El colista desnuda a un Efesé sin alma

El problema no fue jugar rematadamente mal. Que también. El drama es que, como indican esas cinco faltas en las primeras tres cuartas partes del duelo, los de Luis Carrión no tuvieron actitud, intensidad, casta, orgullo ni alma competitiva. Un completo desastre. Hablamos de esas cosas que no se negocian. Las que se dan por hechas. Y más aún cuando te juegas la vida. Pues ni rastro de ellas hubo anoche en el campo del Albacete, donde el colista vio la luz al final del túnel. No ganaban los manchegos desde el 30 de enero.

La situación del Cartagena, que ya es penúltimo y solo tiene por debajo al Sabadell, es extremadamente delicada. A nivel clasificatorio podría ser mucho peor, ya que a pesar de todo la permanencia sigue estando ahí. Muy cerca. A un solo punto. Estará barata esta temporada porque los de abajo no ganan casi nunca. Y solo por eso el Efesé no anda ya con un pie en Segunda B. Pero lo que asustan son las sensaciones. Y es que esta noche, frente a un Albacete que solamente había ganado dos veces en su estadio en todo el campeonato y que había marcado dos goles en las seis últimas jornadas, los albinegros repitieron errores que creíamos ya olvidados y mostraron unas carencias que dábamos ya por enterradas. Y eso es lo que da verdadero pánico.

El caso es que lo que terminó de la peor manera, con un Cartagena impotente y sin capacidad de hincarle el diente a un rival muy cogido con pinzas, empezó de un modo ilusionante. Bastaron un par de internadas de Delmás por la derecha y alguna pared por el medio entre Rubén Castro y Cristian López, juntos arriba desde el inicio por primera vez, para que los visitantes rozaran el 0-1. Rubén Castrocazó un balón cerca de la frontal, algo esquinado, y lo puso en el larguero. El asistente dejó seguir, pero de haber entrado la pelota posiblemente hubiera sido anulado ese gol por fuera de juego del veterano ariete canario.

No obstante, esa acción animó a los de Carrión y Jurado y Delmás probaron fortuna con disparos lejanos que rechazaron en futbolistas contrarios. Estaba mejor el Cartagena, pero golpeó el Albacete. En una falta lateral, Álvaro Giménez puso un caramelo en el punto de penalti a Ortuño y el yeclano, que lleva un año nefasto, remató como solía hacerlo en sus mejores épocas en Oviedo o Cádiz. Navas rompió el fuera de juego y Cristian López, encargado de vigilar al ariete local, dejó la marca de un modo inexplicable. 1-0. Y a remar.

El gol noqueó a los visitantes. Desaparecieron por completo. Rubén Castro y Cristian López ya no volvieron a conectar en todo el encuentro. Elady, cada jornada más perdido, no quiso la pelota. De Blasis empezó a regalar balones, uno detrás de otro. Y en el medio, la pareja formada por Jurado y Azeez fue devorada por Eddy Silvestre y Dani Torres. Este último dio una lección magistral de lo que se necesita para triunfar como pivote en una categoría tan exigente como la Segunda española. Será difícil que Azeez y Jurado vuelvan a jugar juntos. En el Belmonte quedaron señaladísimos.

Lo mejor que le pudo pasar al Cartagena es que llegara el descanso. Y que solo perdiera por 1-0. Zozulia hizo el segundo, pero fue anulado por fuera de juego previo de Ortuño, que para entonces ya le comía la tostada por tierra, mar y aire a Navas y Datkovic. Si en algo había mejorado el Efesé tras la remodelación de la plantilla en enero era en su contundencia defensiva. Y esto había ocurrido por el estupendo nivel de sus dos centrales. Sin embargo, hasta ellos se derritieron en el Carlos Belmonte. Los fantasmas del pasado, también atrás. Era el Cartagena un equipo hundido. El descanso, por tanto, fue un alivio.

Parecía que se iba a rebelar a el Cartagena tras el paso por los vestuarios. Un centro de Elady, dos acometidas del bullicioso Delmás y un intento de De Blasis anunciaban que los de Carrión querían convencerse de que la remontada era posible. Pero otro fallo grosero, este con tintes cómicos, lo acabó echando todo a perder. Chichizola, otro valor seguro hasta ayer, dio un pase temerario a Jurado, quien se dejó robar la cartera dentro del área por Dani Torres. Le cayó la bola a Ortuño, quien le regaló el gol a su compañero. Podríamos decir que el colombiano Dani Torres anotó así el gol más fácil de toda su carrera. Pero es que lo que pasó es que marcó el primero de toda su trayectoria profesional en España. Lleva seis temporadas aquí. Con el 2-0 terminó todo. Y ahora empieza otra batalla: la de recomponerse y dar una imagen completamente distinta este sábado contra el Málaga y el jueves que viene en Zaragoza. De lo contrario, las cosas se van a poner muy feas.