Hubo noticia –y de las importantes– en la mañana de ayer en el estadio Cartagonova. Tras casi cuatro meses sin hacerlo, el balón volvió a rodar en un campo de fútbol de la Región de Murcia. El partido amistoso que enfrentó a Efesé y Mar Menor carecía de empaque en lo meramente deportivo. No tenía nada que ver con la competición ni tampoco se repartían puntos. Pero había mucho que contar a orillas de Benipila. Lo primero, celebrar que el fútbol también se abre paso en nuestra Comunidad. Había una buena historia detrás de ese partido, sin duda.
Sin embargo, los periodistas nos quedamos fuera, por orden de la Comunidad Autónoma, que ha elaborado un estricto protocolo de acceso a los estadios y pabellones de cara a este proceso de 'nueva normalidad' que ahora empieza y que ya veremos si termina algún día. Ni fotógrafos ni periodistas. Prohibido informar. En LA VERDAD tuvimos que leer varias veces la nota informativa del FC Cartagena en la que se nos advertía de que no entraríamos al campo a hacer nuestro trabajo. Confirmamos que no era un error tras hablar con el propio club. «No podemos hacer nada. Estamos atados de pies y manos. Manda la Comunidad. Nosotros solo obedecemos», alegó un portavoz de la entidad albinegra.
Así, nos encontramos ahora en un escenario francamente insólito. Mientras periodistas y fotógrafos pueden acceder cada día de partido al Camp Nou, al Metropolitano o al Alfredo Di Stéfano, aquí está terminantemente prohibido entrar al Cartagonova, al Pitín o a La Constitución. Lo que vale en Primera y en Segunda no sirve en Segunda B o Tercera. Lo que se hace en todas las regiones no se puede hacer en Murcia. Un esperpento.
Resulta que el Cartagena convocó a los medios a una rueda de prensa con su entrenador, Borja Jiménez, antes del partido. Así, hubo diez personas en una pequeña sala cerrada. No era peligroso. Ir a la grada, sí. Tremendo.