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Domingo, 26 de mayo 2019, 07:56
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Estaban citados en el jardín de la Pólvora, en Murcia, pero todos se dejaron la mecha y el fuego en casa. 'La Verdad' reunió ayer a los principales candidatos a la presidencia de la Comunidad Autónoma, que en un breve encuentro aparcaron sus diferencias y los pocos reproches lanzados durante la campaña y aportaron a la mañana gris de la jornada de reflexión buenas dosis de cortesía y respeto mutuo, rayando incluso el buen rollo, aunque sin rebasar la línea roja de la camaradería. Y eso que Fernando López Miras (candidato a la reelección por el PP) y José Luis Álvarez-Castellanos (coordinador regional de Izquierda Unida y candidato de Cambiar la Región de Murcia), sellaron allí mismo un pacto. «Para tomarnos una caña», revelaron. Por algo se empieza. López Miras, a quien pocos le podrán recordar una mala cara, se mostró especialmente amable con sus rivales en las urnas: «¡Se os ve buena cara a todos!», piropeó de primeras a su llegada al jardín, donde no faltó un apretón de manos entre nadie. Aunque después fuera el roce parlamentario de los últimos meses el que influyera de algún modo en el trato que se dispensaban líderes de opciones políticas tan dispares como la de López Miras y Óscar Urralburu (Podemos-Equo), que departieron durante un buen rato sobre diferentes avatares de la campaña recién concluida. Y en un tono más que afable. La educación también fue la tónica predominante en los saludos que se profesaron los candidatos de Vox, Pascual Salvador, y el de Cambiar la Región de Murcia, José Luis Álvarez-Castellanos, que con un cordial apretón de manos y una sonrisa salvaron, aunque fuera por un momento y para la foto, las antípodas ideológicas en las que se encuentran.
El primero en llegar a la cita, con diez minutos de antelación sobre el horario previsto, y con el objetivo de saborear con calma un café y su inexcusable pitillo, fue el expresidente de la Comunidad Autónoma y líder de Somos Región, Alberto Garre. Sin WhatsApp, sin Facebook, sin Twitter. Sin prisas. «Yo soy más del cara a cara. Cualquiera que me pida cinco minutos conmigo los va a tener». No parecía muy contento Garre con las nubes que tapaban el cielo murciano y pedía sol, aunque reconocía que se conformaba «si mañana -por hoy- sale un 'limón' en la Asamblea», en referencia a la posibilidad de que su partido obtenga representación parlamentaria. Durante la sesión fotográfica, Garre no paró de dirigirse al único candidato que tenía a su lado, Pascual Salvador, que tampoco es que le hiciera mucho caso. «A ver si vamos a pillar un constipado», añadió Salvador cuando los candidatos departían sobre la lluvia que regó el viernes la Región y la pachanga de baloncesto que iban a jugar en la mañana de ayer Urralburu y el candidato de Podemos-Equo a la alcaldía de Murcia, Ginés Ruiz Maciá, que sobrepasa los dos metros de altura y al que, supuestamente, su compañero de partido pretendía «dar una paliza», bromeaba. El secretario general de los socialistas murcianos y candidato del PSOE, Diego Conesa, el último en llegar a la cita, se mostraba más prudente con el reto, en la línea de su campaña electoral: «Yo no jugaría al baloncesto con Ginés», reconocía. El líder de Vox, que sigue cazando rebotes con autoridad en la Liga de Baloncesto de Veteranos de Murcia, no parecía tener problema alguno para aceptar un supuesto duelo con el 'gigante' Maciá. Él también es alto, aunque ayer prefiriera mantener un perfil más bien bajo.
Por su parte, la candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad tenía bien claro desde el principio el perfil que debía dar para la fotografía. O, al menos, la posición en la que debía colocarse. «Si me permitís, yo me voy a poner en el centro», interrumpió un momento Franco, que se encontraba en uno de los extremos. No le hizo falta obtener el permiso de nadie, porque antes de terminar la frase ya se había apropiado de ese «centro», entre López Miras y Diego Conesa, que desde el principio se había apostado en esa ubicación. El candidato del PSOE quedó a la derecha de Franco, y el del PP a su izquierda, en el 'bloque' que conformaban Urralburu y Álvarez-Castellanos. «No sé si ahí estás bien», dudaba la periodista Isabel Franco ante el propio López Miras. «Los de mi partido siempre me han dicho que soy más de izquierdas que de derechas», contestaba el presidente de los populares murcianos. «Venga, que parezca que hablamos», pedía Franco siguiendo instrucciones de los fotógrafos de 'La Verdad'.
Más allá del 'pacto de la caña' rubricado entre López Miras y Álvarez-Castellanos, y por muchas sonrisas y buen rollo que desplegaran los candidatos, en los pocos minutos que duró el encuentro no se vislumbró acuerdo alguno. De hecho, Óscar Urralburu dejó claro en un momento que «se puede hablar de cualquier cosa, menos de pactos». Pueden estar un poco cansados de que les obliguemos a hablar siempre de lo mismo, pero ayer volvimos a preguntar. ¿Tienen los partidos algún acuerdo cerrado para el día siguiente de las elecciones? «No sé, pregunte a Conesa y a López Miras», se quitaba el muerto de encima la candidata de Ciudadanos, a pesar de que todas las encuestas le otorgan la llave de la gobernabilidad. Y los candidatos de PP y PSOE tampoco parecían dispuestos a soltar prenda alguna. «Salimos a ganar», repetía el mantra Conesa.
La propia Franco fue la primera en salir corriendo de la escena, ya que tenía que acompañar a su hija al barrio de El Ranero a una actividad de un grupo scout. Porque la familia, a la que los candidatos han restado tanto tiempo estos días de intensa campaña, era ayer la protagonista absoluta de los planes de los candidatos en la jornada de reflexión. Por supuesto, con buenas dosis de descanso para recuperar las «tres y cuatro horas que hemos dormido algunos días», según Urralburu. En su caso no faltó, además, ese partido de baloncesto contra Maciá y otros compañeros. Al final, la «paliza» se la llevó Urralburu.
Fernando López Miras. PP Hizo deporte en Lorca, desayunó en Molina y después volvió a Lorca para asistir a un bautizo
Diego Conesa. PSOE Aprovechó para cortarse el pelo, además de pasar el día en familia
Isabel Franco. Ciudadanos Salió corriendo para acompañar a su hija a una actividad de un grupo scout del que forma parte
Óscar Urralburu. Podemos-Equo Jugó -y perdió- un partido de baloncesto contra el candidato de la coalición a la alcaldía de Murcia
Pascual Salvador. Vox Pasó el día en familia y por la tarde aprovechó para participar en una carrera solidaria en la capital
José Luis Álvarez-Castellanos. Cambiar la Región de Murcia Asistió a una exposición en el Museo Arqueológico de Murcia y después comió con su familia
Alberto Garre. Somos Región Visitó a su suegro en el hospital y también fue a su finca de Balsicas
López Miras también hizo deporte ayer. En Lorca, a primera hora, y junto al candidato municipal, Fulgencio Gil Jódar, con quien dio «un paseo» por el paraje del cerro de los Enamorados. Al terminar viajó a Murcia para participar en la fotografía, desayunó en Molina de Segura y, un par de horas después, regresó a Lorca para asistir al bautizo de la hija de su mejor amigo, que esperó hasta este sábado para asegurar la presencia del presidente en la celebración: «Tenían que poner un sábado de mayo, y el único que yo podía era el de la jornada de reflexión, evidentemente. Les agradezco que hayan cambiado todos los planes familiares por mí».
Diego Conesa puso pies en polvorosa sin demora porque quería aprovechar para cortarse el pelo, aunque tampoco lo llevara muy largo. Sería solo para las puntas, que hoy se multiplican las fotografías. Y alguna podría pasar a la historia si las urnas son propicias. El resto de la jornada, en familia. Como el candidato de Vox, Pascual Salvador, que también aprovechó la tarde para participar en la carrera solidaria por Venezuela que se celebró en la capital. José Luis Álvarez-Castellanos, por su parte, acudió a una exposición por la mañana en el Museo Arqueológico de Murcia, y después se reservó en exclusiva para la familia, comida incluida. Todos querían aprovechar al máximo el paréntesis. Porque llega un triple fiestón de democracia y es importante mantener la «buena cara» hasta el final.
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