Fabio Juliá Hernández, investigador de la UMU; María Cuartero, de la UCAM y Santiago Cuevas, del IMIB. G. Carrión / AGM y CEDIDA

La ciencia reclama su espacio

Investigadores que han retomado sus carreras en la Región tras salir al extranjero piden a los partidos mayor compromiso para retener el talento

Sábado, 27 de mayo 2023, 08:12

Impulsan la investigación de primer nivel en la Región de Murcia, defendiendo el progreso científico en la Comunidad donde se formaron, pero de la ... que tuvieron que salir para poder progresar en sus carreras. Representan un mensaje de optimismo para todos aquellos científicos que desean volver tras verse obligados a emigrar, como tuvieron que hacer ellos, debido a las dificultades de la carrera investigadora, penalizada por los vaivenes de financiación y la precariedad laboral. Fabio Juliá Hernández (Cieza, 1987), María Cuartero (Murcia, 1984) y Santiago Cuevas (Cuenca, 1976) son casos de éxito en la recuperación del talento investigador fugado de la Comunidad.

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Cuevas, investigador del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB-Arrixaca), trabaja en la puesta en marcha de un tratamiento para frenar la enfermedad renal diabética, la causa más común de insuficiencia renal del mundo, y abandonó la Región con destino a Estados Unidos en 2009, cuando la crisis nubló un futuro ya oscurecido por la falta de inversión en ciencia. Allí pudo desarrollar su trabajo durante diez años en centros de investigación de prestigio como el Children's National Medical Center o las universidades The George Washington y la de Marylan. También conoce la empresa privada, donde estuvo trabajando justo antes de emprender el regreso a Murcia. Por eso tiene claros, a las puertas de la jornada de elecciones autonómicas, cuáles son los principales puntos en los que el próximo Gobierno regional debe centrar sus esfuerzos para mejorar la situación de la ciencia: «Lo primero, lo de siempre. Hay que invertir más dinero. Se han hecho esfuerzos y se están haciendo mejoras, y se aprecian, pero realmente los investigadores lo que necesitamos son fondos. No que nos den el dinero, no es eso. Se trata de que el político evalúe cuáles son los problemas que tiene la sociedad y hacer proyectos para solucionarlos y que nosotros podamos trabajar en lo que la sociedad nos demande».

PRINCIPALES DEMANDAS

  • Más inversión en proyectos científicos Los investigadores reclaman más fondos para centros de investigación y proyectos enfocados a resolución de problemas, así como una estrategia regional a corto y largo plazo.

  • Atraer talento Reforzar los programas de atracción y retención de talento y facilitar la llegada de investigadores de máximo nivel.

  • Estabilidad Continuidad presupuestaria para proyectos y seguridad para los profesionales.

  • Menos distracciones Los científicos lamentan tener que pasar altos porcentajes de su tiempo realizando labores ajenas a la investigación.

Para el regreso del talento fugado, lo que Cuevas pide al futuro Gobierno de la Región es más estabilidad. «El sistema español, en los diez años que yo he estado fuera, ha mejorado mucho. Hay que reconocerlo, aunque el problema fundamental sigue siendo, en esencia, el mismo, que la carrera científica es muy complicada». A él lo convenció la Fundación Séneca con la concesión de una ayuda dentro de su programa 'Saavedra Fajardo' de 41.000 euros anuales durante tres años consecutivos. «Recibí la convocatoria cuando estaba en Washington y me animaron a que la pidiera», asevera. «Les estoy profundamente agradecido». Por ello, aboga también por impulsar «más mecanismos para que más profesionales de fuera puedan llegar a nuestro sistema. ¿Cómo? Promulgando leyes que presionen a la universidad para contratar a los mejores, porque a veces es un entorno un poco endogámico. Eso redundaría positivamente en el trabajo y la calidad de la docencia».

En el caso de María Cuartero, punta de lanza en la investigación mundial de sensores químicos en la UCAM, la vuelta se debió al empeño de la universidad que le ofreció liderar junto a Gastón Crespo, la unidad de investigación de sensores químicos UCAM-SENS, al frente de la cual se encuentra desde el pasado noviembre. «La UCAM apostó fuertemente por mi retorno a la Región. Aunque las condiciones y compromiso de esta atracción y la apuesta por el proyecto son bastante inusuales y extraordinarias en la Región», reconoce.

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María ha recibido diversos premios de la International Society of Electrochemistry y de revistas científicas (Analyst y Chemosensors), es Académica de número de la Academia Joven de España, presidenta de la división 1 de la International Society of Electrochemistry y editora de la revista 'Analytical Chemistry'. Como otros investigadores españoles, tras doctorarse, tuvo que irse de España, en su caso, a Suiza y Suecia, primero como investigadora y después como profesora. Allí pudo apreciar las grandes diferencias en el trato a la ciencia respecto a España. «Suiza y Suecia valoran altamente la ciencia y también a los investigadores. De hecho, Suecia es el país europeo que más porcentaje del PIB dedica a Investigación, Desarrollo e Innovación. Luego, en Suiza casi dos tercios de la inversión se realiza para potenciar la unión público-privada», asegura. Por eso, una de sus principales reclamaciones al futuro Gobierno es que «fomente la colaboración público-privada, incentive la excelencia en la carrera investigadora y active áreas de investigación estratégicas cuyos resultados repercutan en la sociedad». Del mismo modo, pide destinar «más fondos a los centros de investigación» y una estrategia regional de inversión que mire al corto y el largo plazo.

El ciezano Fabio Juliá Hernández es el que menos tiempo lleva en la Región desde su regreso. Su historia es la de otro largo periplo internacional que terminó el pasado enero.

El factor sentimental

El químico inició su carrera en la Universidad de Murcia, donde realizó sus estudios de máster y doctorado, trabajó en la industria farmacéutica, se trasladó a Mánchester como investigador posdoctoral y pasó por el Instituto Max Planck de Alemania. El año pasado fue reconocido como Mejor Investigador Junior por la Real Sociedad de Química. Su investigación se centra en la utilización de luz para desencadenar reacciones químicas que permitan desarrollar nuevas rutas para acceder a fármacos de forma más económica. Y en busca de la luz ha pasado buena parte de estos años. «El sistema español sobrevive a través de decisiones de carácter personal, por investigadores que queremos volver a la tierra, por la morriña, la familia, la cultura. Fue lo que pasó en mi caso», explica. «Yo tomé la decisión de rebajar mis aspiraciones profesionales, pudiendo estar en centros mucho más potentes de Europa y volver a la UMU. Nadie puso encima de la mesa unas condiciones superiores a ningún otro sitio. Hubo buenas palabras y mucho interés, pero ha sido una apuesta personal».

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El ciezano espera que el Ejecutivo regional pueda imitar algunas iniciativas de éxito cercanas. «No soy iluso y no voy a compararnos con otros países, pero creo que sí debemos fijarnos en lo que hacen otras comunidades autónomas como el plan Icrea de Cataluña, y el Geent de la Comunidad Valenciana». Estas medidas irían enfocadas a «implementar programas más competitivos» y atractivos y a ofrecer una trayectoria más estable para atraer y retener talento.

Fabio Juliá atisba ahora un futuro en la Región, gracias a un contrato Ramón y Cajal de cinco años. «Si todo va bien, con 40 o 41 años podré por fin acceder a una plaza permanente o estable», cuenta el investigador.

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Santiago Cuevas, por su parte, logró un contrato Miguel Servet del Instituto de Salud Carlos III, uno de los mecanismos de consolidación investigadora de España. «El Carlos III te paga cinco años, pero el centro que te recibe tiene un compromiso de estabilización. Ahora, con casi 47 años puedo decir que he logrado la estabilidad».

La burocracia, un obstáculo para el trabajo y para regresar a casa

«El problema que tenemos para volver a contar con el talento fugado es que los que están trabajando en Inglaterra, en Estados Unidos y otros países, y llevan tiempo desconectados de nuestro sistema, se encuentran con dificultades para tramitar la acreditación de la Aneca, porque no conocen nuestros mecanismos, y se dan con una burocracia infinita para conseguir los puestos», remarca Santiago Cuevas. El investigador pide establecer «unos criterios de personal más fáciles, publicitarlos a nivel internacional y facilitar que esas personas que están en entornos consolidados en el extranjero vean atractivo venir aquí». No es el único escollo surgido de la burocracia. Fabio Juliá Hernández apunta a la gran carga administrativa como uno de los problemas a solucionar. «La gran mayoría de la investigación en España se hace en las universidades públicas, en las que estás contratado como profesor, de forma que una gran parte de tu tiempo se dedica a cargas administrativas y cargas de docencia. Eso te quita mucho tiempo. En otros países hacen todo lo posible por que los científicos con buena trayectoria puedan tener dedicación plena», destaca. Cuevas, lejos de la universidad, coincide en la falta de eficiencia que provoca el papeleo. «Me paso el 40% de mi tiempo haciendo informes. Y es algo que no produce. Yo produzco cuando estoy en el laboratorio», lamenta. La lentitud de la administración no ayuda: «Estuve cuatro meses para tramitar un documento para trabajar con animales. Cuando logré hablar con alguien me dijeron que no había cumplimentado un papel adecuadamente».

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