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Federico Sosa Wagner (UPyD); Ramon Tremosa (Coalición por Europa), Esteban González Pons (PP), la moderadora María Casado, Ramón Jaúregui (PSOE), Willy Meyer (IU) y Josep María Terricabras (ERC), ayer antes del debate electoral en televisión.
Herencia, recortes, bipartidismo y Cataluña

Herencia, recortes, bipartidismo y Cataluña

El PP retoma el 'España va bien' para callar al PSOE, IU dice que los dos son lo mismo, y CiU y ERC piden irse, en el debate a seis

Alfonso Torices

Jueves, 22 de mayo 2014, 18:24

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Los seis partidos españoles con presencia en el Parlamento Europeo, como ya ocurrió en el cara a cara de la semana pasada, protagonizaron anoche un debate televisado en el que su principal empeño no fue confrontar argumentos o programas sino reafirmar ante las cámaras el mensaje con el que tratan de convencer a sus respectivos caladeros electorales. El PP atacó al PSOE con la herencia recibida y rescató el «España va bien» de José María Aznar, los socialistas a los populares con los recortes sociales, la corrupción y el aborto, IU a los dos con que, en realidad, hacen la misma política fracasada y el resto es teatro para mantener el bipartidismo, y los representantes de CiU y Esquerra con que el asunto fundamental que van a llevar a Estrasburgo es que Cataluña tiene derecho a votar por la creación de un estado propio, entre otras cosas porque los gobiernos de España los llevan a la ruina.

Solo el representante de UPyD hizo un claro intento, sin que nadie quisiese entrar al debate que ofrecía, de hablar sobre propuestas concretas para la construcción europea, como la interconexión energética o los planes de ayuda a la ciencia. De hecho, se habló más bien poco de la UE. Poco más allá de la coincidencia general en la necesidad de lograr más unión económica, fiscal y social y una mayor democracia en el continente, de dar soluciones comunes a la inmigración o al envejecimiento, o de la insistencia de IU en que el club comunitario solo puede salvarse con una refundación desde cero.

En el debate, que duró casi dos horas y fue moderado por la periodista María Casado, participaron el número dos de la candidatura del PP, Esteban González Pons, el número dos del PSOE, Ramón Jáuregui, y los cabezas de lista de Izquierda Plural, Willy Meyer, de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Francisco Sosa Wagner, de Coalición por Europa (CiU, PNV y Coalición Canaria), Ramón Tremosa, y de Esquerra Republicana de Cataluña, Josep María Terracabras.

El tuit de Valenciano

González Pons centró todo la primera parte del debate en asegurar que España «va a mejor» después de que Mariano Rajoy la haya salvado del rescate al que le abocó el último gobierno socialista y en avisar a los ciudadanos de que si dejan que gane el PSOE volverá el paro y la recesión. A todas las críticas de Jáuregui, que exigió la necesidad de un cambio de política en España y en Europa para salvar el estado de bienestar y reducir las desigualdades sociales agravadas con los ajustes y recortes del PP, Pons contestó con un «como se atreve, si ustedes dejaron 3,5 millones de parados».

En el único punto en que PP y PSOE se pusieron de acuerdo fue para rechazar de forma rotunda las reclamaciones de CiU y ERCpara que el Gobierno permita en España una consulta secesionista como la de tendrá Escocia. Sosa Wagner se quejó amargamente de que hasta los debates europeos estuviesen contaminados por los independentistas catalanes, que son «la enfermedad» de Europa, aseguró.

Jáuregui, con un perfil bajo durante todo el debate, trató de tomar la iniciativa ante un Pons mucho más agresivo y directo al pedirle, ya en la segunda hora del programa, que desautorizase a su número uno, Miguel Arias Cañete, cosa que no había hecho aún ni el PP ni Rajoy, por el desliz «machista y clasista» con el que trató de explicar su derrota en el cara a cara con Elena Valenciano.

El popular, que fue evidente que esperaba el reto, sacó un cartel con un tuit antiguo de la candidata socialista en el que se reía de la fealdad del futbolista francés Franck Ribery, que tiene la cara deformada por un accidente de la infancia. «Ella tuvo un mal día, todos podemos tener un mal día, pero extraer conclusiones de eso es ir demasiado lejos», dijo Pons con un argumento con el que ofreció salvar o condenar a un tiempo a Valenciano y a Cañete. El número dos socialista no contestó.

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