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Sede del Banco de Italia en Roma. R. C.
Italia interviene Banca di Bari y estudia cómo hacer su rescate

Italia interviene Banca di Bari y estudia cómo hacer su rescate

Se trata de una nueva intervención en el sistema financiero de ese país, aunque no está claro si perderán accionistas y bonistas o se inyectarán fondos públicos

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Sábado, 14 de diciembre 2019, 17:03

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El sistema bancario italiano vuelve a embarrarse con una operación de rescate similar a las últimas autorizadas por su gobierno hace ahora dos años. En esta ocasión le ha llegado el turno a Banca Popolare di Bari, intervenida por el Banco de Italia esta misma mañana; en fin de semana, cuando las puertas de las sucursales están cerradas, como ocurre habitualmente en este tipo de circunstancias para evitar afluencia masiva de clientes que quiere retirar sus depósitos.

El supervisor italiano ha nombrado a dos administradores extraordinarios temporales que la gestionarán las entidad financiera hasta que el Gobierno, presidido por Giuseppe Conte, decida cómo rescatarla y evitar su quiebra. Porque ahí reside la clave de esta operación ante las dos opciones que tiene Italia para llevar a buen puerto el rescate: a costa de los accionistas y bonistas, como le ocurrió al Banco Popular español a mediados de 2017; o mediante una nueva inyección de dinero público, como ya hicieron economías como la española con Bankia y buena parte del sector de las cajas de ahorros, o la propia Italia con parte de su sector bancario.

El Banco de Italia ha tomado esta drástica decisión después de comprobar que la financiera acumula enormes pérdidas en sus cuentas. El supervisor ha designado también un comité de vigilancia, formado por tres expertos, que analizarán la situación, prepararán la documentación necesaria para una posible recapitalización y negociará con los sujetos potencialmente interesados en participar en el proyecto.

En cualquier caso, y para evitar fugas de depósitos masivas que puedan arruinar aún más su situación, el banco de Bari (sur) ha comunicado por su parte que mantiene su operatividad.

Giuseppe Conte ha tenido que salir públicamente a pedir perdón este sábado. Porque ayer, tras el consejo de la Unión Europea, señalaba que por ahora no había «necesidad de intervenir ningún banco». Apenas 24 horas después ha pedido disculpas a los ciudadanos al reconocer que ayer ya sabía cuál era la situación del banco cuando hizo esas declaraciones desde Bruselas. «No pude anticipar a las cámaras lo que estaba ocurriendo. Pido disculpas a los ciudadanos, por primera vez estaba omitiendo algo pero no podía hablar con los mercados abiertos», ha aclarado en una rueda de prensa en Roma.

Además, ha adelantado que el Gobierno va a actuar para evitar la bancarrota, a través del banco MedioCredito Centrale, que es de titularidad pública, pues está controlado por el Ministerio de Economía a través de la agencia de inversión Invitalia. «Proporcionaremos a MedioCredito Centrale los recursos necesarios para después intervenir, junto con el fondo interbancario, en la recuperación de Banca Popolare di Bari. Tendremos una especie de banco de inversiones del Sur con participación pública», ha indicado.

Según el diario económico 'Il Sole 24 Ore', la intención del Ejecutivo es facilitar una ampliación de capital en MedioCredito para que pueda participar, junto con el Fondo Interbancario de Garantía de Depósitos (FITD) y otros inversores, en el rescate del banco, que necesita una inyección de capital de 1.000 millones de euros.

Pero para que el FITD -que está financiado por todos los bancos italianos- se interese tiene primero que haber un plan de negocios viable y detallado, como ocurrió en el caso de Banca Carige, intervenida el pasado enero por el Banco Central Europeo (BCE) también por amenaza de bancarrota. La entidad italiana, que cuenta con menos de 3.000 empleados, ya había iniciado en los últimos días procedimientos para exigir responsabilidades por mala gestión a un ex consejero delegado y a varios exdirectivos.

Este nuevo problema llega después de que a finales de 2017 Monte dei Paschi di Siena (MPS) fuera rescatado por el Estado, al reconocer que había recibido un aviso del Banco Central Europeo (BCE) por su deficitaria situación de capital. A esta coyuntura se sumaron las dificultades de la Banca Carige, también intervenida.

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