Cartagena

Isak y Sanmartín, activos que aún deben pulirse

El Efesé acostumbra cada año por dos líneas maestras a seguir. La primera es fichar futbolistas que necesitan revalorizarse y coger impulso tras unos malos años. En el Cartagonova, estos jugadores encuentran regularidad, confianza y algo menos de presión que en clubes grandes de la categoría. Sirva el ejemplo de Aarón Escandell. El portero ha sacado sus mejores virtudes tras largas temporadas a la sombra, en el Granada, para ahora estar en el radar de varios equipos.

También es común la decidida apuesta por jóvenes talentos que en un futuro pueden convertirse en fuentes de ingresos. En el pasado, el Efesé no se lo pensó dos veces para vender al Sevilla a Santisteban, pichichi del filial, a cambio de algo más de cien mil euros y otras variables.

Misma fórmula quiso emplearse con Teddy, extremo londinense criado en La Aparecida. En el verano de 2021, las partes apostaron por una cesión al Atlético de Madrid B. El club colchonero podía ejecutar una opción de compra cercana al medio millón de euros. Pero finalmente aquello no sucedió, Teddy regresó a Segunda RFEF con el filial y ahora ya ha dejado de ser sub 23.

Es recordado por exitoso el caso Jurado, vendido a Emiratos Árabes. Y sobre todo el de Carrasquilla. En noviembre de 2019, el Cartagena pagó 300.000 euros al Tauro por un jovencísimo centrocampista panameño, realmente desconocido pero que muy pronto deslumbró a todos. Sobre todo, al convertirse en una de las revelaciones del Efesé en la temporada del ascenso. En mayo de 2022, el Houston abonó alrededor de un millón y medio de euros.

Exactamente esa fórmula es la que ha repetido el Cartagena con Isak Jansson. Como ya se hiciera con Carrasquilla, el extremo sueco de 21años ha quedado blindado con un contrato de larga duración: hasta 2025, más dos opcionales. Y una cláusula de diez millones de euros. La entidad albinegra desembolsó 254.000 euros al Kalmar para obtener los derechos formativos.

Es Isak un activo por pulir. En su primera temporada en España no le ha acompañado su adaptación, el idioma ni sus problemas físicos. Prácticamente desaparecido en 2023, el próximo curso se antoja clave para que eleve el nivel y sea más apetitoso.

De igual manera es Adrián Sanmartín, la joya de la cantera. SoTiene 17 años y esta temporada, su última como juvenil, es importante en cuanto a regularidad. Las lesiones castigaron en 2023 al niño de La Puyola, que vivió un 2022 sin apenas descanso: hizo la pretemporada y debutó con el primer equipo. E igual con el filial. Hasta recibió la llamada de la sub 18 de España. Al final regresó al juvenil. Tiene contrato hasta 2025 y cláusula de un millón de euros. Su familia dice que es feliz en casa y que desea continuar.