Abanilla, una tierra de contrastes que fortalece su singularidad como destino

Abanilla está localizada en el nordeste de la Región de Murcia, con una extensión municipal de 234 km2, y se halla situada en el sector oriental de la Región de Murcia. El nombre de 'Abanilla' viene de al-Banyala, cuya etimología corresponde con la definición de banyala o banyla, paraje agreste. Además, en el siglo XIII se la conocía como Favanella, que significa ciudad bella. Ambas definiciones hacen justicia y definen los rasgos distintivos del municipio, marcado por una belleza natural sobrecogedora por inusual, y por la importancia que tiene la tradición en esta tierra, que bebe tanto de la influencia de Murcia como de la cercanía de la Vega Baja del Segura.

Abanilla es un oasis en el desierto. Evoca parajes propios de Oriente: un paisaje de oasis, de formas sinuosas esculpidas en tierras margosas, coronadas por la reinante palmera datilera o de rambla, cual se abre paso junto al resto vegetación gracias a la existencia del Chícamo, un pequeño río rambla tributario del principal río de la Región de Murcia, el Segura.

Para conocer estos parajes te proponemos hacer la ruta por el Chícamo (PR74 Mahoya -El Cajer) o la ruta de la huerta y los badlands. La primera comienza en la pedanía de Mahoya y finaliza en el nacimiento del río Chícamo, donde encontraremos un rehabilitado molino harinero de cubo y rueda horizontal (de finales del siglo XIX) y su azud. La segunda de las rutas empieza por un paseo por la fértil huerta de Mahoya, regada por las aguas del río Chícamo, y acaba con la visita a uno de los paisajes lunares más espectaculares de la Región murciana: Los Barrancos de Abanilla, un paisaje de anuncio.

El abarrancamiento es el proceso de erosión hídrica más importante en las depresiones y cuencas sedimentarias, rellenas de materiales blandos y poco resistentes como son las margas, si a esto sumamos unos terrenos casi desprovistos de vegetación, encontramos unas tasas de erosión muy elevadas. Surcos, cárcavas y barrancos desaguan en este lugar en dos de las ramblas más importantes tributarias del río Chícamo, como son las ramblas de la Parra y Font. Sin duda, el paraje de Los Barrancos es una visita de contrastes que simboliza la belleza natura de esta tierra.

Si nos detenermos en el centro urbano de Abanilla, todavía son visibles reminiscencias de la arquitectura medieval en el entramado del casco histórico.

El viaje al pasado arranca en el Lugar Alto con los restos de lienzo de muralla de la alcazaba árabe, la monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús, la fuente de la Calle Mayor decorada en llamativos azulejos, el lavadero público todavía usado por la gente del lugar, la barroca Iglesia de San José, la Casa Cabrera, la Casa Pintada – palacios-residencia de los Comendadores-, la Casa de la Encomienda o la plaza del Ayuntamiento, donde se levanta el consistorio, edificio del siglo XVIII que conserva restaurados ventanales, herrajes y molduras de la época. El interior es de estilo funcional. Este edificio llegó a albergar la cárcel y pósito y también sirvió durante mucho tiempo como depósitos de grano, para anticipar a los agricultores semillas para la siembra u otras atenciones domésticas, en caso de malas cosechas. Incluso funcionó como lugar de crédito monetario para las gentes de la villa. El anterior concejo y aljama se situó en el Lugar Alto.

La diversidad de culturas que confluyen en Abanilla han dado lugar a representaciones y manifestaciones festivas singulares que beben de distintas tradiciones. Entre ellas destacan las fiestas de Moros y Cristianos. Precisamente, las fiestas patronales se celebran en honor a la Santísima Cruz, y se fusionan con las Fiestas de Moros y Cristianos. Estas fiestas tienen lugar entre la última semana de abril y la primera semana de mayo.

El día primero de mayo en Abanilla siempre se celebra el gran desfile de Moros y Cristianos, entre las empinadas calles de Abanilla. Más de 1.000 personas, entre desfilantes y músicos escenifican el pasado histórico de la villa. Las próximas fiestas del 2023, son una magnífica oportunidad para conocer estas fiestas, que cumplen 50 años y serán muy especiales, pues los festeros del municipio están preparando para la ocasión un desfile a la altura de la efeméride.

Las fiestas patronales se celebran en honor a la Santísima Cruz, y se fusionan como se ha comentado anteriormente con las Fiestas de Moros y Cristianos. Al finalizar el desfile de Moros y Cristianos, comienzan oficialmente las fiestas en honor a la Santísima Cruz.

Abanilla posee un Lignum Crucis la cual es patrona de Abanilla. Figuras como el Capitán o el Paje ( niños con una indumentaria dieciochesca) la escoltan en sus salidas. Tradición, adoración y fervor se hacen tangibles durante las primeras semanas de mayo, en particular, el día 3 de mayo, el día de la Romería con la patrona.

La gastronomía está muy ligada a la ubicación en la que se sitúa el término. Aquí se cocinan extraordinarias paellas que bien recuerdan a las valencianas, siendo una especialidad el arroz con conejo y caracoles. Tampoco faltan los embutidos caseros, las gachasmigas y las tortilleras, las hortalizas, los famosos albaricoques de damasco o de hueso dulce y la pereta.

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