El sector financiero prepara otro ajuste duro tras cerrar 542 oficinas en diez años
Los depósitos de clientes en las entidades de crédito han crecido en casi 3.000 millones en el mismo periodo
Las entidades de crédito llevan más de una década inmersas en un proceso de reestructuración que está lejos del final. Resulta difícil encontrar un sector ... en constante convulsión y reconversión como el financiero, obsesionado por el tamaño y en el que se cumple, con exactitud matemática, la regla de que el pez grande acaba comiéndose al pez pequeño.
Como consecuencia de las reiteradas fusiones, absorciones y adquisiciones llevadas a cabo entre las entidades financieras en los últimos años, la Región de Murcia ha perdido 542 oficinas bancarias desde 2010, un 43% menos de las 1.261 que prestaban servicio hace una década a los murcianos, según datos extraídos de los boletines estadísticos del Banco de España. El ajuste es importante, pero inferior al registrado en el conjunto de España, donde entre 2010 y 2020 han desaparecido 20.297 sucursales bancarias, lo que representa una reducción del 46,5%.
El coste laboral solo es posible precisarlo en términos nacionales, puesto que el supervisor no ofrece datos históricos de empleo por comunidades. En la última década, la cifra de empleados en las entidades de crédito se ha reducido en 66.233, un 27,25% en términos relativos.
La disminución de la oferta crediticia ha sido una de las consecuencias de la concentración experimentada en el sector. Desde 2015, seis entidades han dejado de operar en la Región: Banco de Madrid, Popular, Evo, Mare Nostrum, Catalunya Banc y Caja España. En la actualidad, son 16 bancos y 6 cooperativas de crédito las que pugnan por el ahorro de los murcianos, entre ellos varios extranjeros, como los alemanes Deutsche Bank y Targobank, y el ecuatoriano Pichincha.
La entidad que más ha reducido su red de sucursales en la Región ha sido Cajamar, que ha pasado de las 172 con que contaba en 2015 a las 124 de hoy en día (-48). Le siguen Caixabank (-28), Sabadell (-23), BBVA (-10) y, sobre todo, la sangría que produjo la integración del Banco Mare Nostrum (BMN) en Bankia, que supuso el cierre de 39 oficinas.
Aunque el mapa bancario no ha cesado de encoger, se avecina otro importante ajuste que afectará a cuatro de las seis entidades más importantes de la Región por el tamaño de su red de oficinas.
El primer movimiento será la absorción de Bankia por Caixabank, ya acordada por sus órganos de gobierno. Aún no hay información oficial de la repercusión que tendrá en el empleo la operación, pero se especula que podría afectar a un 13% de la plantilla de ambos bancos (unos 180 trabajadores en la Región).
Sobre los efectos en la red de sucursales, Barclay's publicó un estudio que cifraba en un 23% el cierre de oficinas, lo que aplicado a la Región supondría la clausura de 57 de las 248 que actualmente tienen en servicio -151 de Bankia y 97 de Caixabank-. Sin embargo, no sería descabellado un impacto mayor, dada la enorme coincidencia geográfica existente entre las redes de ambas entidades.
Con la desaparición de Bankia en el seno de Caixabank, se diluirán las últimas reminiscencias del antiguo poder financiero de la Región de Murcia. La entidad con sede en Madrid es actualmente líder del sector financiero regional debido a la absorción en 2018 de BMN, creado y liderado por Cajamurcia, una pequeña caja, modelo de gestión y rentabilidad, que se embarcó ocho antes en este proyecto, junto a Caja Granada, Sa Nostra y Caixa Penedés, en busca de una mayor dimensión y forzada por las autoridades económicas. Si de las raíces murcianas en Bankia ya queda poca cosa (en el Consejo de Administración sigue el que fuera presidente de Cajamurcia y de BMN, Carlos Egea, y parece asegurada la continuidad de la Fundación Cajamurcia), en la futura entidad aún serán más vagas.
El segundo enlace que se vislumbra y que también tendrá efectos relevantes en el sector financiero regional es la unión de Sabadell y BBVA, la segunda y sexta entidades por su número de oficinas, 124 y 55, respectivamente.
Ránking por oficinas
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1. Bankia 151 sucursales en la Región.
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2. Sabadell 124.
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3. Cajamar 124
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4. Caixabank 97
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5. Santander 74
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6. BBVA 55
En peligro de extinción
Sabadell, que ya ha recortado en más de una veintena sus sucursales en la Región, la mayoría heredadas de la antigua y poderosa Caja Mediterráneo (CAM), proseguirá el adelgazamiento tras su unión con la entidad vasca, que también posee una larga experiencia en fusiones.
Estas operaciones, sin embargo, se quedan cortas con el gran proceso de concentración que se produjo entre los años 2008 y 2011 y que supuso prácticamente la extinción de las cajas de ahorro. Perjudicadas la mayoría de ellas por su excesiva dependencia del crédito al ladrillo, el estallido de la burbuja inmobiliaria las dejó muy tocadas económicamente, lo que unido a la desconfianza que en el Banco de España y el Gobierno central generaba su subordinación a los gobiernos autonómicos, produjo una oleada de fusiones y absorciones y su transformación en bancos. El resultado final fue que de las 45 cajas de ahorro que había, solo dos subsisten en la actualidad.
Las futuras uniones afectarán a cuatro de los seis bancos con mayor implantación en laRegión: Bankia, Sabadell, Caixabank y BBVA
Si entonces fueron la recesión de 2008 y la precariedad de unos balances lastrados por los voluminosos créditos inmobiliarios fallidos los que impulsaron la primera oleada de fusiones. La que ahora se prepara está más motivada por la reducción de márgenes financieros, el imparable avance de la banca electrónica y la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Nuevamente, el camino para la mejora de la rentabilidad parece estar en ganar tamaño financiero.
En la última década, al mismo tiempo que se cerraban 542 sucursales, las entidades de crédito que operan en la Región han ido incrementado los depósitos de sus clientes en 2.728 millones de euros, al pasar de los 24.813 que gestionaban en 2010 a los 27.541 que disponen en la actualidad. Por el contrario, el crédito se ha desplomado. Hace diez años, las entidades financieras -bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito- presentaban en sus balances regionales un total de 49.990 millones en préstamos, procedente buena parte de ellos de la financiación del 'boom' inmobiliario que acababa de estallar. Ahora, dicha cifra se ha reducido a los 31.226 millones, según datos del supervisor a junio de este año.
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Molina, Caravaca, Totana y Murcia son los municipios más perjudicados
El progresivo adelgazamiento del sector financiero registrado en los últimos años ha afectado de manera muy dispar a las poblaciones de la Región, según los datos por municipios que ofrece el Banco de España desde 2015 a la actualidad. Se da la singularidad de que, a pesar de la reducción general del número de oficinas (206 solo en el último lustro, un 22,6% de media regional), dos localidades presentan un balance positivo, Abarán y Alhama, al haber incrementado en una sucursal su oferta bancaria.
Entre las grandes poblaciones, las más castigadas han sido Molina, que ha perdido 14 oficinas (un 38,8% del total) desde 2015, Caravaca (5 oficinas, 31,2%), Totana (4 sucursales, 28,57%) y Murcia, que lídera la clasificación en cifras absolutas, con una pérdida de 90 oficinas en cinco años, lo que representa el 28,4% de las 317 que poseía en 2015.
Entre los municipios más poblados de la Región, Cartagena es el que menos ha sufrido la sangría bancaria. En el último lustro ha pasado de 135 sucursales a 109, lo que significa una pérdida de 26 (19,2%).
Yecla, con una reducción del 11,76%, Torre Pacheco (13,04%), Alcantarilla (13,3%) y Cieza (15,38%), también figuran entre los municipios con una afección por debajo de la media regional. En cambio, por encima de ella se sitúan Lorca, con 14 sucursales cerradas (26,4%), Águilas (5 y un 26,3%), Jumilla (3 y 27,27%) y San Javier (7 menos y 26,9%).
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