El Cartagena destituye a Borja Jiménez
El entrenador del filial, Pepe Aguilar, se sentará provisionalmente en el banquillo en Alcorcón
A las 11.35 horas de este viernes, Borja Jiménez ha dejado de ser entrenador del Cartagena. La directiva albinegra ha tomado la decisión sin esperar a la final de este domingo (Santo Domingo, 14.00 horas) contra el Alcorcón, como estaba previsto, después de que este jueves el equipo cayera eliminado en la Copa del Rey por el Pontevedra (2-1). El club ha suspendido el entrenamiento previsto para esta mañana en Pinatar Arena, y lo ha aplazado a esta tarde. La sesión la dirigirá el técnico del filial, Pepe Aguilar, persona de la máxima confianza de Paco Belmonte y quien va a sentarse en el banquillo este domingo. Y hasta el lunes, la previsión es que la directiva no tome una decisión.
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En un extenso comunicado, la entidad presidida por Paco Belmonte ha agradecido el trabajo y la dedicación de Borja Jiménez. La aventura del abulense ha durado apenas un año. En el mes de julio consiguió devolver al club a Segunda División, con un histórico ascenso en Málaga, después de ocho temporadas de intentos en Segunda B. Este curso, en cambio, a los malos resultados en la liga le ha acompañado la mala imagen ofrecida el jueves en Pasarón. Eso llevó a Belmonte y Breis a convocar una reunión de urgencia este viernes, a primera hora, donde se le ha comunicado la decisión a Borja. Y Aguilar, a su vez, ha sido informado de la situación
En la liga, el equipo lleva un mes y medio en caída libre y solo ha sumado 4 puntos de los últimos 24. Por el camino, el Cartagena perdió los tres partidos contra los otros recién ascendidos: el Logroñés, el Castellón y el Sabadell, dos de ellos además disputados en el estadio Cartagonova. A pesar de todo, Jiménez deja al Efesé dos puntos por encima del descenso. La idea era aguantar hasta Alcorcón, otro rival directo por la permanencia, y analizar la situación en la semana de vacaciones. Pero anoche la Copa del Rey tampoco fue un consuelo. La afición hace semanas que demandaba un cambio de rumbo. Y una parte del vestuario no estaba contenta.
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