero han cargado las pilas y están seguros de poder conseguirlo, aunque sea por el camino largo».

Algunas han vivido ya casi de todo en este mundo del fútbol, pero nada como lo del domingo. Una de ellas afirma con rotundidad que ha sido el mayor palo que les ha dado el deporte y el coro es casi absoluto diciendo una tras otra «y el mío».

Son jóvenes y han hecho piña. Llegaban a la foto después de una comida de 'equipo' y su unidad traslada también esas buenas energías a los protagonistas del balón.

Lucen orgullosas sus camisetas conmemorativas y lanzan gritos de ánimo. No han tardado mucho en aprenderse los cánticos de la afición y reconocen que la gente les trata con mucho respeto y cariño en la zona del campo en la que ven los partidos. Otra cosa es si se infiltran en otras zonas. Ahí, piden algo más de paciencia y unidad en este momento en el que pueden juntos cambiar la suerte futbolera de la ciudad.

Tienen claro que el fútbol les debe una y que no va a esperar demasiado. Lejos de eternos prejuicios están encantadas de que el posible ascenso llegue en casa y piden el máximo apoyo a los aficionados albinegros. «A nosotras si nos gusta que los partidos de vuelta sean en casa. Juntos será más fácil conseguirlo. Que piensen que todos queremos lo mismo y que nosotros somos los mayores beneficiados de un ascenso. Por ellos no va a quedar ningún esfuerzo en el intento de lograrlo». Se las ve animadas y optimistas. Saben a quienes tienen en casa. «Somos nosotras las que vemos los vídeos al mediodía y el fútbol invade nuestra casa, sobre todo cuando las cosas no van bien», aunque otros jugadores intentan no hablar de trabajo en casa. Hay muchos bebés y quieren que traigan ese pan debajo del brazo que suelen anunciar. Sin duda, el pequeño Zabaco le debe tener preparado algo bueno a su padre. Quién sabe si el gol del ascenso.

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