Será que me estoy haciendo mayor, pero lo cierto es que no me preocupa absolutamente nada la lucha por la permanencia, ya que este Cartagena ... no se parece en nada al Numancia que acabó descendiendo en 2020 con Luis Carrión en el banquillo. Por mucho que lo repitan una y otra vez en redes los profetas del pesimismo malentendido, esto no tiene nada que ver con aquello. El Cartagena se va a salvar con la misma holgura que el año pasado y no se va a ver metido en esa pelea por la salvación en la que sí andan implicados auténticos gigantes de la categoría, como Málaga, Tenerife, Sporting o Zaragoza.
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Tampoco me ha preocupado la tardanza en llegar de los cuatro refuerzos que el club ya ha anunciado: el lateral derecho Miguelón, el extremo Ureña, el delantero centro Darío Poveda y el lateral izquierdo Iván Martos. Ni tampoco me preocupa que los dos o tres que faltan por venir lo hagan hoy o el próximo 31 de enero. Paco Belmonte y Manuel Sánchez Breis han demostrado a lo largo de los años que se mueven bien en el mercado de fichajes y no he terminado de entender la histeria colectiva de las últimas semanas. El sábado pasado ante el Huesca, a pesar de las bajas, el Cartagena funcionó bien y mereció ganar. Además, el debut de Carlos Sánchez y los buenos minutos de Djaka, ambos del filial, evidenciaron que siempre es buena idea mirar a la cantera. 600.000 euros cuesta mantener al Cartagena B en Segunda Federación y es importante que esa inversión tenga retorno finalmente en el primer equipo.
Salvo Ureña, los que han llegado son jugadores que vienen tras largos periodos de baja por lesión y necesitan reivindicarse en esta nueva etapa en el Cartagena. Es un perfil que históricamente ha buscado el Efesé y que en muchas ocasiones le ha salido bien. En otras no, claro. El 100% de acierto no existe. Y menos aún cuando arriesgas con jugadores que llevan mucho tiempo parados. Así vino Toché en su momento. Y así ha venido Calero, por citar un ejemplo más cercano. Si buscamos fracasos los vamos a encontrar también. Es obvio.
Me preocupan otras cosas, por ejemplo que la magia que había cada día de partido en el Cartagonova se haya perdido. Algo se rompió el día del Granada, cuando una pelea entre ultras del conjunto nazarí y varios miembros de la Curva Vickers ensuciaron aquel choque y arruinaron el ambiente en el estadio en los siguientes. Desde entonces, el Efesé ha ganado solo dos veces como local, ante el Eibar y el Málaga. Hasta aquella tarde, el Efesé jugaba 'con doce' en casa. Se vivía un ambiente único a orillas de Benipila, nunca visto con anterioridad por estos lares. Pero aquello se ha perdido.
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No solo ha bajado la afluencia de público al Cartagonova. Es que los que van empujan poco. De hecho, el pasado sábado ante el Huesca el campo pareció un cementerio durante muchas fases del encuentro. Se escucharon gritos y reproches hacia los jugadores locales que parecían ya desterrados para siempre y, para colmo, varios vigilantes de seguridad expulsaron del campo a una aficionada porque su hija llevaba una bocina, algo que está prohibido desde la famosa pelea del partido con el Granada. No se entiende la hostilidad con la que se trata al aficionado en el Cartagonova, sobre todo si se compara con lo que sucede en el resto de estadios de la categoría. Esto hay que arreglarlo ya o acabará siendo un problema gordo.
Hay más cosas que me preocupan. El lamentable estado del césped artificial de Ciudad Jardín, por ejemplo. Ese campo es el más utilizado del municipio y ahí juega sus partidos el juvenil de División de Honor del FC Cartagena, ante rivales como el Valencia, el Villarreal, el Atlético de Madrid, el Elche, el Levante o el Albacete. Es el equipo que más alto vuela en la comarca y, sin embargo, se ve obligado a competir en una hierba sintética que está impracticable. Al peligro que esto supone para la integridad física de los jóvenes futbolistas hay que sumar la patética imagen que se da de la ciudad en una competición que tiene ya un importante tirón mediático. Todos los campos se están arreglando, menos el de Ciudad Jardín. ¿Alguien lo entiende?
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